La hija de Lily Evans

536 39 3
                                    

Acababa de comenzar el banquete tras la Ceremonia de Selección, no obstante, a Severus le parecía que la comida podía esperar. Se levantó, se aproximó a Dumbledore y le dijo:

-Debo ausentarme un momento, director. Olvidaba algo importante que tengo que hacer.

-Bien, bien, como quieras -respondió el anciano-. No sé qué puede haber más importante que la cena en estos momentos, pero tú sabrás. No hay inconveniente.

Severus asintió con la cabeza, bajó apresuradamente a las mazmorras y entró en su despacho. Y allí, elaboró un formulario que les mandaría cubrir a sus alumnos de primero de Slytherin. Las únicas respuestas que quería leer eran las de Sophia Evans, pero no podía pedirle cubrir el formulario a ella sola, eso sería sospechoso. Así que se lo pasaría a los demás también. Los apartados que los niños deberían rellenar eran los siguientes:

-Nombre.

-Fecha de nacimiento.

-Nombre y empleo del padre.

-Nombre y empleo de la madre.

-Dirección.

Tras haber escrito eso en un pergamino, Severus hizo copias mediante magia, y con los pergaminos en la mano, volvió al Gran Comedor. Una vez allí, se acercó a la mesa de Slytherin y buscó a uno de los prefectos.

-Reparte esto entre los alumnos de primero de Slytherin -pidió Severus-. Quiero tener estos datos por si me tengo que poner en contacto con las familias.

-Sí, profesor -respondió el prefecto-. Como usted mande.

Severus sabía que algunos de esos datos ya los tendría McGonagall, pero no quería preguntárselos a ella para no levantar sospechas.

De esta manera, al acabar de cenar, el profesor se dirigió a su despacho y unas horas más tarde trató de dormir, pero durante gran cantidad de tiempo, lo único que hizo fue darle vueltas a la cabeza. "¿Y si Lily tuvo esa niña con Potter?", se preguntó. Narcisa le había contado que James Potter estaba casado con Mary McDonald, sin embargo, a Severus ese chico le tenía pinta de mujeriego y no le extrañaría que tuviese aventuras extramatrimoniales. "Como haya sido Potter y luego la haya abandonado..." pensó con rabia Severus. Pero luego llegó a la conclusión de que no arreglaría nada con esas suposiciones; ya averiguaría la verdad cuando la niña le entregase el formulario cubierto. O eso creía él.

Al día siguiente, los alumnos de primero de Slytherin tuvieron clase de Pociones con los de Gryffindor. Para empezar, Severus pasó lista y les pidió a los de Slytherin que le entregasen los formularios.

Les explicó en qué consistirían las clases de Pociones, y como era habitual, eligió a algunos alumnos para ver si habían leído los libros en verano y si recordaban lo fundamental.

-Señorita Evans -llamó.

Quería probarla, le interesaba averiguar lo que sabía la niña...

La muchacha estaba sentada sola, en un pupitre de la última fila. Al oír que el profesor la llamaba, levantó la mirada y la mano con bastante timidez.

-Señorita Evans, ¿sabría decirme cuál es la diferencia entre acónito y luparia? -preguntó Severus.

-No hay diferencia -contestó Sophia, con una voz dulce, muy bonita-. Son la misma planta, señor.

-Bien -respondió Severus. El acierto de la niña le había provocado una media sonrisa-. Cinco puntos para Slytherin.

Sophia también sonrió, tímidamente, contenta de haber ganado puntos para su casa. A continuación, Severus tomó la lista de clase y escogió a otro alumno para hacerle otra pregunta. Esta vez, sería un Gryffindor.

Una Evans en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora