s e í s

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Se encontraba en la terraza con dos chicos más, mientras estos intentan explicarle de manera rápida todo lo que debe saber para la presentación de esta noche. Con el que había hablado hace unos minutos atrás es Jungkook y el chico que había llegado poco menos a abrazarlo, es Hoseok. Ambos son parte de uno de los estudios de danza más famosos de Seúl y uno de sus desafíos es presentarse en público. Por ello se encontraban en el lugar y tenían cierta fama, al grabarse bailando y subirlos cada uno de sus vídeos a internet.
A pesar de ello, Jimin nunca ha escuchado sus nombres. Pero vaya que si había escuchado sobre aquel estudio. Hace algunos meses atrás había audicionado para ser parte de ese lugar que vio nacer a tantos artistas y no había quedado, cosa que no hizo más que destrozar sus sueños aún más. Pero bueno, así era la vida y el chico ya comenzaba a asimilar que debía luchar por lo que amaba o simplemente rendirse de una vez. Optando siempre por la primera, al ser alguien muy orgulloso y decidido en la vida, alguien que no se dejaba derrotar tan fácilmente.

— Bien, Jimin. ¿Has entendido todo? – Preguntó Jungkook, poniendo una mano en su hombro.

Hace algunos segundos ha dejado de escucharlo al estar perdido en sus pensamientos. Quiere decir que entendió perfectamente a lo que se refería, pero decide sincerarse con él y esperar que le expliqué todo nuevamente.

— La verdad...no te he escuchado. – Sonríe apenado, llevando una mano a su cabello echándolo hacia atrás.

El joven bufa sonoramente, explicando otra vez todos los pasos que debe hacer. Esta vez Jimin se concentró en grabar cada movimiento en su cabeza y los repitió a la par que el chico los realizaba. Aquellos dos chicos le miraban inquisidoramente, buscando alguna falla en él. Más cuando ambos le ruegan que por favor no arruine la presentación, se marchan diciéndole que el show comenzaba a las doce en punto y que les esperarían abajo.
Cosa que le hizo entender que estaban confiando en sus habilidades.

Tiene media hora más para asimilar que subirá a un escenario luego de tanto tiempo. Está seguro que la danza es algo parte ya de él, por lo que no necesita ponerse nervioso de no saber improvisar en un momento de duda. Aunque con el poco alcohol que tiene ahora en su sistema, cualquier cosa podía suceder.

Se queda en la terraza disfrutando aquella fría noche de primavera, pensando en que quizás debe entrar al recinto al sentir el frío que hace allí. Sin embargo, termina por admirar los altos edificios de Gangnam. La fría brisa que corre a esas horas, le pone los pelos de punta y a la vez le agrada la sensación que esto le producía. Le hace sentir un poco más vivo y borra parte de los malos pensamientos de su mente. Siempre le ha gustado el frío y muchas veces su madre le había regañado por subirse al techo de su antiguo hogar, sólo para contemplar el cielo nocturno.

Es algo que realmente amaba.

Tiene su vista tan fija en aquellos lujosos edificios, que no ha notado un cuerpo a unos metros de él, lo que le asusta en un principio al creer que solo él se encontraba en el lugar. Al ver a la persona de reojo, solamente puede notar como humo sale de su boca y se desvanece rápidamente en el aire.
No tiene nada en contra de las personas que fuman, pero si que le hacía sentir mal. Al punto que le generaba náuseas una vez que sentía el característico olor del tabaco entrando por su nariz. Y debido a que el extraño se encuentra justo desde el lado en que el viento llega a su rostro, todo el humo estaba entrando sin querer a sus pulmones.

Comienza a toser algo exageradamente, llamando la atención del extraño en un rincón, que rápidamente se aclara la garganta y detiene en el último segundo el cigarro que iba directamente hacia sus labios.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora