Capítulo 32

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-Hola Kookie. -La sorpresa tatuada la expresión del de ojos avellana fue tal que Yoongi supo una cosa: Si no lo detenía, iba a salir corriendo. -¡No huyas!

-Yo no iba a... Bueno, me quedo. -Casi de inmediato bajó la mirada, privándose a si mismo de ver la brillante sonrisa que su cónyuge tenía ahora sólo por el hecho de verlo. -No sabía que ibas a estar aquí, sino hubiera esperado a entrar...

-Jungkookie, puedes mirarme a los ojos.

-No.

-Jungkook.

-No quiero. Quiero pedir perdón primero para poder mirarte a los ojos como debe ser... pero ahora no recuerdo como hablar correctamente sin divagar mucho y es definitivo que tu y yo no queremos que eso- ¡Hmm!

Las palabras sobraron, pues al momento en que el pelinegro había comenzado sus desvaríos, un inteligente Min aprovechó para acercarse en sigilo y cerrar la puerta detrás de éste antes de estampar sus labios contra los ajenos. Fue un beso corto pero cargado de significado y sentimiento, sobre todo, de perdón.

-Al diablo las disculpas, ambos somos idiotas y lo sabemos, aunque si creo que la bebida en mi cara y mi camisa de terciopelo fue un excedente. -Una risilla nerviosa se escapó de los ahora rojizos belfos del menor, debido a lo rudo e impredecible del accionar del mayor. -Extrañé tu terquedad éstos días.

-Yo extrañé que me gritaras en las mañanas, bueno, Jimin grita casi tanto como tu pero su voz es más como una mascota molesta. No hay comparación posible y-

-¿Jimin te gritó? -Preguntó perplejo pues era algo extraño el que éste gritara de forma seria. -¿Que le hiciste?

-¡Nada! Sólo dice que no le gusta que lo abracen cuando duerme porque siente que lo sofocan, ¿Puedes creer que me llamó mastodonte musculoso y me pateó fuera de la cama?

Algo de todo el balbuceo de quejas del azabache le llamó la atención, y era el hecho de que le estuviera diciendo que él y su mejor amigo compartieron cama, cuando Yoongi sabía bien que su esposo apenas toleraba compartir el aire con éste. -¿De qué demonios me perdí ahora? -Comentó sin saber si lo pensó o lo dijo realmente.

Antes de poder seguir con su emotivo reencuentro, tres golpeteos desde el otro lado de la puerta los hizo crisparse y a su vez, separarse. -¿S-Si? -Preguntó con voz temblorosa Min, algo raro en él.

-El señor Min dice que lo espere en su oficina, él llegará en unos minutos más.

-Gracias, si pudiera guiarme lo apreciaría. -Pidió con amabilidad, pues no recordaba realmente dónde era el lugar debido al paso de los años en los que no visitó esa sede.

-No hay problema, por favor vengan por aquí. -Habló la mujer caminando por el pasillo apenas la puerta fue abierta. Se detuvo al no oír los pasos seguirla. -¿Sucede algo, señores? -Consultó sin inmutarse.

-No es nada señora, es sólo que... ¿Yo también? -Preguntó Jungkook rehuyendo a la penetrante mirada de escrutinio de la secretaria. -Yo buscaba a éste señor Min... -Comentó bajito.

-El señor Min insiste en recibir a su nieto y su... acompañante, ahora que le he informado de su presencia aquí. Les solicito me sigan a la oficina.

~《            *           》~

Sentado en la silla del lado contrario del escritorio al que estaba acostumbrado, Min Yoongi sentía que su pie no podría dejar de zapatear incluso cuando sabía que esa pequeña e inevitable acción reflejo de sus nervios ocultos le estaba causando aún más ansiedad de la que ya de por si tenía su cónyuge sentado a su lado. ¿Que cómo lo sabía? Era muy fácil decirlo, más teniendo en cuenta que en los últimos tres minutos de espera, Jeon había hecho desaparecer sus uñas de la mano izquierda, y ahora parecía ir por la derecha.

Trophy - YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora