Agente doble, contrato y despido

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Narra Theodore Nott

Yo no podía entender a mi padre. A mi madre la mataron los mortífagos por no compartir sus ideas, y aun así, mi padre continuaba en ese bando. Tal vez fuese por miedo, y eso sí puedo entenderlo: no quería que lo matasen y por eso se mostraba de parte del Señor Tenebroso y acudía a las reuniones. Sin embargo, podría haberse conformado con mostrar esa apariencia frente a los mortífagos, y en su interior, no estar de acuerdo con ellos. Pero no. En julio, cuando llegaron las vacaciones, no dejó de hablarme de lo mucho que odiaba a Snape por haber desbaratados los planes del Señor Tenebroso. Llegaban a ser muy crueles los comentarios de mi padre cuando hablaba de los castigos que merecía el jefe de mi casa de Hogwarts.

Yo me callaba, como siempre. Respeto a Snape, es el jefe de mi casa y se aprende mucho de Pociones con él. No le deseo ningún mal, a mí no me desagrada en absoluto. No quiero que lo torturen ni que lo maten.

 Si siempre me indignaba cuando mi padre hablaba de ese tema, aun más el día que mencionó a Sophia

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Si siempre me indignaba cuando mi padre hablaba de ese tema, aun más el día que mencionó a Sophia.

-Dicen que ella es distinta -comentó-, pero no se puede esperar nada bueno de una mocosa nacida de un traidor y de una sangre sucia. Si la encontramos, me prestaría voluntario para torturarla, no me da ninguna lástima.

Fue a la hora de la cena cuando mi padre dijo eso. Menos mal que sólo me quedaba por acabar el postre, porque yo no aguantaba más. Cuando terminé, me fui a mi habitación, cerré la puerta y empecé a dar patadas y puñetazos contra el colchón.

Sophia tiene algo especial. Es preciosa, pero no es solo eso. Tiene un carácter un poco difícil, pero en el fondo es muy buena. Además, es muy brillante. Es única. Yo no soportaba que mi padre hablase así de ella. Esa noche apenas dormí. Estuve pensando qué podría hacer yo para ayudarla. Y se me ocurrió algo.

-Buenos días, Theo, ¿qué pasa? -dijo mi padre, a la mañana siguiente-. ¿No te gustó la cena anoche?

-Es que estaba harto -respondí.

Sí que lo estaba, pero harto de sus comentarios, no de la comida.

-He pensado que... -añadí- quiero colaborar. Quiero ir a las reuniones de los mortífagos, padre.

Noté que él iba a decir algo, pero me adelanté:

-Mira, yo veo a Snape y a su hija diariamente cuando estoy en Hogwarts. Por eso... si acudo a las reuniones... tal vez encuentre alguna forma de... colaborar con vosotros para acabar con ellos.

-Muy bien, Theo, me alegro que compartas nuestra causa, pero aún eres un niño -respondió-. No sé si al Señor Tenebroso le gustará que acudas a las reuniones.

-Bueno, pues si no lo sabes, pregúntaselo, por favor.

Esperaba que me dejasen ir. Quería tener información sobre los planes de los mortífagos para contársela a Sophia y al profesor Snape.

Una Evans en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora