t r e i n t a y c u a t r o

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Yoongi se siente totalmente nervioso.

Esa mañana se ha levantado con el corazón acelerado y un fuerte sentimiento de angustia. Sabe que todo se trataba debido a Taehyung, al haberle convencido el día anterior de pedirle finalmente una cita a Jimin. Aunque pareciera extraño, él jamás le había pedido una cita alguien y eso lo tenía comiéndole la cabeza. A él constantemente se las habían pedido en el pasado, por lo que no sabía cómo hacerlo con el chico rubio que se encontraba durmiendo a su lado en ese momento.

Adoraba ver cómo Jimin dormía plácidamente sin ser consciente de lo que le provocaba a su pobre corazón enamorado, teniendo que guardar en algún rincón todas las mariposas –o zoológico- que existía en su estómago. Sus labios se encontraban rosados e hinchados, viéndose terriblemente apetitosos a la vista, provocando que el deseo de besarlos fueran más que sus ganas de seguir durmiendo. Algunos mechones de su cabello le caían por la frente, ocultando entre ellos sus bonitos ojos risueños que desaparecían cuando se encontraba muy alegre y lo hacían ver más joven.

En definitiva si pudiera pasarse toda la vida solo observando al menor, Yoongi sería la persona más feliz del mundo.

Eran alrededor de las nueve de la mañana y el sueño se había esfumado totalmente de su cuerpo hace algunos minutos, ya que la luz del sol matutino había comenzado a entrar por la ventana más cercana dándole directamente en el rostro. Ya no dormía tanto como antes, ni tampoco tenía tantas pesadillas por las noches. También habían bajado las dosis de sus antidepresivos, siendo felicitado por su médico al verlo esforzarse por su recuperación y notándose un gran progreso por su parte al ir a todas las terapias sin falta, aun cuando no le agradaba del todo tener que volver al recinto hospitalario en dónde estuvo encerrado por tanto tiempo.

Ya lleva casi un mes y medio viviendo con Jimin, siendo ahora su habitación la de ambos. Al principio el rubio había insistido en dormir en el cuarto de invitados, pero Yoongi realmente lo necesitaba a su lado para pasar una buena noche si no quería levantarse aterrado y desorientado, sintiendo que sus miedos lo llevaban a la temible oscuridad de su pasado. Con el tiempo Jimin había terminado cediendo al no poder negarse y no teniendo más excusas, no permitiendo que este se fuera al otro cuarto nunca más.

Habían dividido las tareas del hogar tales como las cuentas para que no se les hiciera tan difícil vivir en compañía de otra persona, además de que los gastos se habían vuelto el doble. Jimin consiguió establecerse en la empresa de Jin con rapidez, volviéndose uno de los modelos que más ofertas recibía durante la semana ante su innato encanto con las personas y su amable personalidad. Por su parte, Yoongi aún tenía el permiso de Jin para que se tomara todo el tiempo del mundo en recuperar su salud, y ya cuando estuviera totalmente recuperado lo aceptarían con los brazos abiertos en la empresa, además de que su doctor aún no le daba el pase completo para volver a un ambiente laboral. Así que el pálido con tanto tiempo libre, comenzó a pasar más tiempo estudiando por su cuenta en casa, aprendiendo diferentes temas que lo mantuvieran ocupado mientras Jimin se encontraba trabajando.

De vez en cuando salían a comer afuera, más nunca por iniciativa propia del pelinegro. Jimin todavía tenía que arrastrarlo de mala gana para que este saliera del apartamento y pudiera tomar un poco de aire fresco. Por mucho que dijera que lo mejor era estar envuelto entre suaves mantas. Muchas veces Yoongi refunfuñó y se aferró a lo primero que sus manos alcanzaban a tocar para no ver la luz del sol o no ver a nadie más que su chico rubio de bonita sonrisa.
Las únicas veces que salía por gusto propio, era para ver a Jimin practicar y acompañarlo durante largas horas en que el más joven dejaba su vida en la pista de baile. Adoraba ver al chico haciendo aquello que tanto le gustaba junto a Hoseok y Jungkook, que también habían comenzado a hablarle de vez en cuando para saber cómo se encontraba en medio de los recesos. Ya faltaba poco menos de dos semanas para que Jimin hiciera su audición al estudio de sus sueños y eso lo ponía de cierta forma igual de nervioso que el mismo chico. Realmente quería que sus sueños se cumplieran y verlo despegar sus alas.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora