The Interview (Terminada - SIN EDITAR)

Treinta y nueve

Es increible ver como el tiempo pasa tan rápido, como las horas y los días pasan frente a tus ojos y apenas te das cuenta de eso. Es increíble ver como sólo una acción de la persona que quieres, puede cambiar todos tus pensamientos y emociones de un segundo a otro, para bien o para mal; es increíble ver el poder que tienen.

El tiempo pasaba y yo seguía aquí, estancada en lo que llevaba pensando hace al menos un mes, en lo que un día llegó a mi cabeza sin avisar y ahí se quedó y acomodó por lo que parecía un tiempo indefinido, pero para lograr que se marchara, yo debía echar fuera lo que pensaba y eso podría implicar arruinar muchas cosas.

No hay nada peor que la inseguridad, esa inseguridad que te haces sentir tu misma, nadie más. De esa que viene de ti y te preguntas, ¿Seré suficiente para él?, y te comes la cabeza día y noche pensando en las diversas respuestas para aquella pregunta tan molesta.

Yo me la había hecho también, esa misma pregunta rondaba en mi cabeza de hace semanas, y lo peor de todo es que no me dejaba tranquila ni un sólo segundo. Mientras trabajaba la pregunta rondaba en mi cabeza sin parar, imaginando los distintos escenarios en que esa pregunta podría ser respondida por él, haciéndome sentir mal y con un ánimo bastante bajo, tan bajo que hasta mis compañeros de trabajo se habían dado cuenta. Qué decir de Debra, quien era la persona que mejor me conocía y sabía que algo andaba mal conmigo.

La inseguridad de no saber que era para Justin, me estába matando.

Lo peor de todo es que tenía miedo. Yo a él lo quería, al fin y al cabo han sido meses conociendonos y estando juntos, saliendo. Pero por mucho que alguien diga que te quiere, tú no eres capaz de meterte en su  cabeza y poder saber si en verdad lo siente, si en verdad le importas tanto como dice.

El tiempo que pasábamos juntos era el mejor, solo risas y conversaciones sobre el otro o temas triviales, nuestros momentos juntos eran para relajarnos y conectarnos con el otro. Por mi parte me sentía cada vez mas enganchada a él, más cerca de él en lo sentimental; pero mi duda era... ¿Qué tan cerca se siente él de mi?.

He querido preguntarle miles de veces, ¿Qué somos?, pero me entra la cobardía y me quedo callada, pensando en que si lo hago podría meter los pies hasta el fondo. Los chicos siempre se asustan ante el compromiso, aunque sea un simple noviazgo, y una vez dijimos que nada de apuros, y quizas si pregunto algo así, estaría apurando las cosas y lo que menos quiero ver es cómo sale corriendo.

Debra me decía que lo mejor era que hablara con él, que no podía seguir con ésto dentro de mi porque al fin y al cabo me estaba haciendo mal a mi misma. Que le dijera lo que pensaba de una forma sutil, no haciéndole pensar que quería ser su novia ahora ya, pero que si notara que mi interés era real y que quería en algun momento poder llegar a ser algo más que amigos con beneficios. Pero el problema es saber cuando sería el momento correcto para sacar el tema, y cómo decirlo.

Solté un suspiro pasando las manos por mi cabello, gracias a Dios era sábado y podía estar en casa todo el día y hacer nada, ya que durante la semana había trabajado con Debra en las diversas campañas que estaba haciendo y todas topaban cuando trabaja de tarde, por lo tanto tenía toda la mañana para poder trabajar con el maquillaje de las modelos.

—¡Oye! —el grito de mi amiga me hizo pegar un brinco en la cama y mirarla desde mi posición con rostro asustado.

—¿Qué te pasa loca? —me senté en la cama y luego apoye los pies en la alfombra, preparándome mentalmente para levantarme. Por mi estaría acostada todo el día.

—Te he gritado como cinco veces que la pizza ya llegó, en serio necesitas audífonos porque estas bien sorda. —me miró una última vez y se giró para bajar las escaleras e ir a la sala.