—¿Quieres tranquilizarte? —le pregunté a mi amiga. —Estoy buscando información con Dylan sobre Roger. Tomaremos venganza, te lo prometo.
—Apuesto mi pelo rubio a que ese profesor sabe todo lo que ocurrió en la fiesta sino no tiene sentido que a mí me hayan emparejado con Dan. —bufó mi amiga dejándose caer en la cama.
—Si está involucrado en la apuesta que hay de Tahiel y yo ten por seguro que sabe más que todos los demás, incluido el rollo raro que os traéis tú y Dan. De todas formas, te lo tienes bien merecido por crear esa apuesta.
—¡No fue mi idea! —se quejó mi amiga levantándose y sentándose como un indio. —Miguel fue el causante de todo.
—Pero tú estás participando, por ende tienes la misma culpa o más ya que eres mi mejor amiga; estás poniendo en peligro nuestra amistad. —me encogí de hombros y me acomodé en la silla. —Eso se llama karma.
—No vuelvo a beber en mi vida. —enarqué una de mis cejas.
—Tú volverás a beber la próxima vez que salgamos. —contradije.
—Y tú también.
—No, ni de broma; aún no me acuerdo de qué pasó después de encontronazo y Tahiel no me lo quiere decir. Voy a tener que recurrir al alcohol para poder sacárselo.
—O puedes pedirle a Dan el suero de la verdad. Haz un traro con él. —apreté mis labios. Eso era una magnífica idea.
Antes de que pudiese contestarle a mi amiga mi teléfono empezó a volverse loco. Tenía tres llamadas de Dylan, diez de Tahiel y quince de mi madre. Rodé los ojos.
—Me necesitan. —comenté menando mi móvil en las manos. Cogí la mochila que había al lado de la silla y me levanté para dirigirme a la casa del pelianaranjado.
—¡Si quedas con Dylan ni se te ocurra venderle información sobre la vida privada de tu inigualable e increíble amiga! —vociferó mi amiga mientras que yo bajaba las escaleras velozmente.
Eso había que verse.
Había quedado en casa de Tahiel para comenzar el trabajo de geografía y poder quitárnoslo de en medio cuanto antes; o quizás la razón de quedar con él era para poder sacarle información sobre qué pasó después de la fiesta y por qué estaba desnuda en su cama al día siguiente. Le había mandando varios mensajes intentando convencerlo, lo había chantajeado e incluso amenazado pero nada había servido de nada.
Ese chico era un cabezota que le gustaba verme sufrir.
Quizás no habíamos hecho nada pero entonces qué tuvo que pasar exactamente para que acabase desnuda completamente. Sinceramente no sé qué le ve de malo a contármelo, si no tiene nada que ocultar creo que estoy en mi derecho de saber qué hice con mi vida aquella noche; la parte positiva es que había ganado bastante dinero gracias a los concursos de alcohol y lo podría usar para comprarle productos a Dan y que hiciese todo tipo de experimentos para poder drogar a Tahiel y que me dijese de una maldita vez qué hice.
Se lo sacaría de una manera u otra, él podía elegir si sería por las malas o por las buenas.
Tenía una tarde atareada porque, cuando me fuese la casa del chico irritante, tenía que ir al instituto a la zona de periodismo. Había quedado con Dylan para encontrar información oscura y trapos sucios de Roger. Me había emparejado con el pelinaranja en un trabajo y sé que era consciente de lo que ocurrió en la fiesta además de que estaba implicado en la apuesta; evidentemente tenía que recibir sus consecuencias. También trataríamos el tema del lío de la de matemáticas, no sabíamos si era zoofílica al final y teníamos que obtener cómo va la relación que tiene con el de filosofía (porque sí, su antiguo matrimonio acabó por ser zoofilica, pero acabó emprendiendo un romance con el de filosofía, aunque aún no tenemos muy claro si sigue siendo zoofílica o lo ha dejado por el amor, y eso es exactamente lo que hay que averiguar); tenía que hacer el mayor trabajo posible para que ese noviazgo ocupase la portada de Dylan y Tahiel y yo dejásemos de ser noticia. Respecto a Caterine me daba igual, ella y Dan iban a acabar juntos y si teníamos una presión del público y lectores pues muchísimo mejor, antes aceptarían lo que sentían por el otro.
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Nunca en la vida. (Terminada)
Teen FictionMe conozco demasiado bien y mi palabra favorita es: nunca; no creía en las personas que usaban la frase de: nunca digas nunca. Nunca diré nunca digas nunca y mucho menos diré nunca digas nunca en la vida. Tú siempre serás mi "nunca en la vida".