-No vayas -dijo Lily-. No me dejes sola.
-No puedo quedarme aquí mientras los demás luchan -respondió Severus-. Es a mí a quien busca.
-¡No quiero que te pase nada! ¡Severus!
La voz de Lily sonaba suplicante. Los aurores iban a colaborar con la Orden del Fénix para entrar en la mansión Malfoy, capturar a los mortífagos y acabar con Voldemort. Lily había sido readmitida en el trabajo, pero no iría a la Mansión Malfoy, se quedaría cuidando de su hijo; y quería hacer todo lo posible para que Severus no fuera tampoco. Era muy arriesgado, no quería ni pensar en perderlo ni en cuidar sola a sus hijos.
-Tomaré la poción multijugos -respondió Severus-. Ni él ni los mortífagos sabrán que soy yo -la miró como sólo él lo hacía y añadió-: Volveré.
La abrazó y se dieron un beso.
Esa mañana
-Longbottom, esta es la peor poción con la que me he encontrado en todos mis años como profesor -aseguró Severus-. Ven esta tarde a mi despacho para repetirla.
-Sí, profesor Snape -contestó Neville, en un susurro, haciendo lo posible por contener las lágrimas.
Snape era el padre de Sophia, una de sus mejores amigas, y sin embargo, el muchacho notaba que era muy duro con él.
Esa tarde
Neville se dirigió a las mazmorras. Temblaba ligeramente. Ya lo pasaba mal en las clases de Pociones, pero al menos, el profesor Snape tenía muchos alumnos a los que observar y no se centraba sólo en él. Sin embargo, ahora él estaría solo, y el muchacho se imaginaba que no dejaría de reñirle ni un minuto de los que pasara en el despacho.
El niño se acercó al despacho del profesor, pero no entró enseguida, pues dentro se oían unas voces y no quería interrumpir.
-Yo llevaré la espada -Neville reconoció la voz de Dumbledore-. Es primordial acabar con la serpiente, y la espada de Gryffindor es una de las poquísimas herramientas que nos servirán para ello.
-Está bien -contestó Severus-. Todo sea por mis hijos. Y por Lily. El Señor Tenebroso la ha tomado con ellos.
-Tranquilo, Severus. El bien triunfará.
Hubo una pausa. Neville se quedó quieto y en silencio, dudando si llamar a la puerta o no. Los otros volvieron a hablar, y eso resolvió su duda. Permaneció quieto y callado, como hasta entonces.
-A medianoche, ven a la sala de profesores -dijo Dumbledore-. Iremos todos juntos, a las doce. Y antes de irnos, tómate la poción multijugos.
-Entendido, director.
-¿Estás seguro de que quieres venir?
-Cuantos más mejor -contestó secamente Severus-. No nos sobra gente.
De repente, la puerta se abrió, y Dumbledore se encontró cara a cara con Neville.
-Ah, Neville, buenas tardes -saludó el director.
-Buenas... buenas tardes, profesor -balbuceó el niño, sorprendido de que éste fuera tan familiar con él.
Dumbledore le dirigió una mirada penetrante, como si fuese capaz de escrutarlo con rayos X, y luego se fue. Y Neville entró por fin en el despacho.
Tal y como había imaginado, la sesión no fue gran cosa. Si normalmente Severus ya era duro con él, ahora que estaba nervioso por lo que sucedería aquella noche, aun más. Pero al menos, como tenía ganas de acabar pronto, le ayudó con la poción y así el niño pudo irse antes de lo esperado.
Cuando salió de allí, Neville se dirigió a su sala común. Se sentó en un sillón, solo, y empezó a pensar. Por lo que habían dicho los profesores, Sophia y la familia de ésta estaban en peligro. Como no estaban en la misma casa de Hogwarts, él y su amiga se habían distanciado un poco, pero aun así, eran amigos. "Cuantos más mejor", había dicho Snape. "No nos sobra gente".
Neville no sabía mucho de hechizos, pero sí que conocía algunos, y si su amiga estaba en peligro, debería usarlos, no podía quedarse allí sentado.
Al llegar las doce, los profesores acudieron a su sala para utilizar los polvos flu y desplazarse de este modo a la Mansión Malfoy. El armario evanescente ya estaba arreglado, pero habían decidido usar los polvos flu porque en la mansión había varias chimeneas y así podían atacar desde varios puntos. Cuando ya estaban todos, a punto de marcharse, alguien más llegó. Era Lucius Malfoy.
-Severus, me enfrenté a ti en el pasado. Te ataqué -recordó-. Y ahora... quiero compensártelo. Lucharé a tu lado.
El profesor asintió con la cabeza, seriamente. Por un momento, Lucius se esperó otro gesto, pero ya sabía que su amigo no era expresivo, y de todas formas, le había puesto su nombre a su hijo, que no era poco.
Acto seguido, Severus tomó la poción multijugos para adoptar la apariencia de un muggle de mediana edad, rubio. Los mortífagos y Voldemort creerían que era un miembro de la Orden del Fénix, pues no los conocían a todos.
Lucius y los profesores utilizaron los polvos flu. Mientras tanto, Neville esperaba detrás de la puerta, temblando de pies a cabeza. Una vez que ellos se hubiesen marchado, él entraría en la sala y se dirigiría también a la Mansión Malfoy. No le había dicho a nadie adónde iba, sino que había esperado a que todos se hubieran ido a dormir, pues si Hermione Granger se enteraba, se chivaría a los profesores y él se quedaría sin poder ir.
El muchacho esperó durante unos minutos que le parecieron horas, y cuando le pareció que todos se habían ido ya, apoyó la mano en el pomo de la puerta.
-¿Qué haces aquí? -preguntó una voz de niño.
Neville se sobresaltó. Miró atrás y vio a Theo Nott.
-¿Q... qué... ha... haces tú? -inquirió el Gryffindor.
-Yo he preguntado primero -observó el Slytherin.
Neville asintió. Tenía el rostro cubierto de sudor. Llegó a la conclusión de que Nott también era amigo de Sophia, así que si le contaba la verdad, a lo mejor él también quería colaborar.
-Es que.. -explicó el Gryffindor-, Sophia y Snape están en peligro, y... los profesores van a enfrentarse a los mortífagos y a Quien-tú-sabes esta noche, y...
-De acuerdo -respondió Nott, serenamente -. Entonces, voy contigo. Sophia es mi amiga también. Y le tengo aprecio al profesor Snape.
Ambos muchachos entraron en la sala y pusieron rumbo a la Mansión Malfoy.
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Una Evans en Slytherin
FanfictionSeverus quiere retomar su amistad con Lily. Así pues, emplea una poción con ella para hacer que quiera oír sus disculpas. Pero la poción está adulterada, Severus no lo sabe, y sucede algo inesperado... En esta historia, Lily no le hace ni caso a...