v e i n t i s i e t e

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Dos de la madrugada y simplemente no puede conciliar el sueño. Está demasiado ansioso como para obligarse a dormir y sus insistentes pensamientos, no ayudan demasiado. Había probado todas las posiciones posibles en su cama, dando vuelta la almohada, sacando una pierna de las mantas, destapándose, y por mucho que estuviera cómodo en alguna de ellas, simplemente el sueño no quería acudir a su cuerpo.
Aún en la oscuridad puede ver al bulto en la otra cama, observando como su nuevo compañero de habitación le da la espalda y respira pausadamente.

Obviamente Yoongi ha podido conciliar rápidamente el sueño, no tardando en dormirse en cuando se recostó sobre la cama.
Mas Jimin se había dado infinitas vueltas por la habitación, al no saber como actuar ante la presencia del pelinegro. Su corazón estaba muy exaltado, como para sentirse lo suficientemente tranquilo como para dormir.

Luego de la cena -que había sido bastante incómoda- cada persona en la casa se dedicó a ignorar al otro. De vez en cuando Jin hablaba con Yoongi tranquilamente, mientras el rubio se mantuvo en la sala de estar hasta que ambos mayores fueron a dormir. No quería invadir el espacio personal del mayor, así que luego de casi una hora en la que el pelinegro no pareció salir de la habitación, subió para dormir.

Sin embargo, llevaba unas cuántas horas intentándolo y simplemente no podía.

Cansado de continuar así, se levanta con el mayor cuidado del mundo para no despertar al otro y evitar molestarlo, ya que sabe bastante bien que es casi un pecado despertar al pelinegro. Además que ya había tenido suficiente con su mirada frívola de la tarde, como para que ahora también sea regañado por el mismo. Realmente no lo soportaría.

Tal vez podría bajar a la cocina por un vaso de leche tibia y quizás así le invada el sueño de una vez por todas. Su madre siempre recurría a ello cuando no podía conciliar el sueño y espera que esta vez también funcione o simplemente se quedaría en la sala de estar viendo alguna película.

Casi como si se tratara de una película de comedia, cada paso que da por el frío suelo parece sonar más que el anterior. Aún cuando va prácticamente en puntitas y se mueve a la velocidad de una tortuga. Las camas están perpendiculares una de la otra, por lo que si o si tiene que pasar junto a Yoongi para alcanzar el pomo de la puerta.

Solo está a menos de un metro de distancia de su objetivo, cuando unos cálidos dedos presionan con fuerza su muñeca y lo detiene.

— ¿A dónde...vas? – Pregunta el pelinegro con voz adormilada, removiéndose entre las mantas para observar de mejor ángulo al menor.

— A-a...la c-cocina...– Murmura con nerviosismo, admirando el tierno bostezo que escapa de los labios del mayor y como este jalaba con suavidad de su brazo aún apresado.

— Duerme. – Le ordena Yoongi y vuelve a hacer bolita, pero esta vez en su dirección mientras sus ojos se cierran nuevamente.

Con el corazón palpitándole aún con más fuerza, intenta quitar los dedos del mayor de su cuerpo al creer que este se ha vuelto a dormir y salir por fin del cuarto. Da otro paso más hacia la salida, cuando repentinamente todo su campo visual se vio distorsionado, cual cámara lenta y se encontró cayendo en el colchón de la cama contraria.
Sus ojos se abren de golpe al ver a Yoongi tan cerca de sí mismo, notando que este le ha jalado hasta su cama y gracias a ello, había terminado recostado junto a él.

— Duérmete. – Ordena nuevamente el mayor, con la voz ronca y rasposa.

El pelinegro evidentemente adormilado, abre las mantas que cubren su cuerpo y cubre a la nueva persona a su lado con movimientos bastante letárgicos, apegándose a este poco tiempo después. Las mejillas de Jimin podrían parecer faroles en ese preciso momento de lo rojas que están y no se encuentra capaz de controlar su acelerado pulso.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora