—Normalmente suelo estar a favor de que estés con un bate en la mano, pero hoy estoy totalmente en contra e insisto en que deberías comer chocolate para relajarte. —miré a Caterine enfurecida y golpeé una bola de béisbol que disparó la máquina que tenía a unos metros de distancia.
—Deja de persistir en que coma chocolate si no quieres que ese chocolate acabe en otro orificio de tu cuerpo que no sea la boca. —ordené provocándole una cara de auténtico pavor a Caterine y bateando otra bola.
—Creo que he sido muy paciente contigo y merezco saber a verdad sobre la relación que tienes con Tahiel. —entrecerré mis ojos y le lancé una mirada de incredulidad a mi amiga.
—Solo ha pasado media hora.
—¡Lo que yo he dicho: demasiado paciente! —exclamó alzando sus brazos.
—Todos estáis sacando la situación de contexto. —dije bateando otra bola y rehusando su intensa mirada. —Tahiel y yo no tenemos nada. Ni lo hemos tenido, ni lo tenemos, ni lo tendremos.
—Hablar del futuro es arriesgarse demasiado y más teniendo en cuenta que os habéis besado varias veces. —le dediqué una mirada cargada de furia a mi amiga y ella me contestó con otra retadora. —Estás huyendo de la realidad y sabes lo que me molesta eso.
—Y a ti te gusta Dan y también estás constantemente negándolo. —contraataqué.
—¡Ahora mismo no estamos hablando de él! —gritó indignada. —Y lo que has dicho es totalmente falso y te lo voy a demostrar, a ti y a todos, teniendo una cita con otro chico. —la miré atónita, sin darme cuenta de que una bola venía directa a mi cabeza y consiguiendo que me diese de lleno.
—Mierda. —me quejé saliendo de mi shock momentáneo y frotándome la frente con mi mano. —¡Estúpida máquina, ¿no ves que estoy hablando con mi amiga?! ¡No puedes lanzarme bolas cuando estoy distraída! —exclamé lanzando el bate con tanta fuerza y puntería que conseguía bloquear el orificio de salida de las pelotas. —Solucionado. —añadí sacudiendo mis manos.
Cogí a Caterine del brazo y la alejé del lugar dónde nos encontrábamos para sentarnos en un pequeño banco que había y hablar de la situación. Había estado tan ensimismada y ocupada con el tema de Tahiel que no me había dado cuenta de que Caterine tenía estos planes e ideas metidas en la cabeza.
Estoy perdiendo facultades y todo por culpa de los estúpidos besos del pelianaranjado.
Ahora intentaré sacarle toda la información a mi amiga sobre la situación, es mejor enterarse de estas cosas de primera mano y de una fuente totalmente fiable, pero de todas formas me pasaré después a ver a Dylan, seguro que él está enterado de algo; paga a mucha gente para que le informe de absolutamente todo y más si es sobre algún tema amoroso.
—¿Con quién se supone que vas a tener una cita? ¿Por qué no me lo has contado antes? ¿Por qué has tomado esa decisión? ¿Cuándo vas a tener esa cita? ¿Y cómo demonios ha pasado eso? —Caterine pestañeó varias veces debido a la cantidad y rapidez de las preguntas que había formulado.
—Estoy cansada de que todos me emparejéis con Dan y sé que casi nos besamos en la fiesta pero eso fue un desliz debido al alcohol y no volverá a ocurrir. Nosotros dos sí somos enemigos, no como otros. —le di un puñetazo a mi amiga en el brazo y soltó un quejido de dolor. —La única forma de convenceros y de que dejéis de ser pesados con el tema es que me veáis salir con otro chico.
—Esa idea es absurda. —comenté posicionando mis manos tras mi nuca. —Aunque tengas millones de citas no vas a conseguir engañar a nadie y mucho menos a mí que soy tu mejor amiga; seguiré pensando que te gusta Dan, al igual que a él le gustas tú y que acabaréis juntos. —me encogí de hombros y le sonreí de forma malévola. —Pero te ayudaré con la cita porque quiero ver cómo acaba esto cuando él se entere. —mi amiga me dio un guantazo en la cabeza.
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Nunca en la vida. (Terminada)
Teen FictionMe conozco demasiado bien y mi palabra favorita es: nunca; no creía en las personas que usaban la frase de: nunca digas nunca. Nunca diré nunca digas nunca y mucho menos diré nunca digas nunca en la vida. Tú siempre serás mi "nunca en la vida".