The Interview (Terminada - SIN EDITAR)

Treinta y uno

Hoy por fin lo vería. Después de tantos días en los que habíamos estado sin vernos, hoy por fin estaríamos juntos. Aunque el trato de vernos implicaba quedarme en su hotel sin tener que preocuparme de nada más que de disfrutar y estar con él. Pero de todas formas eso me hacía sentir mal ya que no me gustaba que gastaran dinero en mi, y eso iba para mi familia y amigos, y ahora para Justin.

Todavía se repite la conversación que habíamos tenido con respecto a eso y solté una risa silenciosa.

«—Y te quedarás conmigo en el hotel —me informó y me miró a los ojos— y pobre de ti que reclames de que no quieres que gaste y bla, bla, bla... —eso al menos me hizo reír— porque el tema no está en discusión.

—Justin —comencé diciendo pero él me corto al instante.

—Si sigues me enojo —amenazó— tengo dinero de sobra y aunque suene engreído es verdad, y tengo que gastarlo de algún modo y no me duele para nada gastarlo en la chica con la que estoy en estos momentos, menos si es para poder estar con ella.

Me quedé callada y metí mis labios dentro de mi boca sin saber qué decirle. Era verdad que el chico tenía todo el dinero del mundo y que no sabía en qué gastarlo ya, pero aunque iba aceptar, eso no quitaría la vergüenza de saber que que me paga todo.

—Está bien  —dije finalmente.

—Así me gusta —me sonrió y se tiró en el sillón de su habitación— entonces te veo en un par de días, cariño.

Asentí sonriendo a medias— nos vemos en un par de días.

—Claro, te quiero —me guiñó un ojo y yo sonreí embobada— ah, se me olvidaba —se acomodo en el sillón y me quedó viendo— Evert irá por ti a casa y te traerá hasta aquí. Te quiero, Adiós.

—¡Justin! —corto la vídeo llamada y me dejó con la palabra en lo boca y una sonrisa divertida también.»

A pesar de ser un porfiado, eso me hacía quererlo cada vez más.

Evert había venido por mi hasta casa y luego nos fuimos juntos todo el viaje. Había tenido la oportunidad de pasar tiempo con él y era un hombre bastante agradable y divertido, aunque aún me sorprendía que viniera por mi y no le diera flojera. A pesar de que él me dijera que le gustaba su trabajo y que para él no era problema venir por mí, yo sabía que alguna parte de eso era mentira.

Llegamos al hotel y en recepción me entregaron una tarjeta con la cual abriría la puerta de la habitación. Evert me acompañó y entró conmigo y con la maleta que él se había empeñado en llevarme.

Entramos y lo único que vi fue ropa esparcida por todos lados.

—¿Por qué hay... —Ésta era su habitación. Era la habitación de Justin— ¿Por qué en la habitación de Justin?.

Miré a Evert entrecerrando los ojos y éste sólo se encogió de hombros dándome una sonrisa cómplice.

—Porque pidió expresamente que te quedarás con él. Y si intentabas pedir una habitación, que te amarrara aquí si fuera necesario.

—¿Qué? —dije incrédula. Éste chico estaba loco— ¿osea que estoy como cautiva en su habitación?.

—Si intentas pedir otra habitación, si —asintió haciendo una mueca— quédate aquí, no tengo ganas de amarrarte a ningún lado —me pidió divertido haciéndome reír.

—¿Y donde está? —dejé mi bolso encima de la cama y miré a mi alrededor. Era un desastre.

—En la piscina. Yo estaré afuera para que puedas cambiarte y así bajes.