t r e i n t a y s i e t e

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Taehyung soba su brazo con suavidad, a la vez que continúa pasándole pañuelos mientras va conduciendo a la comisaría. Han pasado tres horas y no han dado con el paradero de Yoongi. Jimin le ha contado a Taehyung la noticia que ha visto, preguntándole si sabe algo sobre el padre del pelinegro. Lamentablemente el castaño no tiene idea de si al hombre que buscan tiene relación con su amigo y su desaparición.
Una persona que vendía helados cerca del parque donde se encontraban, les había comentado que hace unas horas había visto al chico gritando por teléfono al acercarse a ella para preguntar. Ambos se sorprendieron por ello por el tipo de personalidad de Yoongi y que parecía muy extraño que algo le molestará para que llegará a ese punto. Sin embargo, sí se ponían a pensar un poco, tal vez las cosas comenzarían a tomar forma.

Ahora se encontraban frente a la estación de policía para hacer la denuncia de desaparición.

Una vez se bajan del auto del castaño, Jimin siente su estómago contraerse de miedo ante las posibilidades de no poder encontrar a Yoongi. El solo hecho de sentir que no volverá a verlo, escuchar su voz, su risa, ver su rostro o sonrisa, lo hace sentir desolado. Como si estuvieran arrancando una parte vital de su cuerpo y el dolor comienza a volverse insoportable. Pero no desea pensar en eso por el momento.

Se limpia una vez más la nariz intentando mantenerse bajo control, antes de ingresar al recinto junto a Taehyung que en todo momento ha intentado alentarlo y convencerlo de que todo saldrá bien.

— Buenas tardes, ¿en qué podemos ayudarlos? – Pregunta un hombre vestido de policía, frente a una computadora.

— Venimos a hacer una denuncia de desaparición. – Informa Tae, sin dejar de mantener una mano en la espalda de Jimin dándole apoyo al no haber dejado de llorar en ningún momento y notar que evidentemente el estado del rubio no era el mejor, menos para hablar. Él también se siente realmente desesperado. — Ha desaparecido hace unas tres horas aproximadamente. Es un hombre de veinticinco años, de pelo negro y piel pálida. — Agrega esperando que el hombre comience a escribir todo lo que dice, cuando simplemente se cruza de manos y los ve algo incómodo.

— No les voy a mentir. – comienza diciendo y Jimin ya sabe que algo malo dirá por su expresión. – Pero sólo podemos tomar en cuenta las desapariciones luego de veinticuatro horas, sobre todo cuando se trata de una persona que es mayor de edad. Puede que la persona que buscan simplemente esté por ahí, en perfecto estado o con tu teléfono apagado. Más allá no podemos hacer nada. Lo siento.

La poca empatía que Jimin ve en el hombre, lo hace explotar por completo. El llanto silencioso que antes lo había atacado, se vuelve uno ruidoso en el que se ahoga con sus propias lágrimas y apunta enfurecido al hombre, al no entender lo estúpido que aquello sonaba.

— ¿CÓMO QUE ESTÁ BIEN SI NO TENEMOS IDEA DE DÓNDE ESTÁ? – Grita el rubio desesperado, acercándose más al escritorio que los separaba del policía y este se echa para atrás al creer que recibirá algún golpe por parte del hombre rubio. – ¡¿Usted realmente cree que habríamos venido hasta aquí porque simplemente no nos contesta las llamadas?! ¿Acaso tiene idea de la persona a la que buscamos? ¡No! ¡Si hemos venido aquí es porque Yoongi no desaparecería de la nada! ¡Él ni siquiera se alejaba un metro de mi y....! – No puede continuar al sentir el peso de la angustia caer sobre sus hombros y termina por derrumbarse, terminando arrodillado en el suelo sin poder respirar.

— Minnie, tranquilízate...– Intenta ayudarlo Taehyung, agachándose para poder abrazarlo y contenerlo, creyendo que necesita urgentemente darle algo a Jimin que lo haga estabilizarse. – Él estará bien, lo prometo.

— ¿Cómo puedes saberlo? – Solloza fuertemente en respuesta, aferrándose a la camisa de Taehyung y busca en algún lugar de su mente, ese positivismo que siempre estaba. Ese que nunca le había abandonado ni en los peores momentos. El cual ahora simplemente ya no escuchaba y parecía haber dejado de existir.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora