Capítulo doce. Evitando un fin de semana más.

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ESTE CAPÍTULO ESTARÁ NARRADO DE UNA FORMA DIFERENTE. SERÁ NARRADO POR EL NARRADOR OMNISCIENTE; DICHO ESTO, ESPERO QUE DISFRUTÉIS DEL CAPÍTULO ;).

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Anne estaba disfrutando de aquella tarde como nunca. No recordaba la última vez que disfrutó de unas horas de aquella manera. Por lo general, siempre tenía que estar aguantando a Tahiel dando voces de un lado para otro y creando caos y discusiones que al final los llevaba a ambos a urgencias y acababa echando a perder todos los planes previstos.

Maldito Tahiel. Era como una estúpida piedra en su camino.

Lucas era simpático, divertido y extrovertido, también era cierto que tenía un nivel similar de prepotencia que el que tenía su enemigo acérrimo pero al menos con él se podía pasar una tarde tranquila y sin tener que estar en un constante estado de estrés y enfado. Relajarse era algo que necesitaba urgentemente.

Y lo más importante: tenía videojuegos chulísimos.

—Lo dejé quejándose sobre lo mucho que te odiaba y lamentándose por su próxima muerte. —comentó Lucas besando su mando de la Wii mientras que Anne bufaba molesta y tiraba el suyo sobre el sofá.

—Pues ojalá y se muera ya. Nos quitaría un peso de encima a la humanidad. —dijo sentándose de malas maneras en el suelo. —Empiezo a sospechar que estás haciendo trampas. —añadió Anne haciendo un mohín con su boca.

Ambos habían quedado para pasar una tarde entretenida jugando a diversos juegos ya que Lucas era fan de los videojuegos y Anne había conseguido manipularle diciendo que si no quedaban, ella enseñaría unas fotos de cuando él era pequeño y vestía vestidos rosas. Lucas no sabía cómo lo había hecho, él quemó esas fotos hace mucho tiempo pero Anne era tenaz y siempre conseguía lo que quería.

Cuando era pequeño, su madre esperaba y deseaba tener una niña y esa esperanza la llevó a comprar ropa de chica, muñecos de chica, cuna de chica, etcétera; pero el destino tenía otros planes para ella y en vez de nacer una niña, como ella quería, nació un chico y todo lo que compró para su bebé niña tuvo que ser utilizado por Lucas por un tiempo. Su madre lo justificaba diciendo que había gastado mucho dinero y tenía que ser aprovechado pero el padre de Lucas sabía que en realidad lo único que estaba haciendo su mujer era aferrarse al deseo de tener una hija y no un hijo; no quería afrontar la realidad.

Desgraciadamente, aunque Anne fuese buena jugando a los diversos videojuegos que tenía el chico, él lo era mucho más. Comenzó a jugar con las consolas cuando tenía cinco años y llevaba varios años de práctica y total dedicación. Anne pensaba que podía ganarle pero por ahora solo le había vencido en una partida y porque le dio un pisotón y consiguió distraerle unos minutos para que ella pudiese cruzar la meta; por otro lado, Lucas tenía que reconocer que esa chica agresiva era bastante buena ya que era muy competitiva. Nunca se lo diría a Anne pero sí que había hecho algunas trampas en algunas partidas.

—Estás perdiendo porque me has chantajeado y el karma está actuando. —el chico se encogió de hombros y se sentó a su lado. —Si me hubieses pedido amablemente pasar una tarde contigo lo hubiese hecho, el chantaje era innecesario.

—Prefiero ir sobre seguro. —contestó Anne recogiéndose el pelo en un moño desaliñado. —Además, acostúmbrate a mis chantajes y a mis venganzas, que no me haya vengado aún por haberme besado sin mi consentimiento y por crear una mala y falsa fama mía de ladrona de calzoncillos no significa que no vaya a hacerlo. —Lucas sonrió ampliamente. En realidad, el chico sabía que ella tenía algo preparado y que no se iba a quedar con los brazos cruzados.

—Quiero que sepas que sé el trato que hicisteis con Dylan. Cambiasteis información sobre mí por el acto de que alguna de las dos me enamore. —Anne parpadeó sorprendida, ¿cómo ese periodista de pacotilla podía ser tan sumamente bocazas?

Nunca en la vida. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora