Capítulo trece. La fiesta.

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RECOMENDACIÓN: ESCUCHAR LA CANCIÓN DE MULTIMEDIA CUANDO ESTÉN EN LA FIESTA.  ;)


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Si no fuese porque tenía a mi lado a Tahiel este momento sería perfecto. La lluvia de estrellas es un regalo de la naturaleza, una genialidad. Me encanta. No he tenido oportunidad de poder ver muchas pero las veces que las he visto he disfrutado como si me regalasen un hacha por navidad con la que matar a Tahiel.

Imaginaos mi nivel de felicidad e ilusión en esos momentos.

—Anne. —bufé al escuchar la voz de Tahiel y le puse mi mano en su boca.

—Cállate, no lo estropees. —el chico irritante me chupó la mano y yo la aparté con brusquedad y asco. —¡Deja de babearme!

—Pues no intentes quitarme mi libertad de expresión, tengo todo el derecho del mundo a hablar.

—Si estás molestando a otra persona no. —Tahiel frunció el ceño e hizo un mohín con su boca.

—Tú molestas a la humanidad entera todos los días y no hay quién te pare.

—Es que tú no puedes evitar que yo me divierta.

—Y tú no puedes evitar que yo hable. —alcé ambas cejas.

—¿Quieres comprobarlo? Porque si quieres te meto esa rama de árbol en la boca. —Tahiel me dio un golpecito en la frente e intenté pegarle pero freno mis ataques.

—Tenemos que irnos a la fiesta.

Se me había olvidado por completo que para librarnos de esta estúpida excursión habíamos organizado una fiesta de luz negra. Honestamente, ahora mismo solamente quería estar en un sitio y ese sitio era este; en este lugar; en este momento; provocando que se parase el tiempo y que Tahiel se cayese por un acantilado que estaba cercano a nosotros.

Estaba tan relajada y agusto que no me apetecía nada tener que asistir a la fiesta pero si no quería que mi amiga rubia me matase, tenía que ir. La fiesta se organizó por mí y todos las personas que se había encargado de la comida, bebida, hielo, conseguir el local y de más preparativos habían sido chantajeados previamente; sería una pena que todo ese trabajo se perdiese. Pero mi razón principal es que Caterine me mate.

—Ahora no te apetece en absoluto ir. —comentó Tahiel y entrecerré mis ojos en su dirección. —Nos conocemos bastante bien aunque no nos guste admitirlo.

Era un hecho totalmente verídico. Tahiel y yo llevábamos siendo enemigos desde que éramos pequeños y para vencer a tu enemigo tienes que conocerlo completamente, es decir, hay que encontrar sus puntos débiles para poder atacarle por sorpresa, derribarlo y ganarlo. Incluso nos conocíamos tan sumamente bien que, solo con mirar la expresión del otro, ya podíamos saber qué estaba pensando exactamente o al menos que plan tenía para o molestar al otro o molestar al resto de la sociedad.

—De acuerdo, nos vamos pero la próxima vez es mejor que vengamos a cosas así por separado. No he disfrutado al 100% porque tú estabas a mi lado. —Tahiel se llevó la mano al pecho fingiendo ofensa.

—Soy la mejor compañía que nunca tendrás. —enarqué una de mis cejas.

—Deberías ser cómico. —antes de que el chico con pelo anaranjado pudiese decir algo más volví a ponerle mi mano en su boca. —Nos vamos ya a la fiesta que tenemos que organizarlo todo y contigo a mi lado tampoco es que me dejes disfrutar de este fenómeno de la naturaleza.

Nunca en la vida. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora