Cap 36

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Buenos días hermosos damas. ¿Cómo está mi amiguito? ¡Dame esos cinco! Elena sonrió al ver con la dulzura que Albert miraba y le hablaba a Donovan que por un momento deseo que Albert fuera el padre. Te ves contento está mañana hijo. Lo estoy madre. ¿Y a que se debe eso? Si se puede saber. La vida madre, la vida me hace feliz. Todas sonrieron. Buenos días. Dijo Dante y las sonrisas cesaron pues ese buenos días no fue algo lindo. ¿Y que harán hoy domingo? ¿Qué tal si vamos al parque? El aire le hará bien a mi sobrino. Pues no es mala idea Albert. Iré a preparar el bolso de Donovan. Elena preparaba las cosas del niño y Dante entró. Te ves muy emocionada. Pues porqué no estarlo están las personas importantes para mí aquí. ¿Y entre ellas estoy yo? No comiences con eso Dante. Mírame Elena; mírame y dime que ya realmente no sientes nada por mí. Ella lo esquivó. Ves que no puedes. Tal vez no del todo Dante, quizás aún hallan residuos en mi corazón pero eso no significa que pueda entablar una relación contigo en este momento. Déjame respirar, dame espacio para sanar y sobre todo permiteme ser feliz. Te daré lo que pides porque sé que a pesar de todo tú me amas y el que admitas que aún sientes algo es una esperanza. En el parque Elena estaba sería mientras que Dante había cambiando su actitud y estaba dedicado a Donovan. Miraba aquella escena y aunque le conmovía ver a Donovan junto a su padre y ver el amor que le tenía a su hijo, aún así no podía olvidar todo el dolor y la humillación que recibió de él. Era noche y Elena acostó al bebé. Se nota como a Dante lo ha cambiado la vida paterna. Y no es difícil, Donovan lograr que uno quiera ser padre. No me digas que vas a encargar. Dijo riéndose. Pues me gusta el proceso pero no creo estar preparando aún. Me falta experimentar muchas cosas. También se reía con ella. Perdóname. ¿Qué? Albert te pido perdón. Elena no tienes porque...Sí; sí tengo porque pedirte perdón. Nunca quise lastimarte Albert, y no sabes cuánto daría por darle atrás al tiempo y arreglar muchas cosas. Te creo pero en todo este tiempo entendí que si algo no se da es porque no conviene.

La tía Emma regreso junto a la Sra. Margaret muy sonriente. Vaya parece que la pasaron bien. ¡Más que bien! Fuimos al cine, y luego Margaret me llevo a un restaurante donde me sirvieron un café delicioso. Pues me alegra que te agrade la ciudad. Nunca pensé decir esto, pero de lo que me estaba perdiendo. Y lo que falta amiga. Mañana iremos al club te presentaré unas amigas mías que quedarán encantadas con el remedio que me diste para las manchas de ropa. Ellas siguieron caminado planificando su día y Elena se sintió feliz de ver a su tía feliz y haciendo algo distinto. Sentía que las cosas cambiarían para ellas allí. Albert llego hasta ella. ¿Lista? Lista. Salieron. Llego la hora de la cena y Dante llegó. Buenas noches mamá, tía Emma. Buenas noches hijo. Tomo a su hijo en brazos y lo beso. ¿Y Elena? Aún no ha llegado. ¡Llegado! Sí, salió con Albert en la tarde. El teléfono de la tía Emma sonó. Si hija. Ok, le diré. No hay problema. Adiós. Era Elena, me dijo que regresarían tarde que acostáramos a Donovan. Dante se tensó. Era muy noche Dante escucho risas eran Elena y Albert que llegaban. Ambos miraron el rostro serio y de pocos amigos de Dante y las risas cesaron. Bien creo que me retiro a mi habitación. Hasta mañana Elena. Hasta mañana Albert. Elena iba a subir y Dante la detuvo. ¿Se puede saber dónde andabas? ¿Y porque debería yo decirte eso? Soy una mujer libre. Eres una madre, y como tal deberías comportarte. ¡Y lo hago! ¿Qué te pasa? Sé muy bien lo que hago y Donovan es lo más importante para mí. Eso espero Elena. Dante se marchó molestó y Elena quedo de igual manera. Al día siguiente Elena hablaba con su tía. Tía, te gusta la ciudad. Si, porqué. ¿Qué pensarías si te digo que nos quedáramos un tiempo? Pues te diría que por mí está bien. ¡En serio! Elena he vivido toda mi vida en el pueblo y jamás he salido de allí hasta ahora. Me he dado cuenta de que he perdido tiempo que pude haber dedicado a conocer el mundo que me rodea y que aún puedo vivir y experimentar cosas nuevas. Eso no significa que dejemos de visitar la granja pero creo que aquí Donovan, tú y yo tenemos buen futuro. Pero si quieres regresar adelante hija. No tía creo que solo necesitaba saber tu opinión. Aceptaré la oferta de trabajo de Albert y buscaremos un apartamento para nosotras y Donovan. Me parece bien. Gracias tía Emma. No hay porque darlas hija. Además soy yo quien debe darte las gracias por mostrarme cosas nuevas. Elena y la tía se mudaron a un apartamento. Dante se mantuvo a raya con Elena y al haberse mudado le dio algo de tranquilidad estando lejos de Albert pero no por completo al saber que trabajaría para él. Aún así mantuvo sus distancias para darle el espacio que ella le solicitó. Llego el domingo de desayuno Albert y Elena entraron juntos riendo y Dante sintió unos celos enormes porque últimamente eran demasiado inseparables. Tomo a Donovan en brazos y decidió ignorarlos. En la mesa ya. ¿Y cómo va la nueva sucursal? Pues de maravilla mamá, Elena me ha ayudado demasiado. A veces pienso que debo aumentarle el sueldo. Reían. Pues no es difícil trabajar contigo es más disfruto hacerlo. Albert es muy profesional y paciente. ¿Y no te ha hecho pasar vergüenzas hermano? Con su peculiar hablar y lengua desbocada. Todos miraron a Dante en forma de reprensión. No tengo porque hacerlo, porque a diferencia de otros jefes, Albert es uno muy recto pero sobre todo humano. Emma esta noche hay reunión del club. La Sra. Margaret desvió el tema y el desayuno siguió su rumbo. Debo cambiar a este hombrecito, permiso. Elena se retiró con Donovan hacia la sala para cambiarle el pañal. Dante fue tras ella, Elena le ignoraba. Veo que tú y mi hermano se llevan muy bien. Pues sí a él no les molesta mis comentarios campesinos. Elena yo...¿Tú qué? Es cierto que solía decir mis pensamientos tal vez de una manera poco común pero no decía nada que no fuera cierto. Tal vez no soy una mujer educada en finas academias, ni educada en alta sociedad como Gina por ejemplo. Pero eso Dante Willous no me hace menos que nadie. No dejo de ser inteligente y valiosa. Y si tanto te incomoda o temes pasar vergüenzas conmigo, entonces déjame en paz y no sigas insistiendo en volver. Salió sumamente molesta dejándolo allí parado. Dante entendió que había cometido un error enorme con lo que dijo y que eso solo lo estaba alejando de Elena. Ella se fue y Dante esperaba hablar con Albert. Albert vayamos al despacho. Tú dirás. ¿Qué te traes con Elena? ¡Perdón! No nos hagamos los tontos. Dante verdaderamente estás mal, peor de lo que me dice Elena. Así, ahora Elena te dice su sentir respecto a mi. ¿Y porque no iba a hacerlo? Somos amigos si más no recuerdas. Exacto amigos Albert, pero eso tal vez le hagas creer a ella y a todo el mundo pero yo. Yo no me trago el cuento ese de tu amistad desinteresada y el que hayas superado lo de Elena. Te conozco Albert porque más halla de ser un hombre muy experimentado con el sexo opuesto, soy tu hermano y te vi crecer y sé cómo piensas. Creo que te equivocas Dante, sabias como pensaba. La vida cambia a las personas y más los golpes. Y creo que en vez de preocuparte por mí o por quién sea este alrededor de Elena, deberías preocuparte más por tu actuar para recuperarla. Si es que puedes, porque mira qué haces unos méritos hermano. No me culpes a mí por no saber mantener a una mujer a tu lado, porque tal vez tengas experiencia sobre el sexo Dante, pero de relaciones creo que te falta mucho. Madura Dante. Le palmeó el hombro y lo dejo sorprendido ante sus palabras. Era cierto no podía seguir culpando a los demás por su propios errores y también se había dado cuenta que su hermano ya no era el mismo, pero lo peor de todo era saber y entender que ese nuevo hombre podría gustarle a Elena.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora