Capítulo 57

444 67 13
                                    


Un suave golpeteo a su puerta, seguido del sonido el picaporte indicándole la inminente entrada de un visitante a su oficina bastaron para que despegara al fin su vista de los informes que llevaba mirando por diez minutos sin leerlos realmente.

-La gente normal espera a que le otorguen el permiso antes de entrar a-

-Si, pero yo no soy una persona normal. Soy fabuloso~ -Comentó con un tono alegre, el cual solo recibió un bufido de respuesta. -Con ese recibimiento hasta creería que te disgusta verme, Min. -Una sonrisa ladina se hizo presente en los labios acorazonados, acentuando aún más la expresión de rechazo en su rostro.

Frente a él se encontraba una vez más el hombre de ojos fieros, luciendo como siempre, prendas que resaltaban con gracia su figura elegante, casi como si con ellas quisiera comunicarle a quien se cruzara en su camino que el aire de superioridad que le rodeaba no era una simple ilusión sino un hecho.

No es que el pelinegro fuera un presumido de aquellos, todo lo contrario. Si, podía llegar a ser engreído de vez en cuando, pero solo si se le daba alas con alabanzas dirigidas a su persona o habilidades. El mayor de Daegu era complejo y difícil de entender para muchos, más no para él, pues luego de tratarse unas cuantas veces por mera necesidad, había logrado descifrar eso que se escondía entre los ojos afelinados con un buen delineado y las telas que envolvían al enigma llamado Kim Kibum.

《 • ○ ● □ ● ○ • 》

A medida que caminaba hacia la habitación de aquella su sonrisa crecía. No es como que tuviera un motivo para sonreír, pero siempre que iba de visita a aquél lugar procuraba esbozar la mejor que tuviera.

-¡Madre! Tu hermoso hijo ha llegado. -Anunció risueño en su ingreso al cuarto. -Y vino con un regalo en manos para justificar su presencia~ ¿Que tal eso, eh? -Consultó con tono juguetón ampliando aún más su sonrisa al ver a la mujer rodar los ojos mientras le devolvía el gesto.

-Mi hijo necesita saber que no necesita traer nada entre manos para ser digno de visitarme. -Inquirió divertida. -¿Qué es?

-Lo divertido de los regalos es abrirlos, ¿No lo cree? -Seguido, le hizo entrega de la colorida bolsa a su progenitora, disfrutando el ver como los ojos de la misma resplandecían al sacar de ésta una pashmina rosada de suave apariencia. La mujer elevó las comisuras de su boca en una amplia sonrisa resplandeciente, la cual alegró a su visitante, y le hizo sonreír de forma sincera al fin. -Es hermosa, ¿Verdad? Tengo buen gusto.

-Lo tienes, es cierto. Lo heredaste de mi, es obvio, por eso saliste guapo, porque elegí un hombre bien parecido como marido y padre de mis hijos~ -Comentó dejando salir una risa; el joven no añadió nada, tan solo se dedicó a observar en silencio como la rosada prenda era colocada en su lugar buscando ser modelada para él. -¿Qué tal me luce?

-Bellísima -Dijo en voz alta. -Y con mi regalo aún más. -Añadió al instante, desplegando en una sola frase todo el encanto que le caracterizaba, ese que había heredado de ella. Rió al recibir un empujoncito de su parte en el hombro derecho pues haciendo eso parecía una colegiala juguetona y no...

-¿Qué miras tanto? ¿Se me corrió la peluca o es que no puedes terminar de creer la suerte que tienes de contar con estos genes en tu vida? -Consultó con altanería, bromeando y a la vez no.

-No es eso~ Es que... -Hizo una breve pausa meditando que decira continuación. -en serio te queda bien. -Finalizó, no queriendo explayarse en detalles del qué pensó instantes antes.

-Jinnie, siempre tan bueno con las palabras, ¡Siempre sabes que decirle a una dama!

Si, no iba a decirle que le alegraba verla de tan buen humor luego de su terapia. No quería decirle que fue a corroborar su estado de salud porque sabía que solía quedar agotada luego de las mismas. Prefería disfrutar de ella, mientras aún la tuviera y así lo hizo. Se quedó charlando toda la tarde, procurando contarle hasta el más insignificante detalle de su vida cotidiana para que al fin tuviera nuevos cuentos con los cuales irle a las señoras cotilla del lugar y no se aburriera en su estadía allí.

Trophy - YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora