Capítulo siete. Ignorar.

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Tahiel.



¡La estaba besando!

¡Yo! ¡Besando a Anne!

¿Qué demonios me pasaba en la cabeza?

Me había lanzado a besarla porque estaba a punto de ganar y no podía permitir que me bañase en más pintura. Tenía que ganarle y pararla y sabía que si la besaba, la neutralizaría por unos segundos y sería capaz de cogerle el globo y así fue, excepto que el globo se rompió sobre nuestras cabezas y acabé empapado en pintura fucsia igualmente, aunque siendo optimistas Anne quedó igual.

Lo que más me extrañaba y a la vez me aterraba es que aun sabiendo que ya habíamos quedado los dos marcados permanentemente de color fucsia fluorecente seguíamos besándonos. No sé exactamente qué pasaba pero era muy chocante esta situación.Porque seguíamos y seguíamos y no me molestaba, de hecho, quería más; quería seguir así y no me importaba el tiempo que fuese.

El beso era intenso, agresivo y apasionante. Estaba provocando que se me revolviese el estómago y estaba seguro de que iba a darme un paro cardiaco porque notaba como el corazón se me aceleraba más y más y más.

¡Seguro que me ha drogado igual que a Lucas y por eso se me ocurrió la horrenda idea de besarla! Porque Anne nunca tiene buenas ideas, seguramente tiene una alianza con Dan y él le da experimentos de los suyos para que los pruebe con las personas y a cambio le paga.

Nos separamos por la falta de oxígeno y me sorprendió lo que vi ante mis ojos. Anne estaba con los ojos cerrados, una clara expresión de sorpresa y un leve rubor. Quiero pensar que son cosas mías, es imposible que esa mujer tan irritante y mi rival particular, pudiese ruborizarse por un simple beso. Bueno... ''simple''. Abrió los ojos y vi como su expresión se iba desfigurando, frunció el ceño, comenzó a lanzarme miradas asesinas y empezó a temblarle el labio inferior acompañado de un extraño tic en el ojo derecho.

3, 2, 1...

—¡Yo te mato! —me quité rápidamente de encima y tras sonreírle de forma socarrona y esquivar una caña de pescar, salí corriendo de mi habitación.

Escuché las amenazas de Anne y las llamadas de atención de mis padres pero necesitaba salir urgentemente de aquella casa.

Sonreí orgulloso. Había triunfado y los dos lo sabíamos; había conseguido que todas sus defensas quedasen anuladas solo por besarla durante unos minutos. No sé qué me había llevado a hacer aquella hazaña (porque sí, lo que había hecho era aún más valeroso que haberla salvado de una caída mortal esta tarde), posiblemente es que esa chica irritante y enojosa me hubiese drogado porque nunca le besaría en mi sano juicio.

Mañana iría al médico y me haría una analítica para ver qué clase de sustancia había en mi cuerpo, después la mataría y asesinaría a Dan también por dejarle pasar a su laboratorio y proporcionarle sustancias corrosivas. ¡¿Qué clase de persona deja a Anne jugar con aparatos químicos?! O mejor dicho, se los proporciona.

Lo malo de todo este asunto (aparte de haberla besado y estar drogado) es que no había conseguido un agradecimiento por su parte después de haberle salvado la vida.

Bueno, mañana cuando la vea tendrá que darme las gracias y aceptar la derrota, porque al haberla besado está claro que esta pelea la he ganado yo y más tras ver su reacción después de aquel beso.

Ahora tengo que afrontar mi decisión e ir al médico para preguntar cuantos días me quedaban de vida, debe ser grave porque seguía sintiendo el mismo palpito que cuando la estaba besando.

Nunca en la vida. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora