Capitulo 23.

1.3K 111 2
                                    

Abrí los ojos y la luz que entraba por el balcón me cegó, intente incorporarme pero sentí una lanza que atravesó mi cabeza y me obligó a llevarme las manos a los lados de esta. Mire alrededor y me había quedado dormida en el sofá de la sala... qué hora serían?, Dios!!! Nichole va a matarme!.

Recogí mi celular del suelo y se había descargado... ummm, por eso fue que no sonó Shape of You... me arrastre hasta la cocina a buscar unos analgésicos, en la casa de cualquier fiestero que se respete no faltan analgésicos para el dolor de cabeza, antiácidos para la resaca y chicle para el tufo. Saque el jugo de naranja de la nevera, serví un poco en un cristal y tome los calmantes.

El reloj del micro ondas marcaba las 10:12 am... y para que apurarme si ya era puré de Sam!.

Entre directo a la ducha y deje que el agua helada hiciera lo suyo mientras corría por todo mi cuerpo desde la cabeza. Salí sintiéndome un poco mejor hasta que vi mi reflejo en el espejo... era un maldito desastre!... Tenía ojeras color morado intenso bajo los ojos y los párpados estaban de nuevo hinchados... este sería otro día de lentes oscuros en la oficina!.

Use lo primero que encontré en el closet y decidí no maquillarme... para que si escondería el rostro bajo los lentes?... deje mi cabello suelto para que el cuento lo secara y salí corriendo al estacionamiento.

El auto de Nick no estaba en su lugar así que me encontré cavilando sobre que podría estar haciendo mi condenado y sexy vecino en ese instante, estaba perdiendo tiempo vital y sacudí mi cabeza para alejar los inadecuados pensamientos de mi cabeza, y me concentré en conducir.

Entre corriendo a la revista bajo la mirada de reproche de la recepcionista y me dirigí inmediatamente a la oficina de mi jefa.

-Nichole, discúlpame por llegar tarde...-, estaba de pie en la puerta de su oficina e iba a continuar con mi disculpa hasta que ella levanto la mano para detenerme.

Nichole estaba como era usual sentada detrás de su escritorio con un texto en sus manos y me dio una mirada por encima de este.

-No te preocupes linda, creí que no vendrías hoy, sigues mal de la conjuntivitis?-, no sé porque "conjuntivitis" no me había sonado muy bien viniendo de sus labios.

-Ehhh... si, no te importa que use lentes en la oficina verdad?-, le pregunte algo inquieta, ella negó con la cabeza y volvió a su lectura.

Camine hacia mi oficina tapando mi boca y exhalando el aire, me había lavado los dientes y usado enjuague bucal, pero aún así el aliento a alcohol era innegable, saque una caja de Trident de mi bolso y lleve una pastilla a mi boca... eso debería bastar!.

Deje mi bolso en el aparador, prendí el computador y me senté a ver los pendientes... no tenía ningún correo interno, qué raro!.

Le pedí a la señora del servicio que me trajera un café negro extra grande y sin azúcar, y volví a revisar la agenda del día.

-Priscila puedes traer por favor los escritos que tengas para editar?-, le llame por el teléfono interno antes de la hora del almuerzo.

-Sam, ya tienes todos los que te di ayer corregidos?-, ella sonaba un poco incrédula.

-Si, te los envié al correo, tienes otros?-, le dije antes de beber de mi café.

-Ehhh... esto...-, que sucede con ella?

-Priscila?-, la llame en tono de advertencia.

-No Sam, ya están todos los artículos de la próxima edición revisados, solo falta terminar de organizar el esquema del siguiente volumen-, ella habló rápido.

CUANDO TE CONOCÍ @MiaRuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora