Capitulo 5: Voy a matarte

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Me separé un poco.

-Em... -Saque mis cigarrillos. -¿Fumas? -Negó con la cabeza. Puse uno en mis labios y los prendí con mis dedos.

-Voy a extrañar eso.

-¿Los poderes? -Sólo asintió. -Fue muy noble. Eres un buen chico. Tu novia debe ser afortunada. -Por favor, entiende la indirecta. Pensé.

-No tengo. -No la entendió. -Oye, siento...

-¿Casi besarme? -Pregunté.

-Exacto.

-Esta bien. Cualquiera tiene un desliz. Tranquilo.

-Gracias.

Luego de un rato me despedí de Matt y fui a mi casa. Llegué y subí a mi cuarto.

Admito que lo quería besar. Sí, lo deseaba. Pero tenía miedo. Terror de todo. Miedo a lo que pasaría. Terror a lo lejano. A lo nuevo. Y a lo viejo a la vez.

Porque no quería besarlo a él. No era Matt. Lo que deseaba era saber si aún extrañaba a Rex. Si aún lo quería. Si lo había olvidado. Si podía seguir adelante. Si podía superarlo. Pero sobre todo... si aún lo amaba.

Alguien tocó la puerta.

-¿sí?

-¿Estas vestida? -Dijo Jesse a través de la puerta.

-Pasa. -Le dije.

Entró a la habitación y me abrazó.

-No llores. -Dijo limpiando mis lágrimas. ¿Cuándo comencé a llorar?

-No sabía que lo estaba haciendo.

-Hermosa... ¿porque lloras? Digo, exactamente.

-Es que... yo... ni siquiera estoy segura de saber porque.

-Y... quieres que te hable sobre la serie que empecé, para distraerte.

-Claro.

(...)

-Entonces... ¿al final A es mona?

-Sí... pero no. Porque cuando la encierran en radley, todavía hay mensajes.

-Ah... ¿y después? -Pregunté con verdadera intriga.

-No sé. Hasta ahí llegue.

-Tengo que ver esa serie.

-Sí, aparte... -Fue interrumpido por mi hermano que abrió la puerta.

-Oh, ya están despiertos. Esperen... ¿Esa no es la ropa de ayer? -Dijo señalandome. Miré la ventana. Ya había amanecido y yo no lo había notado.

-Mierda. Voy a dormir ahorita.

-¿Jesse? -Preguntó mi hermano.

-Me quedo con Bree.

-Dormilones. -Susurró. Le tiramos con almohadones.

(...)

Desperté porque sentía mucho calor. Jesse, que me había abrazado, estaba hirviendo.

-Jesse. -Lo llamé sacudiendolo un poco. No despertaba. -¡Jesse! -Me estaba preocupando. Empecé a entrar en pánico. Agarre mi celular y llamé a Isaac. -Por favor, no despierta. Está hirviendo. Ven. -Ya estaba llorando.

-Hey, tranquila. ¿Quien?

-¡Jesse!

-Bien. Voy para allá.

Sacudí a Jesse hasta que llegó.

-Tranquila. Ve afuera.

Le hice caso. Estaba muy preocupada. No lo sentía hacía años. Pero era real. No un espíritu. Y estaba muriendo de miedo. Me quedé llorando unos 5 minutos. Isaac salió de la habitación y se dirigió a mi.

Union de manadas U.C.A#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora