Cap 43

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Dante llego al apartamento y para su sorpresa habían personas sacando varias de sus cosas entró molestó y vio a Alba dando instrucciones. ¿Se puede saber qué haces? Re decorando querido, a este apartamento le hace falta un toque femenino. Además antes de mudarme aquí quiero sentirme en casa. Alba en primera te dije que pensaría lo de vivir juntos y en segundo lugar de darse, aquí no sería. ¿Porqué? Este es mi lugar personal. ¿Es eso o que te recuerda a Elena? Alba estoy cansado he tenido un caso difícil y lo menos que necesito es pleito. Si no quieres verme realmente molestó vuelve a poner todo en su sitio. Se fue hacia su habitación, las cosas cada vez estaban peor, la vida con Alba era difícil y sofocante. No lo dejaba respirar siempre quería saber dónde estaba y con quién hablaba. Era controladora y ya se estaba hartando de eso. Joseph por otra parte era majadero e interesado un cambio radical había dado. Le extrañaba algo en todo y era que Alba no insistía en que Dante reconociera a Joseph y cuando le tocaba el tema lo evadía diciendo que no hacía falta porque ya Joseph se había acostumbrado a su apellido de soltera y que era mucho papeleo. Dante no se daría por vencido pues luego de corroborar su paternidad deseaba reconocerlo y así lo haría. Mandó a investigar el paradero de Alba los años que no estuvo con él porque aún tenía dudas sobre toda su historia, pero todo concordaba según su relato. Aún así sentía que Alba ocultaba algo. Había una caja sobre la cama y abrió la misma y vio cosas de Elena, recuerdos invadieron su mente y más cuando tomo entre sus manos su perfume olvidado. Lo olió y de pronto anhelo olerlo en ella, recordó que la vida junto a ella fue distinta a la de ahora. Elena nunca lo atosigaba y siempre se hacia a un lado dándole espacio para respirar. Nunca le pedía nada, ni joyas, ni autos, nada. Miro hacia la puerta de baño y su imagen apareció sonriéndole de aquella manera que le hacía olvidar todo estrés pero después recordó su rostro triste cuando decidió irse. Al mirar alrededor de la casa que ya estaba vacía entendió porque no pensó en ella y era que no había su toque en aquel lugar, jamás le permitió entrar por completo en su vida porque temía que ella se fuera y no deseaba tener recuerdos de ella más que aquella triste caja con un perfume, y libros que olvido. Pero se dio cuenta de que a pesar de no tener nada de ella todo le recordaba a ella, cada rincón de la casa, cada risa en la cocina mientras preparaba un postre, cada discusión que terminaba haciéndole el amor. Y cuando vio el cuarto de Donovan le invadió el recuerdo de ella alimentando al bebé y cantándole para dormirlo. Su teléfono sonó era Albert. Albert. Hola Dante. Tiempo sin saber de ti, imagino que en Europa todavía. Pues no, hace tiempo regrese. Mamá no me comentó nada, bueno aunque últimamente apenas me habla solo lo necesario. ¿Y a que debo tu llamada? Como bien sabes el cumple de Donovan se acerca. Sí lo sé. Pues Elena a planificado su fiesta aquí en su hogar. ¿En serio? ¿Tú estás con ella? Albert hizo una pausa porque si supiera que sí estaba con ella pero más de lo que imaginaba sabía que no le haría chiste. Sí. Así que Elena decidió dejarme visitarle. Sí, ella prefiere que el niño este en su ambiente diario junto a los que le aman. Entiendo. Y puedes traer a Alba y a Joseph si así lo deseas. ¿Y porqué ella no me llamo? Para evitarte problemas con Alba ya que sabe que no le gusta que te llame. Eso me tiene sin cuidado, Alba tiene que entender que Donovan es mi hijo también y que debo relacionarme con Elena. Suerte con eso Dante. Bien solo llame para avisarte será la próxima semana, el sábado a la 1 de la tarde. Allí estaré. Bien adiós. Albert colgó, Elena entraba a la casa con Donovan de la mano que traía una canasta con huevos. ¡Huevos papi Abert! ¡Si ya veo campeón! Donovan, es tío Albert. Déjalo Elena que me diga cómo quiera. Donovan corrió hacia la sala a ver caricaturas y Albert aprovechó y se le acercó a Elena por detrás mientras está limpiaba unos platos y besaba su cuello. ¡Basta! Puede vernos. No lo hará. Albert ya te vio durmiendo en mi cama, eso lo confunde. Elena se volteó para verle la cara y rodear su cuello. Dijiste que seríamos discretos. Y si escuchan que te llama papá será sospechoso. Es que no puedo dejar de besarte, ni de abrazarte Elena. Albert la abrazó con temor pues temía que aquello acabará porque la realidad era que él la amaba. Albert. ¿Qué te pasa? El se separó. Nada, tranquila. Elena sabía que algo pasaba le conocía. ¿Es por la fiesta? Creo que no es buena idea que venga es todo. Albert si deje que viniera y hasta permití la presencia de Alba es por Donovan porque te guste o no Dante es su padre. Dante no está interesado en mí, tomo su decisión y yo la acate. Solo la acataste como bien dices pero. ¿Y si cambiara de opinión Elena? ¿Si Dante quisiera recuperarte? Llevas tiempo sin verle tal vez al hacerlo tus sentimientos aparezcan. Y si eso pasa...Si eso pasa que lo dudo terminarían tus encuentros conmigo. ¿Eso temes? Dijo Elena molesta. ¡Qué! ¿Elena de qué hablas? Solo tienes sexo conmigo Albert tal y como lo acordamos. Somos amigos y estamos bien así. Me siento libre contigo no lo arruines. Albert salió hecho una furia de allí. Albert viajó por unos días, según él trabajo pero Elena sabía que estaba molesto por lo la fiesta y por lo que le dijo, pero era la realidad estaba envuelta en una relación de amigos con privilegios y ya comenzaba a sentir dudas respecto a eso y sobre todo por quién se trataba. Sonó su teléfono. ¡Lou! Que bueno que me llamas. Dime que llegaste a América. Sí, ya Miranda y yo regresamos para el cumpleaños del Donovan de tío Lou. ¿Pasa algo? Hablaremos cuando estés aquí. Ok. ¿Estás segura que estás bien? Bien; bien no pero puedo esperar. Llegare lo más pronto que pueda. Dile a Donovan que lo extraño, bye. ¿Cómo me metí en este lío?

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora