Trophy - YoonKook

Capítulo 18

Celebración, pasado y comienzos: Parte 2.

En cuanto Jungkook detuvo el auto y le tendió un tapabocas diciéndole "Los necesitamos, somos figuras públicas", Yoongi sintió que ceder a los deseos de su pareja había sido una terrible idea, aún más teniendo en cuenta que el enorme cartel proclamaba: "Aqua Planet Ilsan"

-¿Bromeas cierto? -Dijo al aire. En cuanto volteó a su vista a su acompañante en el asiento del conductor se arrepintió de lo dicho. Ese puchero le indicaba que había metido la pata, nuevamente. -Lo siento.

-Está bien. Sé que es una tontería o algo cliché para una cita, pero hace mucho no salimos y... tu dijiste que nunca habías visto un pingüino antes... -Masculló en voz alta a la vez que entrelazaa sus dedos y jugaba con estos, en obvia señal de nerviosismo. Cosa que dejó pensando a Min cuando diablos había dicho eso, pues no lo recordaba. -Fue cuando veíamos televisión hace cuatro días, por si no lo recuerdas. -Respondió como si pudiera leer su mente. -Está bien, no tenemos que hacerlo si no quieres, es tu día después de todo. Vamos.

En cuanto Yoongi vio al menor girar la llave de ignición, apresuró a colocar su mano sobre la contraria deteniéndolo. -No, vamos a hacerlo. Seguramente la pasaremos bien entre pingüinos y peces. -Comentó encogiéndose de hombros para luego darle una sonrisa. -También hay castores, focas y unos monitos muy lindos. -Se apresuró a decir el castaño entusiasmado.

Sin apuro alguno recorrieron los senderos que ofrecía el lugar, decidiendo iniciar por la sección de animales terrestres que ofrecía el refugio de animales en cautiverio, encontrando que los monos podían subirse a los visitantes si no tenían cuidado, para diversión de Jungkook y desgracia de Yoongi. Al avanzar las horas pasaron la tarde gozando de la vista a los estanques de coloridos peces, apreciando el nado de las nutrias con sus bebés, los besitos y abrazos que se daban unas a otras -Provocando que el castaño quisiera hacer lo mismo, para pesar de un reservado Min. Quién no acostumbraba tener muestras de afecto en público-, todo cambio cuando llegaron a la reserva de pingüinos, dónde era hora de la alimentación y para fortuna de la pareja, se seleccionaban voluntarios para adentrarse en el frío recinto a darles de comer. Apenas llegaron, Yoongi se sintió como un niño al ver a las tiernas y pequeñas criaturas deslizarse con sus pancitas por el hielo; no podía creer que esperó tanto tiempo de su vida para conocer a tan magníficos seres. Estaba tan ensimismado en su momento de apreciación de las aves no voladoras que no notó cuando Jungkook desapareció de su lado.

-Kook, tomame una foto donde salga ese gordito de allá y- ¿Jungkook? -Observó en todas direcciones sin encontrarlo, comenzando a extrañarse de donde podría estar. -¿Kookie? ¡Hey, Kookie! -Gritó llamando la atención de varios visitantes, más de la persona que él quería. A lo lejos lo divisó hablando con una de las maestras de ceremonias, la cual reconocía de la exhibición de las nutrias. A medida que se iba acercando los vio reírse y hablar de forma tan amena que se preguntaba a si mismo donde estaba su esposo, el tímido joven que no podía hablar con mujeres sin ayuda aunque quisiera. -Jungkook. -Dijo al aire en cuanto estuvo cerca, causando que ambos voltearan a verlo con una sonrisa.

-¡Yoongi hyung, que bueno que llegas! Ella es Lisa, trabaja aquí y dice que están por alimentar a los pingüinos. -Habló extasiado el menor del matrimonio. -¡Dice que son completamente adorables! Llegamos justo a tiempo~

-Debo irme Jungkook, un gusto conocerte. -Dijo amable la rubia muchacha. -Fue un gusto también señor Min, es un honor que nos visitara y le deseo feliz cumpleaños. -Y tras una reverencia se marchó a alistarse para el espectáculo.

-¿Le dijiste? -Preguntó con sarcasmo a la vez que se cruzaba de brazos. -Pues obvio -Respondió con la misma carga de sarcasmo. -Ella preguntó con quién vine y una cosa llevo a la otra, ya ves, nada más.