Capitulo 12.

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-Nichole el viernes no vendré a trabajar... y el jueves solo estaré hasta medio día-, cualquiera pensaría que mi jefe iba a poner el grito en el cielo y me despediría.

Yo estaba de pie recostada en el marco de la puerta de la oficina de Nichole, en mi mano izquierda estaba el borrador del último artículo de Priscila, el cual leía al tiempo que bebía la taza de humeante café que sostenía con la mano derecha.

-Está bien Sam, tienes algo importante?-, ella me dio un vistazo por encima del libro que estaba leyendo.

-Naaaa, iré a la casa de la playa de Gino con Nick!-, dije mientras me sentaba en el sofá de su oficina y ponía la taza sobre la mesita justo frente a este, todo sin quitar mis ojos del texto, esa era una habilidad adquirida en el trabajo.

El sonido del libro al cerrarse me saco de la lectura y desvíe la mirada hacia Nichole. Ella había dejado el libro cerrado sobre su escritorio, se organizó el flequillo del cabello, cruzó su pierna y me miró directo a los ojos.

-Sam, querida, acaso tú y Nick yaaaaa!-, ella hizo un rollo con su mano derecha y no supe a que se refería.

-Que quieres decir Nichole?-, yo fruncí el ceño y parpadee repetidamente.

-Ya han estado juntos linda?-, dijo elevando una ceja.

Nichole es la editora en jefe de la revista, por lo tanto es la mayor de las editoras, pero no era como para que hablara con ese lenguaje anticuado para referirse al sexo... caray! la mujer debía tener unos treinta y cinco como mucho, por alguna razón ella se rehusaba a revelar su edad. 

-Si te refieres a si Nick y yo hemos tenido sexo?, la respuesta es no!-, regresé la vista a mi lectura y tome de nuevo la taza para dar un sorbo.

Para ser más exactos hacía mucho que no había un hombre en mi cama, no desde Alan, y la verdad es que no tenía idea de cuánto tiempo más podría pasar antes de superarlo.

-Uhhhh, entonces te lo llevas de fin de semana para eso!, comprendo-, su sonrisa maquiavélica me heló la sangre por un segundo.

-Nichole!, solo somos amigos comprendes?, es un viaje por su cumpleaños, no más!-, le dije con mis ojos abiertos de par en par y un tono de reproche en mi vos.

-Como sea querida, si tú lo dices!-, esa condescendencia con la que hablo me molesto así que decidí salir de ahí cuanto antes, aún tenía que terminar mi lectura y el café.

Durante la semana Nick y yo estuvimos planeando el viaje. El dijo que llevaba mucho tiempo sin ir a la playa y que casi todos los viajes los había hecho en familia, en las historias que me contaba nunca habían aquellos momentos locos que tus amigos nunca te dejarían olvidar, nada de eso, Nick solo paseaba por los lugares de turismo durante el día y conociendo las habitaciones de los hoteles de noche... tendría que cambiar eso este fin de semana!.

El jueves al medio día salí de la revista, fui al departamento a recoger a mi querido Queso y lo lleve junto a todas sus pertenencias más preciadas a pasar una corta temporada con su antigua mamá Emma.

Al volver al departamento ahí estaba el flamante auto de mi querido Nick, mire el reloj en mi muñeca y marcaba las 2:00 pm, debía darme prisa para estar lista a tiempo porque debíamos estar en el aeropuerto a las 5:00 pm.

Salí del ascensor, pase timbrando al departamento de Nick y entre al mío dejando la puerta de la entrada abierta, esa era nuestra costumbre para invitar informalmente al otro a seguir.

-Sam!-, llamo Nick al entrar a mi habitación.

-En el baño!-, yo estaba dándome un duchaso, no había tiempo para baños en tina, y además iba a la playa a relajarme, la tina ese día se podía omitir.

CUANDO TE CONOCÍ @MiaRuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora