The Interview (Terminada - SIN EDITAR)

Siete

Terminamos de almorzar y se apoyó en el respaldo del sillón a la vez que cerraba sus ojos. Creo que le había servido mucha comida en su plato, pero de igual forma devoró todo en tiempo récord.

—Oh dios... —susurró y miró mis ojos desde su posición— eso estaba exquisito.

—Lo sé —sonreí orgullosa y Justin soltó una risa divertida— ¿Quieres postre? —ordené todo y levanté los platos.

—Nena... Pero que propuestas haces, eh —dejé los platos en el lavadero y vire los ojos.

—Hablo de fruta o helado, Justin —volví a la sala y me senté a su lado— tu mente necesita una lavadita.

Ríe mientras me mira recostado en el sofá de la sala. Verlo aquí, en mi casa, almorzando juntos... Sonaba de locos, quién diría que sería amiga de quien me volvía loca años atrás.

—¿Por qué me miras tanto? —salí de mis pensamientos y mire sus ojos avergonzada.

—Sólo pensaba —negué con mi cabeza olvidando mis ideas y me senté con las piernas arriba del sillón.

—¿En qué? —se acomodó y quedó frente a mí.

—En lo raro que es ésto —miré sus ojos mieles— jamás pensé en llegar hacer tu amiga cuando andaba como boba cantando tus canciones y soñando contigo —reí al recordar cuando era más pequeña.

—Así que te gusto desde pequeña —asentí con una sonrisa ladeada.

—Si, pero después de un tiempo tenía cosas mas importantes que hacer —le dije mientras lo miraba.

—Oye... —puso una mano en su pecho haciéndose el ofendido— eso me llegó aquí —apuntó su corazón haciéndome reír— bien adentro llegó.

Apoyé mi cabeza en el respaldo del sillón y lo miré riendo divertida mientras tocaba su pecho aún fingiendo dolor. Sus ojos fueron a parar a los míos e imitó la misma posición que yo, dejando su cabeza en el respaldo del sillón mientras me miraba. Su mirada era muy profunda, me hacía imaginar que estaba viendo en lo más profundo de mi, pareciera que fuera capaz de ver todos mis pensamientos y miedos, y a esta hora yo ya estaba más que pérdida en sus ojos.

—Me encantan tus ojos —murmuró despacio mientras su mano buscaba la mía.

—A mi los tuyos —sonreí tiernamente mientras lo observaba y agarraba su mano.

—Te conozco poco, pero lo que te conozco me hace dar cuenta de lo buena que eres.

Sonreí sin decir nada y me acerque a él para abrazarlo fuertemente, apoye mi cabeza en su pecho y segundos después sus brazos envolvieron mi cuerpo apretándome contra él.

—¿Una película? —levante mi cabeza y lo miré sonriente.

—Ya estabas tardando en proponerlo —nos separamos y busqué el mando a distancia— ¿Cuales te gustan?.

—Amo el terror —abrí mi sesión en netflix y me apoye en su brazo.

—Me gusta eso.

•••

—¡Déjate! —le grité por quinta vez en la media hora que llevábamos viendo la película. No paraba de molestarme como un niño pequeño.

Tiraba mi cabello, pellizcaba mis piernas o se ponía hacer sonidos molestos con la boca y era muy insoportable, era como un niño de cinco años.

Comenzó hacer sonido de caballo como cuando sus patas tocan el suelo y hacen sonar las herraduras, una y otra vez lo hacía mientras intentaba escuchar alguna mierda de la película.