Cap 53

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Albert entró al hospital y se dirigió hacia la oficina del médico. Buenas tardes, ya llegó la paciente Elena Evans. No, esa paciente no ha llegado. Gracias. Albert le marco a su madre. Madre. ¿Dónde está Elena? ¡Cómo que se fue! Madre debía venir al médico hoy. ¡No debiste dejarle ir! Madre no estaba en condiciones de viajar. No importa lo que te halla dicho. Está bien, ese es su problema entonces, me ha hecho perder el tiempo. Colgó molesto, pero no por lo último que dijo si no porque le preocupaba su estado de salud. ¡Albert! El médico lo vió. Qué tal doctor. ¿Y Elena? Ella no vino, regresó a su casa está mañana. Pues no debió hace eso. ¿Tan mal está? Pues está delicada y más en su estado. ¿Qué estado? Pues acabo de hablar con un colega que me estaba consultando una paciente que evaluó ese mismo día y resultó ser Elena, resulta que Elena está embarazada y le preocupa su estado de salud. Albert sintió que le caía un balde de agua fría, Elena estaba embarazada y no dijo nada. Debe verla un médico de inmediato en donde esta, te daré los análisis y recomendaciónes para que le lleve a su médico obstetra. Si no se cuida podría perder al bebé. ¿De cuánto está? Tres meses. No tuvo que ser genio para saber que era suyo.

Hija no te ves nada bien. Estoy cansada tía solo quiero descansar. Adelante date una ducha y ve a la cama, voy a prepararte una buena cena y me ocupo de los niños. Elena le hizo caso. Luego de ducharse y cenar al menos parte de la cena se durmió profundamente pero varias horas después alguien entró a su habitación y tocó su rostro, cuando despertó se topó con el rostro del hombre que ella amaba con locura pero que él solo sentía desprecio. ¡Albert! ¿Qué haces aquí? Se sentó en la cama, Albert se puso de pie y comenzó a dar vueltas en la habitación hasta que posó nuevamente sus ojos en ella. No asististe a la cita. Pero no debiste molestarte en venir por eso, pudiste haber llamado, además iré mañana al médico. Vine a traerte estos documentos que el doctor te envío, él y él obstetra que te atendió también. Elena abrió los ojos al escuchar lo que dijo. ¿Porqué la sorpresa? Por nada. Dijo ella. Por nada. Repitió él. Así que mi hijo es nada. Elena tembló al escuchar sus palabras. ¡Cuándo ibas a decirme! Gritó. Albert yo...¡Acaso pensabas ocultarmelo! Es que has pensado en...¡Nooo! Gritó ella nerviosa. ¡Jamás haría algo así! ¿Y cuándo pensabas decirmelo? ¡No lo sé! Ayer cuando supe lo que me pasaba decidí decirte porque estaba conciente de que debías saber, pero te escuché hablar con Margaret y ya no pude. Albert yo sé que me odias y me desprecias porque he sido una desgracia para ustedes desde que entre en sus vidas, pero el bebé no tiene culpa. Entiendo que quieras rehacer tu vida y has escogido bien. No te exigiré nada y tampoco diré que eres el padre nadie sabrá quién es. Sigue tus planes yo me iré lejos con los niños, tengo una oferta en Europa y estoy pensando en aceptar. No pasa nada tranquilo. Albert no podía creer lo que escuchaba. ¿Me estás hablando en serio? Elena no le miró a los ojos. La tomo por los brazos. ¡Piensas que voy a desentenderme de mi hijo! Elena, yo jamás abandonaría a mi hijo. Albert por favor solo déjame ir. Es mi hijo también Elena y no voy a renunciar a él. La soltó. Ahora sólo descansa debes cuidarte bien para que nazca fuerte. Mañana iremos al médico. ¡No quiero tu lástima! ¡No quiero está situación! Necesito paz y estando cerca solo me odiaras más. ¡Yo no te odió maldita sea! ¡No te niego que he tratado de hundir estos sentimientos que me atan a ti! Pero por más que trató, por más que me repito que no debo amarte no puedo. Rompió a llorar y Elena no entendía nada. Elena sólo intento alejarte porque pienso que no merezco ser felíz a tu lado cuando por este amor Dante murió. Sí yo no me hubiese involucrado contigo tal vez estarían juntos y el final hubiese sido otro. Eso no es cierto Albert, contigo o sin ti lo de Dante y yo sé hubiese acabado de cualquier manera porque a pesar de que sí nos amamos no era tan fuerte como pensamos, solo nos ayudamos a sanar pero no estábamos destinados. Yo...jamás me sentí tan viva y completa como me sentí contigo, de la manera en que tú me tratabas, como me conociste en cada detalle de mis gustos y pensamientos. Cómo éramos tan afines en todo. Con Dante sane muchas cosas y gane lo mejor que me pudo haber pasado esos dos niños que están dormidos, pero el amor eso, lo descubrí a tu lado. De pronto ella sintió un gran dolor en su vientre. ¡Elena qué sucede! ¡Me duele! Albert la tomó en brazos y la llevó al hospital. ¡Tranquila Elena estaras bien! Debe salir. ¡Por favor cuidela a ella y a mi bebé!

¿Qué te han dicho? Entran y salen pero no me dicen nada. ¡Tranquilízate muchacho! Ella es fuerte. ¿Y los niños? Les dejé con una amiga para venir acá. Gracias. No es bueno estar solo en estas situaciones. No iba a decirme nada. No lo creo, ella estaba confundida y herida por todo lo que ha pasado pero al final haría lo correcto Albert, no te dejaría sin saber. El médico salió al fin. ¡Qué paso! ¡Cómo esta! Esta bien, pudimos parar la hemorragia y ambos están estables. ¡Gracias a Dios! Necesita reposo absoluto, la estamos tranfundiendo sangre ahora mismo. Su estado es de cuidado y permanecerá aquí varios días hasta que su hemoglobina mejore y no halla peligro de sangrado. Lo que sea necesario doctor y gracias. Bien pueden pasar a verla. Ve tu hijo sé que desesperas por verle. ¿Te ves mejor? Siento que me ha pasado un camión por encima. El doctor dijo que mejorarás pero debes descansar y guardar reposo absoluto para que no se dañen ninguno de los dos. Lamento todo esto. No más que yo. Si algo te hubiera pasado a ti o a nuestro bebé. Estaremos bien es fuerte lo puedo sentir. Cuidaré de ustedes y no me separare ni un minuto. No es necesario. Tienes ya tu vida hecha siguela como hasta ahora. Estela mi lugar es al lado de nuestros hijos y con la mujer que amo. Beso mi frente y luego mis labios. Iba a decirte no lo ocultaria. Lo sé. Tenía miedo y como veía las cosas creí que no se daría este hijo. Llore y él me abrazo, pude sentir su calor ese calor que me daba seguridad y bienestar. Nacerá sabe que le amamos demasiado. ¿Quieres casarte conmigo? Le miré sorprendida de su pregunta. Albert no tienes porque....No es por el bebé solamente Elena, yo te amo y siempre será de esa manera. Es nuestro turno de ser felices y formar esa familia que mi hermano quería tener. ¿Es que no me amas? Claro que te amo. Entonces porqué las dudas. Acepto. Como no iba a hacerlo yo amaba a ese hombre y están vez no dejaría escapar la felicidad por miedos y malos recuerdos del pasado. Ya era libre y era gracias al amor y paciencia que aquel hombre me había dado. Podía amar de nuevo, podía volver a creer que el amor no era un espejismo si no una oportunidad de vivir al máximo. Tendría al fin mi familia. Por ti seré la mujer más feliz de esta planeta. Creo que es al revés por ti logré romper la maldición que nos rodeaba, y lograr la felicidad de amar y ser amado sin importar las circunstancias que nos deparó el destino. Te amo Elena. Y yo a ti Albert.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora