Capitulo 34.

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Mi nuevo edificio era tan lujoso y elegante como el anterior, pero en este no había ningún vecino sexy como el, como Nick.

Ahora Queso y yo vivíamos en el piso 12 de uno de los mejores edificios de la ciudad, en un departamento muy elegante con amplios ventanales en vidrio que dejaban ver una hermosa vista de la ciudad.

Teníamos todas las comodidades aquí, aunque el departamento era un poco más pequeño, con piso de madera y paredes color azul cielo, una sala preciosa con un juego de sofás color carnauva, y como en la pared principal no había ningún adorno, decidí colgar la pintura que André me había dado.

Aquí solo había una habitación, enorme eso sí y con un gran baño y vestier. Pude continuar con mis baños de espuma gracias a que la tina era aún más grande que la anterior, de color blanco y con hidromasaje.

Todo era lindo aquí, pero nada me hacía disfrutarlo, estaba sola, sin mis amigos y sin Nick. Aún no podía olvidarlo, ya no me dolía tanto cuando pensaba en el, pero aún lo hacía.

No podía creer que a Nicholas no le hubiera importado lo que le dije en el vídeo, prácticamente le había abierto mi corazón al decirle lo de Alan y al confesarle que estaba enamorada de el pero que sentía pánico por ello. Aún así no lo odiaba, no podía guardar ningún mal sentimiento hacia el y había decidido que no quería olvidarlo, solo dejar de amarlo y fue por eso que imprimí la fotografía que tanto amaba de nosotros, en la que estábamos en el mirador de la isla y la puse en un marco sobre la mesita de noche al lado de mi cama, así podía verlo a diario y lo recordaría siempre aunque de apoco lo dejaría de amar.

Tuve que partir de cero en la nueva oficina, nadie me dijo que tenía que encargarme de contratar mi propio personal y pase casi un mes entrevistando personas. Contrate dos fotografos, dos reporteros y con el presupuesto que tenía no me alcanzaba para tener una editora, así que yo misma haría todo el trabajo de edición.

La nueva oficina quedaba en el segundo piso de un centro comercial, dentro habían otras tres oficinas más pequeñas, una era mía, en la otra estaban los escritorios de los chicos y la última era el salón de juntas.

El siguiente mes trabaje más que nunca, salía del departamento con el amanecer y regresaba tarde de la noche, solo tenía tiempo para hacer ejercicio en las mañanas, en este edificio también había gimnasio, lo que me facilitaba el no tener que desplazarme y ya ni siquiera salía de fiesta, trabajaba hasta los sábados y cuando tenía tiempo libre solo quería dormir y descansar.

Emma había venido a verme un par de veces con Mario, entre ellos las cosas iban bien y ya habían formalizado su relación. Ella siempre se ponía nostálgica a la hora de irse y me hacía prometerle que la llamaría a diario, resulta que ahora que vivía lejos hablábamos más por teléfono que cuando vivíamos en la misma ciudad... que ironía!.

Después de tanto trabajo por fin habíamos contribuido para la impresión del siguiente volumen de la revista con dos artículos de lujo a cerca de los principales diseñadores de la ciudad, y había preparado una fiesta de inauguración de la nueva sucursal de la revista en uno de los mejores salones de la ciudad.

El día de la fiesta salí temprano de la revista y fui al salón de belleza, me hicieron un peinado espectacular, un recogido que dejara lucir el precioso vestido que había comprado en una de las tiendas del centro comercial. Me maquillaron los ojos ahumados con delineado estilo cat para la noche y pintaron mis uñas de color rojo sangre.

Volví al departamento y busque a Queso, que ahora tenía un escondite favorito, le hacía feliz meterse en mi closet con su bolita de acrílico y siempre lo encontraba durmiendo ahí. Los primeros días lo sacaba y cerraba la puerta del closet pero el no dejaba de golpear la bola contra la madera haciendo un constante ruido exasperante... uno de los dos debía darse por vencido y obviamente no fue el!.

CUANDO TE CONOCÍ @MiaRuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora