Capitulo 18.

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Pusimos el wazee para que nos llevará al pueblo y Nick conducía el jeep. El vestía una camiseta sin mangas de color negro, un pantalón de jean azul claro y unos tenis. Tenía puestos sus lentes de sol y se veía muy sexy conduciendo el descapotable.

En el centro de la isla había un pueblo, con casas sencillas, un poco pequeñas y con algunos locales comerciales. Anduvimos alrededor del pueblo hasta que nos detuvimos en un restaurante que parecía ser prometedor.

El lugar era un restaurante de comida típica, todo en el local estaba construido en madera rústica de color natural y en las paredes habían colgados toda clase de elementos alusivos a la pesca.

Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y pedimos la comida típica del lugar. Nick se había sentado a mi lado, jugaba con la cola de mi cabello y me daba alguno que otro beso en el hombro o en el cuello.

Nos trajeron una especie de sopa espesa con múltiples tipos de mariscos, le pusimos unas gotas de limón y de verdad estaba deliciosa.

-Ummm... creo que te has quedado con más ganas después de anoche-, dijo Nick con vos traviesa antes de llevarse una cucharada a la boca.

Su comentario había salido de la nada y me había tomado por sorpresa.... más que eso me había dejado petrificada!.

-P-porque lo dices Nick?-, le pregunte mirándolo fijamente y parpadeando repetidamente.

-Ya sabes lo que dicen de los mariscos...-, él tenía una sonrisa retorcida y una ceja elevada.

-Nick!-, levante un poco la vos y le di una pequeña palmada en su hombro, seguro que ya tendría las mejillas de un rojo intenso y el soltó una carcajada.

Como me encantaría que esto pudiera continuar así siempre!.

Terminamos de almorzar y le preguntamos al mesero del lugar como llegar a la escuela de parapentismo, el hombre nos dio algunas indicaciones, Nick pago el almuerzo y fuimos de nuevo al jeep.

El pueblo era muy bello, desde la carretera se podía ver el mar y habían varias embarcaciones dedicadas a la pesca, y a los lados de la carretera habían muchos puestos de ventas de alimentos y recuerdos propios del lugar.

El sol estaba en todo su esplendor y el calor empezó a golpear fuerte a Nick que decidió de nuevo lucir su formado abdomen dejándome sin aire.

La escuela de parapente estaba situada en la parte más alta de la isla, en un área plana donde había un mirador desde donde se veía toda la isla en su máximo esplendor y tuve que tomar varias fotos del lugar con mi celular.

Le pedimos a uno de los jóvenes que atendía en la escuela que nos tomara fotos juntos y nos acercamos al borde del mirador para obtener el mejor fondo.

-Sube Sam!-, me dijo Nick inclinándose de espaldas a mi... quiere que me suba a su espalda?.

-Que dices Nick?-, le pregunte sonriente.

-Que subas, a mi espalda Sam-, dijo palmeando la parte baja de su espalda y yo subí en ella.

Rodee con mis piernas su cintura y me afirme con las manos rodeando su cuello, descanse mi mentón en su hombro y sonreí. La fotografía quedo preciosa, ambos sonreíamos y nos veíamos realmente felices, yo lo abrazaba por detrás y el sostenía mis muslos con sus manos... a partir de ese día esa se convirtió en mi fotografía favorita de los dos.

Nunca antes había volado en parapente, no sabía si era muy buena idea pero ya estábamos ahí y no iba a quedar como una cobarde.

Recibimos atentamente todas las recomendaciones que nos daban mientras esperábamos a que atardeciera un poco más para que los vientos de la isla golpearan más fuerte, y ambos volaríamos con un instructor para mayor seguridad.

CUANDO TE CONOCÍ @MiaRuzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora