Recién había dejado a Jesse en su segundo día cuando mi teléfono sonó. Era Isaac.
-Hola, cachorra.
-Hola. -Lo saludé.
-¿Tienes algo que hacer hoy?
-Iba a entrenar hasta buscar a Jesse. Así que no.
-¿Quieres venir a mi casa?
-Seguro. ¿No tendrías que estar trabajando?
-Solo ven.
-Bien. -Le respondí. Cortamos.
Al llegar a su casa toque la puerta. Me abrió con una gran sonrisa en su rostro.
-Cierra los ojos. -Exigió. Así lo hice. De todas formas puso sus manos sobre ellos. Me guió por la casa. Estábamos en la sala. Solo que todos los muebles estaban en una esquina y había un proyector en la pared. En el piso había un montón de almohadas simulando una cama. Había un montón de focos colgados del techo que iluminaban la habitación pero muy suavemente. Sonreí.
-Es hermoso.
-Me alegro que te guste.
Me gire para abrazarlo. Antes de que pudiera hacerlo noté que estaba sosteniendo una cajita. Levantó sus cejas para que la tomara. Al abrirla encontré una pulsera. Era una tira de metal con una inscripción. Al tomarla leí que decía:"Hija de el sol". Fruncí mi ceño no entendiendo. Viéndola mejor noté que dentro decía: "Hija de la luna". Lo miré aún sin entender. Me sonrió.
-A simple vista, lo que todos ven, eres una hija del sol como todos. Solo luz y amor. Belleza sin igual. Una humana. Contra tu piel, oculto, eres una hija de la luna como todos tus hermanos lobos. Eres oscuridad. Eres muerte. Pero igual de hermosa que una hija del sol. Igual de buena. Las palabras siempre están ahí. Sin embargo no todos lo saben. Solo algunas personas. Y soy de las pocas que tienen el honor de conocer tu oscuridad. Y sinceramente no me asusta. Amo todo de ti. Incluso la muerte que te sigue. Incluso la vida que das. Puedes espantar a todo el mundo. Nunca a mi. Nunca más vas a asustarme. La única vez que lo hice terminaste salvando mi vida. Entonces ya entiendo. Tú no solo nunca me lastimarias, lastimarias a todos los que me amenazara. Entendí quién eres. Eres una alpha. Eres una amiga. Eres una reina. Eres una madre. Aunque lo niegues o no estés segura. Cualquiera que los ve de afuera, sabe que eres su madre. Eres vida y eres muerte, eso te hace única. Y todo eso, junto, hace que yo te amé. Con cada partícula de mi. -A ese punto yo ya estaba llorando. Me abalancé contra él besándolo.
-Te amo. -Dije en un susurro sin siquiera pensar. Y pude sentir que lo dije porque de verdad lo sentía. -Te amo. -Repetí aún llorando, besándolo de nuevo.
-Hey, no llores. No era la idea. -Dijo secando mis lágrimas.
-Te amo. Casi más de lo que he amado a alguien. -Estoy segura que él entendió que me refería a que fue la persona que más ame románticamente.
-También lo hago. -Le sonreí. Me puse la pulsera. Lo volví a besar. Puso sus manos en mi cintura. Mis manos se enredaron en su pelo. Sus manos empezaron a subir por debajo de mi blusa. Al fin. Pensé. Mis manos bajaron para desabotonar su camisa, mientras bajaba mis besos a su cuello. Al terminar la tire a quien sabe dónde. Él tomó el borde de mi blusa y me la sacó por la cabeza. Retrocedimos a las almohadas entre besos. Lo acosté y me senté en su regazo. Esto será divertido. Pensé.
(...)
Estábamos acostados en el piso. Desnudos. Isaac tenía razón. Fue mágico y especial. Me encontraba sobre mi brazo, mirando su cara. Él me miraba a mi.
-¿Estuvo bien? -Me preguntó.
-Más que bien. -Le sonreí. Me incline y lo besé.
-¿A qué hora debes recoger a Jesse?
-A las tres. -Asintió. Su mano estaba haciendo círculos en mi espalda, con su brazo rodeando mi cintura. Entonces noté algo. Sonreí.
-Sabes, es la única vez que he tenido sexo y no me he transformado. Por lo general no puedo mantener mis colmillos adentro.
-¿De veras? -Preguntó sorprendido.
-Sí. Tú me mantienes humana.
-¿Eso es bueno?
-¿Dado mi loba habitual? Es perfecto. -Lo volví a besar. -Te amo. -Dije al separarnos.
-Yo también te amo.
*Un mes después*
Estaba respondiendo unos mensajes que Isaac me había enviado. Sonreí.
-Plan, ahora. -Dijo Kate pasándome por al lado. Tecleé rápidamente "Te escribo luego" y seguí a Kate. -Escucha nos quedan unas dos semanas antes de que sepan que algo anda mal. Tenemos que usar la ventaja mientras la tengamos.
-¿Dices que hay que atacarlos?
-No. La ofensiva no nos ayudaría. Tenemos que lograr que nos ataquen antes.
-¿Dijiste que son seres de métodos? No cambian fácil.
-Sí, es verdad.
-Entonces... hay esta creencia popular entre los lobos... para atacarnos juntos y desprevenidos...
-Bodas... -Completó. -Sí, no es un rumor. Es arriesgado... pero si lo planeamos, puede tornarse a nuestro favor.
-Trato.
-Espera, ¿Tú...?
-No es lo que preferiría. -La interrumpí. -Pero tampoco preferiría que una reina me quisiera muerta.
-Si tú lo dices.
(...)
Llevamos paseando todo el día. Había comprado en casi cada lugar que habíamos pasado. Pero Isaac pacientemente aceptaba todo. No me estaba haciendo fácil mi plan. Pasamos una agencia de viajes donde estaban dando folletos de viajes a Disney. Sí esto no funcionaba, nada lo haría.
-Mira. -Dije señalando a la persona vestida de Mickey.
-Bree. No.
-¿Porque? -Fingí un poco de molestia.
-Por qué no es el momento.
-Vamos... -Pedí.
-No.
-Voy a arrodillarme. La gente va a pensar que te estoy proponiendo matrimonio.
-No te atreverías.
-No me conoces. -Le dije arrodillándome frente a él. Un par de personas pararon a vernos.
-Bree, levantate. -Dijo con la mandíbula apretada. -Me avergüenzas. Puedes comprar lo que quieras.
-Bien. -Dije simulando estar feliz. -Pero antes... -Saque la cajita y la abrí dejando ver las alianzas de oro. -¿Te gustaría casarte conmigo? -Dije un poco nerviosa. Su boca se abrió y cerró un par de veces. A este punto había mucha gente formando un círculo a nuestro alrededor. Llevó sus manos a su boca unos segundos más. Cada segundo era eterno. Entonces empezó a asentir.
-S...Sí... claro que sí. -Dijo ahora sonriendo. Sonreí y me paré. Lo besé suavemente. Al separarme seguí sonriendo. Le puse el anillo. El puso el mío. Juntamos nuestras frentes. -Te amo.
-Yo también te amo.
La gente empezó a aplaudir a nuestro alrededor.
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Union de manadas U.C.A#2
Người sói¿Una chica Alpha?#2 Bree vuelve a su ciudad natal al graduarse de la Universidad. Ella se encuentra con algunos cambios. Nuevos aliados, nuevos enemigos y, quizás, sólo quizás, un nuevo amor.