Cap 12

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El vuelo era de 9 horas estaban sentados y Elena saco un libro para leer sobre plantas medicinales. Dante la miró extrañado. Lees. Ehh si. Medicina naturista. Si. ¿Porqué lees eso? Me gustan las plantas y los remedios naturales. Dante se rió. ¿Cuál es el chiste? No perdona es que si te gusta la medicina, porqué no estudiaste eso. Existen las becas y préstamos. Lo sé pero no era viable hacerlo. ¿Porqué? Porque debía terminar algo rápido y seguro. Así que esto qué haces no te gusta. No me desagrada pero no me apasiona. ¿Y que cosas te apasionan Elena? De la manera en que le hizo la pregunta y le miraba la hizo sentir ese calor de nuevo que le recorría la piel. ¿Cuánto estaremos trabajado? Cambio el tema. Dante sonrió ante su hazaña. Desde la mañana hasta el medio día. ¿O sea que después del medio día estaré libre? Tal vez. ¿Tal vez? El la miro travieso. ¿Es la primera vez que visitas la isla? Si. Pues debes dejar que alguien experimentado te guíe. Para eso hay personas que se dedican a eso además el GPS me es de mucha ayuda gracias. Si que eres temperamental Elena. Sr...Dante; llámame Dante Elena. Eso sería muy personal. No estamos en horas laborables ahora, así que somos pareja de vuelo. Mejor leeré mi libro. El se acercó a su oído. ¿Acaso es más interesante que yo? La respiración de Elena se desbocó. Deje de hacer esas cosas, compórtese. Aquí no puedes correr Elena. Ni usted sobre pasarse de la raya. ¿Dónde quedaría su reputación tan bien guardada? Touche Elena, touche. Aquellas horas parecieron eternas junto aquel hombre que después decidió dormir gracias al cielo pero en varias ocasiones su mano la rozaba y aquello no mejoraba su estado mental y físico. Llegaron en la mañana aquel lugar era hermoso y enorme, un hotel cinco estrellas. Buenos días Sr.Willous. Aloha. Aloha. Contesto él. La reunión está acordada para las 12 en el restaurante del hotel, le llevaremos a sus habitaciones para que sé refresquen y descansen un poco. Subieron y para sorpresa de Elena la habitación estaba conectada a la de Dante. ¡Esto no puede estar pasando! Debe haber un error yo pedí dos habitaciones separadas. El gerente le miraba confundido. Gracias por todo estrenos listos a la hora. Le despidió Dante. No entendiendo. Ya deje la queja que está en un hotel cinco estrellas y además tiene una vista espectacular esta habitación. Vaya y descanse. Elena decidió dejar de quejarse pues su jefe se pondría como un energúmeno si seguía protestando pero aquello la estresaba porque él podía entrar a su recámara en cualquier momento y compartían todo lo demás excepto la cama. Fue a tomar una ducha.

Después de descansar fueron a la reunión allí les recibió el Sr. Parker, acompañado de su otro hombre que Dante no conocía. ¡Dante Willous! Saludo el señor con un apretón de manos y un abrazo. Bueno verte hijo. Cada vez te pareces más a  tu padre. Gracias Sr.Parker. Te presento a mi hijo Daniel. Mucho gusto. Dante apretó su mano. ¿Y quien es la hermosa dama? Ella es mi secretaria y mano derecha La Srta. Evans. Una bella flor silvestre. El Sr.Parker beso su mano y Elena se ruborizó. Gracias. Dante noto como Daniel observaba a Elena y eso le molestó. Dante separó la silla para ella y la acomodo a su lado. Me alegra que al fin después de tanto tiempo hallas decidido representar mi hotel. Si es un contrato prometedor. Así es hijo. Vamos a abrir otra hermosura como está en las Bahamas y mi hijo Daniel es quien se encargará de representar legalmente esa obra pero aquí en la matriz necesito un abogado confiable y de buena reputación. Nadie mejor que tú Dante. ¿Qué pasó con el abogado que tenías? Bueno lamentablemente Smith falleció. Lo lamento mucho. No más que yo pero debemos seguir. Si así es. Bien Srta. Evans los documentos. Elena saco la carpeta y se la entregó a Daniel. Aquí está el contrato analízalo y me dejas saber si estás de acuerdo con todo. Muy bien Daniel lo examinará, ahora debemos comer imagino que deben tener hambre. De pronto llegó hacia ellos aquella mujer que Elena había visto con Dante, era Gina. Dante se tensó al verla allí. Buenas tardes, disculpen mi tardanza mi avión se atrasó. Tranquila apenas vamos a ordenar Gina. El Sr.Parker le saludo con un beso y Daniel también. Dante. Gina. Solo se miraron. Ella paso a mirar a Elena pero su mirada no tardó mucho pero lo suficiente para hacerle sentir insignificante. ¿Qué haría esa mujer allí? Se preguntó Elena. ¿Se conocen? Si por supuesto. Pues me alegra saberlo, Gina estará a cargo de la construcción y dueño de mi nuevo hotel y la invite para llegar a unos acuerdos al igual que contigo. Muy oportuno. ¿No crees? Dijo ella mirando a Dante con esa mirada de zorra. ¡Oh! Se me olvidaba presentarte a la secretaria de Dante la Srta. Evans. ¡Secretaria! Vaya parece que tus negociaciones han cambiado al parecer. Ella es mi mano derecha. Eso veo. Elena se sentía fuera de lugar. El mesero llego. Srta. Evans usted pedirá... Quiero un buen steak terminó medio con patatas fritas y maíz y de postre un buen pastel de chocolate. El postre se escoge al final querida en una bandeja que traen. Y por lo que acabas de ordenar que es para alimentar a un batallón dudo mucho que puedas comerlo. Dijo Gina con burla en su comentario. Elena se sintió mal por haber dicho aquello.  Tranquila él te traerá lo que ordenaste. ¿Y de tomar? Supongo que tomará agua. Volvió a decir Gina. Si solo tráigame agua. Créeme querida lo hago por tu bien. Después tus caderas me lo agradecerán. A Dante no le gusto que se burlara de ella así que decidió apoyarla. Yo quiero lo mismo pero doble y con una cerveza. ¡Vaya Dante! Eso sí me sorprende. Si bueno tengo mucho apetito. Elena supo que lo hizo para ayudarla y aquello le sorprendió y movió algo dentro de ella. El almuerzo terminó, Dante y Elena salían del restaurante. Dante, ¿Puedo hablar un momento contigo? Elena siguió su camino. Dante le molestó que Gina tratara así a Elena y que ahora le llamara. Tomemos una copa en el bar. Gina ahora me es imposibles tengo que preparar unos documentos para mañana. Está bien Dante será después entonces.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora