Cuarenta

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—¿Estás bien? —la voz de Justin me hizo desconectar de mis pensamientos y volver al ahora, quería dejar de pensar al menos por hoy pero parece que era imposible.

—Si —dije sonriendo intentando que no se percatarse de nada.

—¿Segura?, sabes que puedes confiar en mi y decirme lo que te pasa.

Me senté en la orilla de la cama y agarré su polera que estaba a un lado de mi pies, me la puse y me levanté pensando en qué tan terrible pasaría si le decía lo que pasaba.

—Es... —arrugue mi entrecejo y comencé a morder una de mis uñas— no olvídalo.

Comencé a caminar hasta la puerta queriendo ir a la cocina pero antes de salir una de sus manos me detuvo y me giró despacio hasta él. Me hizo mirarlo a los ojos mientras el agarraba mi cintura y me pegaba a su cuerpo semi desnudo, sólo estaba cubierto por un boxer y eso no era justo si quería decir algo tan serio.

—Ven aquí —dejó un beso en mis labios y comenzó a caminar conmigo hasta la cama para sentarnos a los pies de ésta— ¿Qué pasa?.

Solté un suspiro y dejé caer mis manos en mi regazo, debía ser valiente y decirle todo lo que pensaba, era ahora o nunca y sabía que si no lo hacía hoy no lo haría nunca y dejaria pasar el tiempo y quién se haría daño sería yo.

—Es algo que he estado pensando hace un par de semanas y no he querido decirlo porque tú y yo lo conversamos en su momento. —lo miré unos segundos y pude ver como su semblante cambiaba de a poco— ¿Qué somos?, ¿Qué soy yo para ti? —esta vez no lo quise ni mirar, su mano habia dejado de estar en mi espalda y ahora descansaban colgando de sus rodillas, estaba poyado con sus antebrazos en sus piernas y su cabeza estaba agachada.

Sabía que ésto no iba a salir bien, pero ya lo estaba soltando y no había para arrepentirse ahora.

—Eso lo conversamos tú y yo hace un tiempo, Gabi.

—Sí lo sé, y estuve de acuerdo también. Pero el tiempo pasó y siento que ésto no es más que una escapatoria para ti y un revolcón. —se me escapó todo sin poder detenerlo, nada iba acabar bien hoy— Me encanta pasar tiempo contigo y lo que tenemos, pero ya llegó un punto en el que no sé que soy exactamente para ti y me da miedo seguir así y que nunca cambie nada. —se levantó de la cama y cama y comenzó a pasearse por la habitación desordenando su cabello— No te estoy diciendo que seamos novios ahora ya, ni tampoco mañana, ni en una semana... Sólo quiero saber qué piensas de ésto —tome un respiro y luego continue—, qué piensas de nosotros.

Solté un suspiro profundo después de hablar como si todo el miedo restante hubiese salido de mi cuerplo, no sabía que estaba pasando por su cabeza pero al menos la mía ya estaba tranquila al haber soltado todo. Llevábamos casi nueve meses así y estaba en todo mi derecho a saber qué quería de mi o qué estaba esperando, y sí, habíamos quedado en ir con calma y nada de presiones, pero los meses pasaron y han pasado varias cosas entre nosotros como para seguir pensando lo mismo.

Veía a Justin pasear de aquí para allá sin decir nada, cosa que me estaba haciendo sentir horriblemente mal, pareciera que le hubiese dicho que se casara conmigo hoy mismo.

—¿Vas a decir algo o... —me encogi de hombros esperando a que se dignara a decirme alguna cosa, al menos un "no quiero ser nada ahora mismo" por lo menos, pero el silencio era mucho peor que cualquier respuesta.

—Yo —frenó su andar y caminó nuevamente hasta mi sentándose en la cama y soltando un suspiro— No eres un revolcón, no vuelvas a decir algo así. —tomó mi mano y la entrelazo con sus dedos— Tú sabes que me gustas mucho y que te quiero, te lo he dicho muchas veces porque es cierto, pero no sé si quiero una novia justo ahora.

The Interview (Terminada - SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora