Capítulo veinte. Alianzas.

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—Dijiste que estaba mal que quedase con un chico solo para demostrarle a los demás que Dan y yo no teníamos nada pero tú estás haciendo precisamente lo mismo. —comentó mi amiga mientras que partía otra bola de béisbol por la mitad.

Hoy no habíamos tenido clase porque la mitad de los profesores habían ido a una huelga para que su salario aumentase; como si el director fuese a pagarles más por no hacer nada y dedicarse a ponernos diapositivas en clase mientras que nosotros copiábamos (bueno, rectifico, ellos copiaban, yo me dedicaba a molestar a Tahiel) y ellos estaban con el móvil sin hacer absolutamente nada. Además, a eso le añadimos que nuestro director era un tacaño y daba el sueldo mínimo impuesto.

Caterine y yo en vez de irnos a mi casa o a la suya a aguantar los sermones de nuestros padres habíamos hecho un trato con las cocineras: nosotros le devolvíamos a sus mascotas si nos dejaban utilizar la cocina.

Juraría que la cocinera Megan hubiese preferido que hubiésemos raptado a su hija y no se la hubiésemos devuelto antes que a su perro aunque es entendible, es una de las aliadas de Dylan y se había apuntado a la lista de nuestra aprendiz siguiendo cada broma que hacíamos para hacerla en un futuro y así mantener nuestro legado y leyenda.

—La historia es muy diferente. —dije cogiendo los dos pedazos de pelota y untándolos de chocolate. —Yo con Tahiel he hecho una apuesta y tengo razones para querer negar que hay algo entre nosotros; Dan y tú claramente tenéis algo y eso lo puede ver hasta un ciego aunque os neguéis a admitirlo.

—Tahiel y tú también lo tenéis, incluso vuestros padres os quieren emparejar. —mencionó metiendo nata en una bola de pin-pon y pasándomela para que la pusiese entre dos bolas de béisbol.

La idea que se me había ocurrido para vengarme de Tahiel es echarle toda clase de sustancias malignas en una tarta rellena de pelotas de pin-pon y béisbol, sin duda se comerá el chocolate y la nata que será donde irán toda la bazofia que Caterine y yo nos hemos podido encontrar.

Esto es una mera distracción hasta que se me ocurra una broma un poco más ingeniosa, aunque con un poco de suerte lo mata de una vez por todas y no tengo que ir a esas estúpidas citas en las cuales no tengo el más mínimo interés y solo voy para conseguir que Tahiel sea mi esclavo durante años, años y años.

—Aunque lo vas a tener difícil, tienes que admitir que tiene su encanto y al igual que Miguel tiene muchas chicas detrás; le va a ser muy sencillo encontrar a la chica idónea. Le doy unas horas. —miré a mi amiga de forma asesina y le lancé una bola de béisbol dándole de lleno en la frente. —¡Que me vas a hacer un chichón y necesito encontrar novio!

—Eres una amiga de mierda. —escupí malhumorada. —Tengo a Elías. —sonreí perversamente.

Probablemente Tahiel no había pensado en que mi mejor amigo llevaba años tirándome los tejos y que estaría encantado de tener un cita conmigo aunque no fuese real, le pediría que me hiciese el favor de simular que estábamos en una cita, después de un tiempo fingiríamos salir, ganaría la apuesta y cuando hubiese pasado unos meses y ya tuviese a Tahiel de esclavo, fingiríamos una dolorosa ruptura y, como había ganado igualmente, el pelianaranjado tendría que seguir siendo mi esclavo igualmente.

Já. Anne 1, chico irritante 0.

—¿Y crees que va a jugar limpio? —comentó la pelirubia. —Últimamente, aunque hayáis discutido, las cosas entre Tahiel y tú han cambiado y él ha tonteado contigo en más de una ocasión y a eso le añadimos que ya os besáis por puro placer y no solo por competición; créeme, va a intervenir. —me advirtió mi amiga.

De eso ya era consciente y no tenía nada que ver con la idea que tenían los demás de que ese chico del demonio quisiese algo conmigo sino que lo haría para poder ganarme y que yo estuviese a sus pies durante el tiempo que él decidiese, cosa que evidentemente no conseguiría. No iba a permitir que él ganase. Ya había pensado cómo iba a frenarlo para que me dejase en paz y no se entrometiese en ninguna de mis citas.

Nunca en la vida. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora