Capítulo treinta y dos. Caterine.

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*Escuchad la canción mientras que leéis el capítulo*

Disfrutad. ;)


Caterine.

Por fin, Anne y yo habíamos tenido suerte y habíamos conseguido un momento de privacidad. Todos los demás se habían ido y nosotras podíamos hablar de todos los acontecimientos que habían estado sucediendo en nuestras vidas y que no habíamos tenido ocasión de comentar; aunque más en la mía que en la suya. Pero honestamente, a mí no me apetecía mucho abrirme emocionalmente ahora mismo. No porque no confiase en ella, claro que lo hacía, era mi mejor amiga, sino porque no me veía con las fuerzas necesarias para contarle lo que tenía que decirle. Sabía que iba a ponerse como loca con la noticia que tenía que darle y eso lo dificultaba aún más.

Así que mi plan era empezar a hablar sobre sus asuntos y alargarlo lo máximo posible, si la suerte estaba de mi parte hoy, me escaquearía y no tendría que desnudar mi pecho esta tarde; podía hacerlo otro día.

—Sé que tienes muchas cosas que contarme. —comentó ella colocándose mejor sobre su cama. —Y hablaremos de ti en cuanto me digas qué fue lo que ocurrió en la carrera.

Algo que nadie sabía (solamente Tahiel y yo) es que Anne no recordaba apenas nada sobre aquella noche. Tenía algunos recuerdos pero eran borrosos y difusos, y creemos que eso era ocasionado por el golpe de la cabeza. Tampoco nos habíamos aventurado a decírselo a sus padres, más que nada porque no tenían ni idea de que su hija había participado en una carrera ilegal. Ellos pensaban que ella estaba participando en una carrera, sí, pero era una competición amistosa entre amigos; no había apuestas, ilegalidades ni nada peligroso de por medio. Sus padres no se llegaban a imaginar ni a sospechar que su hija estaba en estas circunstancias porque se le ocurrió la brillante idea de investigar el turbulento pasado de su padre y se lanzó a participar en sus mismas actividades.

Sí, habíamos engañado a sus padres.

Sí, habíamos engañado a los médicos.

Sí, habíamos engañado a nuestros amigos.

Y sí, me estaba planteando seriamente si engañar a mi amiga.

Si le contaba qué había pasado realmente aquella noche, no sabía cómo iba a reaccionar Anne. Ella solo sabía que había tenido un accidente con la moto porque intentaba evitar e impedir que yo me montase en una moto con otro tío y eso también lo había recordado con detalles con la ayuda del chivato de Dan (que tendré que matarlo porque, cuando le contó eso, yo temía por si eso desencadenaba a que ella descubriese la verdad); pero en realidad, había mucho más que eso. Y creo que es innecesario que lo recuerde. Sé que tiene que ser muy difícil mirar hacia el pasado, buscar en tus recuerdos y solamente encontrar imágenes difusas, borrosas y grandes agujeros negros, pero si eso te protege e impide que resultes dañada, es mejor que te quedes así.

Desde que Anne está en el hospital he estado dudando en si decirle la verdad o no, de si contarle la historia o no. Al final tuve que recurrir a hablar con la única persona que sé que no dirá nada y además se preocupa por ella y por su salud más que por cualquier cosa en el mundo y ese es Tahiel. Y cuando el conté todo, él estuvo de acuerdo en que era mejor que ella no supiese nada de nada. Mejor decirle que fue un simple accidente, a decirle detalladamente lo que ocurrió esa noche.

Siempre hay que escuchar todas las versiones de una historia, pero en este caso es mejor quedarse solamente con una. Tantas versiones pueden llegar a volverte loca. Es más, yo daría lo que fuera por únicamente saber una.

—Ocurrió lo que te contó Dan. Estábamos allí, él y tú fuiste a impedir que me subiese con otra persona a la moto y el accidente sucedió. —contestó evasiva. Anne me escaneó con su mirada y yo le sonreí intentado parecer segura.

Nunca en la vida. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora