v e i n t i o c h o

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Lentamente comienza a removerse entre las mantas de su cama, aspirando el dulce aroma impregnado en él. No quiere despertar aún y espera que nadie vaya a molestarle. Estira uno de sus brazos al aire, desperezándose en el acto y bosteza libremente, ante tan tranquila mañana.
Sus ojos lagrimean un poco y ve bastante borroso en un comienzo, para luego ver la habitación totalmente iluminada y escuchar finalmente el canto de algunos pajaritos en el exterior. Por un segundo se pregunta dónde está mientras admiraba el cuarto, recordando lentamente que hace una semana ya vive en casa de Seokjin.

La habitación está completamente en silencio, escuchándose únicamente su respiración y alguno que otro sonido de la calle.
Se destapa el cuerpo, recordando con pesar porque motivo se había despertado.

Quería ir al baño.

Estaba demasiado cómodo en su cálida cama, como para justo necesitar ir vaciar su vejiga. Pero no le queda de otra, si no quiere orinarse en las sábanas como un niño pequeño.
A pesar de que sus horas de sueño se han normalizado con bastante rapidez, no entiende porque cada mañana despierta tan cansado. Quizás eran los efectos de todos los tranquilizantes y neurolépticos que se debía tomar, los cuales aún debe consumir si no quiere tener una recaída en su depresión.

Sale del cuarto, caminando perezosamente al baño que está a solo un metro de distancia y que, sin embargo, parece estar demasiado lejos para él. Provocando que recuerde el lindo baño de su antiguo hogar, el cual le queda a solo cinco pasos de su cama. Pensar en su apartamento le traen recuerdos demasiado tristes y no por los recientes acontecimientos. Sino más bien, extraña ese característico aroma a café y madera, tan propio su hogar.
Extrañaba su apartamento, mas no podía volver a vivir solo hasta que los doctores dijeran lo contrario y estuviera emocionalmente estable. Cosa que parece estar tardando bastante.

Extrañaba poder hacer cosas sin tener vigilancia veinticuatro horas al día, sintiéndose demasiado abrumado por la excesiva atención de los dos chicos con los que vive. Sabiendo que ellos solo esperan lo mejor para él, terminando por acatar cada orden que le daban.

Solo quería mejorar pronto y volver a tener su independencia.

Una vez termina toda su labor, lava sus manos y se dispone a volver a la cama para continuar durmiendo. Está seguro que no son más de las once de la mañana, pero tanto silencio comienza a perturbarle un poco. Jin normalmente se iba al trabajo luego de almuerzo y Jimin siempre andaba en algún lado de la casa, escondiéndose de él y a la vez vigilándolo.

Últimamente el menor había estado teniendo actitudes muy raras y no entendía que es lo que había hecho para ganarse aquel distanciamiento de su parte, siendo que estaba trabajando arduamente en mostrarse más amable con Jimin.  Y lo que más le llamaba la atención es que de vez en cuando actua de manera muy sobreprotectora con él, teniendo especial cuidado en cada tarea que Jin le asignaba en la casa ayudándole en todo, solo para que al segundo después lo ignore.

Y eso simplemente no lo entendía.

Había intentando hablarle con normalidad, preguntarle cómo estaba y el menor nunca respondía o reaccionaba de la manera que él quería. Jimin simplemente le miraba como si estuviera loco y luego poniendo alguna excusa tonta, se dejaba solo y luego se asomaba por el umbral de la puerta viendo lo que hacía.

Dios, ese rubio iba a agotar toda su paciencia.

Por mera curiosidad, en vez de volver al cuarto, termina por bajar a la cocina y comer algo para únicamente luego de tener el estómago lleno, seguir durmiendo. El doctor le había dicho que no era bueno que se quedara tanto tiempo en cama, recomendándole hacer actividades en el exterior y salir a tomar un poco de aire. A pesar de ello, ¿cómo no le iban a dejar dormir si hace tanto tiempo no lo hacía?

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora