t r e i n t a y s e i s

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Luego de media hora en que intenta no preocuparse, decide llamar al pelinegro. Pese a que ha pensado que tal vez le ha dolido el estómago o algo lo ha distraído, siente que no puede esperarlo más junto al negocio cuando el cielo se cae a pedazos. Los truenos han aumentado y la lluvia se vuelve densa a cada segundo que pasa. Tan densa como el nudo creciente en su garganta.

— ¡Hey, chico! ¡Toma! – El dueño del pequeño negocio en donde se resguardaba cargando con la canasta, le tiende un paraguas desechable. – Vete a casa antes de que enfermes. – Le sonríe el tierno anciano, antes de que Jimin termine por aceptar el objeto.

Agradeciéndole una vez más, abre el paraguas para ir en busca de Yoongi. Los baños del gran parque no deberían estar muy lejos y los encuentra luego de preguntarle a un par de personas que pasaban apresuradas por su lado ante el inesperado cambio del clima. Cuando llega al lugar, se apresura a llamar en cada baño sin obtener respuesta alguna. Su corazón comienza a pesar y las teorías en su mente se vuelven caóticas al pensar que algo había sucedido con Yoongi.
Vuelve a marcar su número una vez más, pasando directamente al buzón de voz cuando luego de veinte segundos no hay respuesta. ¿Debería avisar a Jin sobre esto?

El miedo le recorre el cuerpo, pero aún así intenta mantenerse tranquilo. Primero debía verificar en cada lugar cercano que el chico no estuviera resguardándose de la lluvia...aunque si lo pensaba mejor, Yoongi seguramente habría vuelto por él en ese caso. O llamado como mínimo.

— Sólo...debo mantener la calma. – Se dice a si mismo cruzando a la calle, intentando una vez más llamarlo y maniobra entre sostener el paraguas o el canasto con un solo brazo.

Aunque el susto que se lleva cuando un auto frena casi encima de él al cruzar sin ver, termina por derrumbarlo. Tenía un muy mal presentimiento.
Se disculpa rápidamente con el conductor que le hace gestos molestos desde el vehículo, corriendo al otro lado de la cera para encontrar refugio en una outlet. Deja el paraguas junto a un montón que hay en la entrad, dejando a su vez el canasto para sostener el teléfono con ambas al notar que el temblor en estas le impiden enfocar bien en la pantalla.

Sorbe su nariz ya no sabe si por el frío que está haciendo o por el llanto que silenciosamente lo ha atacado y del cual no es consciente, menos cuando varias personas que pasan por su lado lo ven con lástima. Encuentra el contacto que ha estado buscando, dando una larga respiración cuando le da al botón verde. El timbre suena dos veces cuando la voz familiar de Taehyung le recibe.

Hey, Jimin. ¿Qué tal? – Le saluda alegremente el chico, pero pronto sus sollozos lo alertan haciéndolo callar. — Minnie, ¿qué sucede? ¿Le ha ocurrido algo a Yoongi?

— Tae...no sé dónde está. Ha desaparecido de la nada y...no contesta mis llamadas. – Le informa con la voz quebrada limpiando sus mejillas que se encuentran empapadas. – Todo estaba normal, no entiendo que ha pasado.

Tranquilízate y respira. – Le indica con su voz serena, intentando calmarlo para que así entender mejor la situación. — Dime dónde estás y que ha pasado.

Salimos para tener...una cita. – Murmura sintiendo el dolor creciente en su pecho, al darse cuenta que ni su primera cita había salido bien. – Luego dijo que iría al baño y no volvió más. Lo busqué por el lugar, pero no estaba por ningún lado. Tampoco quiero llamar a Jin para no preocuparlo...— Respira entrecortado, al saber que no puede hacer pasar al castaño por más dolor de nuevo. Intentaría averiguar que ocurría por su cuenta antes de hacerlo entrar en pánico, como él lo estaba haciendo.

Lo buscaremos juntos, ¿bueno? Iré para allá, así que envíame tu ubicación. No tardaré, lo prometo. — Le aseguró el chico y Jimin asiente pese a que este no le ve, pero no se siente capaz de decir algo más.

Boy in Black | MYG & PJM. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora