El joven siervo y su señor

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Severus también se dio cuenta y remangó a su hija, a pesar de las quejas de ésta. Y vio la marca de los Herederos de Slytherin.

-¿Qué significa esto? -preguntó el profesor, observando el hinchado dibujo que cubría el antebrazo derecho de su hija, y haciéndose ya una idea de lo que era.

-Es... -balbuceó la niña -es un tatuaje.

Narcisa remangó a Draco y vio que él llevaba la misma marca.

-¿Y qué más me vas a decir? -inquirió Severus, preocupado y molesto con Sophia-. ¿Que se te ha infectado? -viendo cómo sobresalía la marca.

-Pues... puede... Puede que sea eso.

Severus se inclinó para quedarse a su altura y le dijo fríamente:

-No me tomes por tonto. Conmigo, eso no te funcionará nunca.

Sophia se quedó callada, no esperaba que su padre la encontrase tan rápido, y mucho menos, que descubriese su marca de los Herederos de Slytherin.

El hombre se incorporó e intercambió una mirada con Narcisa.

-Severus... -susurró ella-. Los mortífagos usaban...

-Lo sé.

Severus volvió a mirar a su hija y le preguntó:

-¿Quién te ha marcado?

Ella miró a Draco. No quería desvelar toda la historia de los Herederos de Slytherin; era un grupo secreto.

-Sophia, ¿quién te ha marcado? -repitió Severus.

Y mientras la niña dudaba si contestar o no, él penetró en su mente y vio a Edward Avery apuntando al antebrazo derecho de Sophia con la varita para hacerle la marca. También vio a otros miembros del grupo, incluidos Laura Mulciber y Draco Malfoy.

-Háblame sobre ese grupo -pidió el profesor-. Me imagino que os reunís de vez en cuando. Dime qué es lo que hacéis.

Sophia miró al suelo, sabiendo que ya no tenía escapatoria.

-¡Me has leído la mente! -se quejó.

-Te di la oportunidad de contestarme y no lo hiciste. Ahora, explícame todo lo que sabes sobre ese grupo o volveré a hacerlo.

Sophia sabía que no tenía más remedio que empezar a hablar, y eso iba a hacer, pero Draco intervino diciendo:

-¡Ella me obligó a unirme! -señalando a Sophia con el índice, acusadoramente-. No quería ir sola a las reuniones y me amenazó con magia oscura para que la acompañase.

-¡Eso es mentira! -protestó la niña-. ¡Te invité por las buenas!

-No líes más las cosas -le dijo Severus a Draco, pues no lo creía. Y a continuación, miró a Sophia para que le contase lo que sabía sobre los Herederos de Slytherin.

-No habéis comido, ¿verdad? -dijo Narcisa-. Le diré a Dobby que os traiga algo.

Los condujo a otra sala, y mientras Dobby obedecía las órdenes, Sophia le explicó a su padre lo que éste le pedía. Narcisa también escuchó, preocupada. Se había esforzado mucho en evitar que Draco fuese mortífago, y por lo que Sophia contaba, los dos muchachos habían dado un paso en esa dirección.

-Voy a disolver el grupo de los Herederos de Slytherin -aseguró Severus-. A quien asista a las reuniones, lo expulsaré del colegio -miró a Draco y a Sophia.

El mago se levantó y le hizo un gesto a su hija para que lo acompañase.

-Severus... -dijo Narcisa. Estaba muy preocupada, sus temores se estaban haciendo realidad-. Cuida de Draco.

Una Evans en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora