Anne.
Si alguien me hubiese dicho hace unas horas que iba a participar en una carrera ilegal probablemente no me lo hubiese creído.
Es broma, no puedo engañar a nadie, seguramente sí que le hubiese creído y hubiese pedido más información al respecto; lo que no hubiese llegado a imaginar jamás es que la persona que prometió estar a mi lado en este proyecto y que supuestamente iba a protegerme (aunque yo no necesito protección de nadie) no estaba aquí.
Flashback...
A las 10:00:
—Mientras que tú llegabas y no, Dylan ha estado ayudándome a recopilar información y ya sabemos por qué mi padre comenzó a participar en las carreras ilegales. —informé a Tahiel mientras que corría al salón ilusionada y él me seguía cansado.
—¿Porque odiaba vivir como su hija? —sugirió el pelianaranjado; enarqué una de mis cejas.
—Tenía problemas de dinero y todo comenzó en Inglaterra que es precisamente donde conoció a mi tío. —explicó. —¿Es necesario que nos grabes? —le pregunté a Dylan.
—Tengo que documentar cada minuto; es una gran noticia que llevará a mi periódico a la cima. —contestó sonriente.
—De aquí derechito al periódico de Nueva York. —ironizóel pelinaranja. —¿De dónde habéis sacado toda esa información? —me preguntó Tahiel.
—Me lo ha contado mi tío. —murmuré mordiéndome el labio. —Aunque algunas cosas las hemos investigado por nuestra cuenta como la cantidad de dinero que se conseguía en las carreras ilegales y en las peleas.
—Creo que no quiero saberlo. —dijo Tahiel alzando sus manos. —Y por el bien de tu tío espero que no le diga nada a tu madre o Ana le matará por contarte cosas así y después vendrá a matarte a ti por ir investigando y husmeando el pasado de tus padres.
—De todas formas si eso llega a pasar ya estaremos muy lejos de aquí. —farfullé rápidamente con la esperanza de que el chico del pelo naranja no me escuchase pero uno de sus grandes talentos era tener un gran oído. Maldita sea.
—¿Qué?
—¿Eh?
De repente el aire del salón se tensó y las miradas que Tahiel me lanzaba eran de todo menos amigables; Dylan, grababa cada detalle con intensidad, pero llegó hasta tal punto aquella situación que incluso el periodista cotilla se sintió excesivamente incómodo y con unas tremendas ganas de huir.
—Creo que debería ir a atacar a tu nevera. —anunció apagando su cámara y saliendo literalmente corriendo de la sala.
No le culpo; de verdad que aquel aire podría cortarse con un cuchillo sin problemas.
—¿Tienes pensado asistir a una carrera ilegal Anne? —interrogó Tahiel.
De acuerdo, era consciente de que si quería que él me acompañase en esta investigación tenía que decirle este plan pero no quería que se enterase de esta manera (por ser una bocazas), sino que estaba esperando un momento apropiado y que estuviese de buen humor para comentárselo.
—Iba a decírtelo; en realidad, mi idea es que vayamos los tres. —sonreí forzadamente.
—Dije que nada de peligro Anne y esto es claramente peligroso. —rebatió cruzándose de brazos.
—¡Pero es que ya hemos averiguado en que zona de la ciudad se celebran y tengo curiosidad de cómo son! Además, solamente vamos a mirar, no vamos a participar ni nada por el estilo. —mi enemigo alzó sus cejas.
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Nunca en la vida. (Terminada)
Teen FictionMe conozco demasiado bien y mi palabra favorita es: nunca; no creía en las personas que usaban la frase de: nunca digas nunca. Nunca diré nunca digas nunca y mucho menos diré nunca digas nunca en la vida. Tú siempre serás mi "nunca en la vida".