Capitulo 22.

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Alguien ha escuchado el refrán que dice "Peléate mejor con los parientes que con los vecinos"?...

Esa noche me dormí llorando, estaba segura que había algo en mi que hacia que los chicos de cierta forma se obsesionaran.

Alan había sido mi novio por casi dos años, antes de mi el era todo un don Juan... al menos eso decían sus amigos... por lo que al principio me había negado muchas veces a salir con el.

Sus amigos solían preguntarme que le había hecho a manera de broma, al parecer en ese entonces Alan les hablaba de mi todo el tiempo y yo me había convertido en algo así como su amor obsesivo.

Y ahora Nick, que había pasado de ser un joven y amargado cirujano a todo un fiestero de la noche a la mañana, había dejado a su novia y ahora además hablaba de que pensaba en mi todo el tiempo y que era casi perfecta... el actuaba así por mi culpa y yo no sería capaz de sobrevivir a otra experiencia como la de Alan.

En la mañana desperté con los ojos muy hinchados, no quería ir al gimnasio ni al trabajo, pero era peor si me quedaba en casa todo el día pensando en Nick. Me puse bolsas de té heladas para bajar la hinchazón de los párpados y me puse lo que primero encontré en el closet.

Ese día tuve que usar en la oficina unos lentes de sol súper grandes para cubrir mis párpados hinchados y les dije a todos que había amanecido con conjuntivitis. George le dijo a Nichole de mi enfermedad ocular y ella quiso enviarme a casa pero obviamente me negué alegando trabajo atrasado.

Le pedí a la señora del servicio que me trajera el café a la oficina para no tener que ir por el y encontrarme con Nichole u otros que me preguntarán por el.

A la hora del almuerzo ya estaba harta de sentirme mal y pensar en Nick, tenía que hacer algo para resolverlo y me quedé pensando que sería lo mejor en este caso.

No podía enviarle un mensaje, eso sería muy impersonal y obviamente no podría explicarme bien, lo mejor sería abordarlo personalmente cuando llegara al departamento y hacerlo entrar en razón, las cosas no tendrían porque terminar así, podríamos ser buenos amigos.

Decidida a enmendar las cosas con Nick ya no me mortifique más en la tarde y termine el trabajo sin sentirme miserable.

Al final del día conduje al edificio con todas mis esperanzas puestas en que este tiempo le hubiera servido a Nick para pensar mejor las cosas y ya hasta tenía una sonrisa en mis labios.

Llegue al edificio y quedé casi helada al ver a Nick bajándose de su BMW, me obligue a salir de mi trance y estacione lo más rápido que pude, planeaba alcanzarlo en el ascensor y esa sería mi oportunidad de hablar con el.

Nick llevaba su pantalón corto deportivo y una camiseta de color blanco, traía su maletín de entrenamiento y se bajó rápido del auto... se notaba que venía de hacer deporte y se veía igual de sexy como siempre con su cabello húmedo y despeinado.

Tome mi bolso y deje que la alarma del auto se activará sola, camine rápido y el ya estaba en la puerta del ascensor. Llegue junto a Nick al tiempo que la puerta del ascensor se abrió y él entró antes que yo.

Nick estaba de pie muy cerca de la puerta, como listo para salir corriendo apenas se abriera, yo espere un paso detrás de él y como el tiempo sería corto me apresuré a hablar.

-Nick, quisiera hablarte de algo-, le dije en vos baja y algo dubitativa mientras dirigía mi mirada a su rostro.

El permaneció inmóvil, con su mirada al frente y no dijo ni una palabra. Pude ver cómo la mandíbula se le tenso cuando apretó los dientes pero su expresión permaneció inescrutable.

CUANDO TE CONOCÍ @MiaRuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora