Lucius Malfoy entró en Slug&Jigger, con una forzada sonrisa. Estaba muy desanimado, pero su orgullo no le permitía admitirlo ante Severus.
Cuando vio entrar a su antiguo amigo, el pocionista buscó el contacto de su varita, pues desconocía sus intenciones.
-Hola -saludó Lucius, con aquella horrible sonrisa-. Cuánto tiempo sin vernos, ¿verdad?
-¿Qué quieres? -inquirió Severus, con dureza y sin dejar de agarrar la varita.
Lucius miró a ambos lados y no volvió a hablar hasta que una mujer se marchó de la botica tras haber comprado unos ingredientes.
-Digamos que... Narcisa y yo no pasamos por nuestro mejor momento -dijo Lucius entonces-. Discrepamos en un tema y... bueno... quería preguntarte si la has visto, si ha venido por aquí.
-¿La buscas? -se interesó Severus.
-Sí, bueno... sí. ¿Ha pasado por aquí?
A Severus le pareció que la arrogancia de Lucius era excesiva: hacía meses que Narcisa se había marchado de la mansión Malfoy, y el rubio, por orgullo, no se dignaba a admitirlo.
-No -mintió Severus, para proteger a Narcisa.
El pocionista recordó las insinuaciones que la chica le había hecho, y se imaginó qué cara pondría Lucius si llegase a enterarse. Por fortuna, seguramente no llegaría a saberlo nunca.
-Ah, vale... gracias... -dijo el rubio.
Ya iba a marcharse, pero entonces Severus le preguntó:
-¿Qué tal tu hijo?
-¡Ah! Bien, bien. Está muy bien.
Severus sabía que seguramente haría meses que no lo veía.
-Bueno, yo... ya me voy -dijo Lucius, antes de marcharse.
Apenas una semana más tarde, fue Narcisa la que entró en la botica, sin Draco, pero no a la hora de cerrar, como hacía habitualmente, sino a primera hora de la tarde.
-Quiero hablar contigo -le dijo ella a Severus.
Parecía más seria y distante que las últimas veces.
-Vuelve cuando cierre, ahora puede venir alguien -observó el joven, creyendo que quería hablarle de los horrocruxes.
-Sí. Es cierto. Después de que cierres, podemos ir a tomar algo al Caldero Chorreante.
-No sé. Si nos ve Lucius...
-No nos verá -aseguró Narcisa-. Tranquilo. Nos vemos allí, ¿vale?
-Como quieras...
Al salir del trabajo, Severus se dirigió al Caldero Chorreante. Narcisa estaba esperándolo en la entrada. Pasaron adentro y la chica eligió una mesa hacia el fondo del bar.
-¿Qué vas a querer? -preguntó Severus, dispuesto a ir a pedir a la barra.
-Tranquilo, siéntate -respondió ella-. Ya voy a pedir yo. Yo invito, ¿eh, Severus?
A él no le gustó su altivo tono de voz, que daba a entender que pagaría ella porque era más rica. El joven se sentó de mala gana y le molestó que Narcisa le alisase la túnica y el pelo, como hace una madre con un niño pequeño.
-Para -pidió él, bruscamente-. ¿Qué haces?
-Es un momento -respondió la chica-. Vaya... Tienes el pelo grasiento.
-Bueno, pues si no te gusta hay una solución muy fácil: que dejes de tocármelo.
-Espera... no quiero que me vean con alguien... desaliñado.
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Una Evans en Slytherin
FanficSeverus quiere retomar su amistad con Lily. Así pues, emplea una poción con ella para hacer que quiera oír sus disculpas. Pero la poción está adulterada, Severus no lo sabe, y sucede algo inesperado... En esta historia, Lily no le hace ni caso a...