s i e t e

18K 2.4K 568
                                    

Se halla totalmente solo en el almacén y ruega para que alguien aparezca para sacarlo de su aburrimiento. Lleva unas cuantas horas ya en el lugar, pero nadie se ha aparecido en ni un solo momento. Ni la señora que siempre iba a contarle sobre su vida o el niño que pasa por dulces luego de la escuela, ni el anciano que siempre saca a pasear a su perro. Todos habían desaparecido haciendo de ese día, el más aburrido de toda su vida en siglos.

Namjoon había salido a hacer unos cuantos trámites al centro y todavía no había vuelto, siendo que había dicho que no se demoraría nada. No le gustaba estar tanto tiempo solo y quizás por ello ha recordado porque trabajaba en dos lugares distintos a la vez. Por la simple razón de mantenerse ocupado y no pensar en todo lo que era su vida.
Estar solo le recordaba aquellos terribles meses en los que ninguna academia había querido contratarlo, matando de apoco la persona que era y todo lo que había sido su mayor deseo.
En verdad no le gustaba sentir esa sensación de vacío y mucho menos, volver a revivir su anterior depresión. Ya casi la había superado por completo y ya no le entraban ganas de llorar cada vez que veía algún estudio de danza por las calles.

Sí, la vida le estaba poniendo difícil la tarea de realizar todo por lo que se había esforzado esos cinco años en la universidad.
Aunque por otro lado, había vuelto a bailar después de tanto tiempo, sintiendo la gran satisfacción de recordar cómo se sentía mover su cuerpo con libertad. Haciendo que sus esperanzas volvieran a renacer con más fuerzas. Aquella noche en el club había resultado todo bien e incluso ahora tiene el número de aquellos dos chicos que ha conocido.
Ambos habían quedado bastante asombrados por las habilidades del rubio, dejando a más de alguno del público con la boca abierta.
La verdad Jimin solo había dejado fluir las emociones que sentía con su cuerpo y las había intentado trasmitir a los demás, lográndolo exitosamente. Haciendo un buen trabajo en ello, provocando que su presentación se acoplará perfectamente a la de los otros dos y todo estuviera en perfecta armonía.
Como todo había salido bien, Jungkook y Hoseok le habían dado parte del dinero que han ganado aquella noche, siendo una suma bastante grande. No tenía ni idea que su jefe les pagaba tan bien a los bailarines que iban a presentarse, pensando en que sería una buena opción hacerlo en algún momento en caso de necesitarlo. Aunque está totalmente en contra de volverse solo un bailarín de locales nocturnos y tampoco le gusta la idea de cómo ello sonaba. Pareciera como si fuera a vender su cuerpo o algo por el estilo.
Solo lo mantendría en mente en caso de que su plan de ir a Japón se fuera a la basura o volviera a regalarle todo su dinero a alguien.

Hoseok le ha explicado que durante diciembre, siempre se buscan bailarines nuevos para los eventos festivos y que posiblemente si audicionaba otra vez durante esas fechas, pudiera quedar dentro.
Obviamente Jimin no desaprovecharía la oportunidad y le agradeció enormemente al castaño por su ayuda. Mientras que por el otro lado, el menor de ellos tres le miraba con recelo. Al parecer Jungkook no esperaba que bailara tan bien como decía, generando que una sonrisa apareciera en su rostro cuando el chico le retó a un duelo o algo similiar. Cosa a lo que el rubio acepto con gusto, diciéndole que lo harían en siete meses más cuando le aceptarán en su estudio de danza. Tiempo en el que tiene que preparar una coreografía increíble para que lo acepten.

Ama tanto bailar que no se ve haciendo nada más en la vida. Y que repentinamente todo fluyera encaminándose a su meta, le tiene de muy buen humor a pesar de todo. Sólo desea poder lograr ser la persona exitosa que sus padres deseaban que fuera, por mucho que a ellos no les gustara su tan adorada pasión.

— Me aburro...~ – Susurra con voz adormilada, acostándose contra el mesón y viendo la hora, sin tener ningún nuevo cliente al que atender.

Son más de las cinco de la tarde y cierta persona no ha dado señales de vida desde hace una semana. Jimin no ha dejado de soñar por las noches con aquella leve sonrisa que le había regalado, deseando cada día volver a experimentar esa noche. Había sido un simple detalle por parte del pelinegro que le ayudó a perder el
miedo en el escenario.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora