capitulo 17: Alan

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Rose vino corriendo a mis piernas.

—Mami, tengo sed. —Me dijo.

—Claro, cariño. —Le dije con una sonrisa. —¿puedes darme solo jugo? —Le pregunté al barman.

—claro. —Me dijo para después darme un vaso con jugo de naranja. Se lo di a Rose.

—gracias. —Me dijo.

—No hay problema. Ve con la tía y no corras. —Rose se dio la vuelta y fue con Kate.

—¿eres madre? Sin ofender pareces joven.

—sí, es adoptada. Pero tampoco soy tan joven.

—Lo pareces. ¿cuantos años tienes?

—27.

—Yo igual. —Vaya, eso fue suerte.

Seguimos hablando un rato, creo que inclusive le agradé. Luego nos sentamos para comer. El se sento a mi lado. Cuando nos trajeron los platos de pasta note que tenia Ajedrea en la parte de arriba, la especia que me transformaba.

—¿No vas a comer? —Preguntó tenso.

—Claro, siempre me fijo que es lo que como para saber qué comer si me gusta. —Tome un poco con el tenedor y lo meti a mi boca. —delicioso, ¿que será? —Pregunté.

—Es Ajedrea. —Me contestó. Solo asentí y seguí comiendo. Al terminar me excuse con que iba al baño. Les hice una seña a los demás para que vinieran, ya que la única en mi mesa era Rose. A ella le dije que esperara ahí.

Me diriji al baño, los 4 entraron con unos segundos de diferencia. Kate cerró la puerta después de que yo revise todos los cubículos.

—Tenía Ajedrea. Isaac necesito que... tu sabes.

—¿que? no. No tengo ninguno de los instrumentos que necesito.

—no soy delicada, improvisa.

—ok... mmm... necesito vodka... toallas o servilletas de tela... lo que consigan. Sí come carne cruda sanara mas rapido. Y el cuchillo más filoso que tengan. —Automáticamente todos le ofrecimos un cuchillo. Estábamos muy armados. —Necesito algo más fino.

—oh, espera. —Kate sacó una daga. —Daga china, muy filosa, muy fina.

—genial.

—yo consigo la carne. —Dijo Endou.

—voy por el vodka. —Ofreció kate.

—Y yo por las servilletas. —Término Adam.

Los tres salieron.

—va a dolerte. —Me dijo con tono de advertencia Isaac.

—Lo sé. —Dije mientras me quitaba el saco. Después me saqué la camisa. —¿Me ayudas?

—claro. —Me desabrocho el brasier y yo me lo quite poniéndome contra la pared. Los chicos fueron entrando y dándoles las cosas a Isaac que las acomodo en el lavado. —Kate, con veneno cazador, seria mas facil, no se curaría...

—en seguida. —Dijo para después tomar la daga y cortar su mano, hizo un gesto de dolor. Escupió en su mano y la sangre hizo burbujas, como si fuera efervescente. Paso la daga por ahí. Adam le dio una toalla de papel y la ayudo a limpiarse. Sonreí inconscientemente por como se estaban llevando mejor de a poco.

Sentí algo frio en mi espalda, lo que supuse fue el vodka. Luego el dolor de la daga cortando mi piel. Mordí mi brazo para no gritar. Sentí como movía cosas en mi interior para encontrar el estomago, y lo corto. Sentí como la sangre se deslizaba por mi boca, cara y cuello al tener mis dientes tan profundamente clavados. Luego empecé a sanar.

—Dale unos segundos, y come la carne. —Solté mi brazo. Y vi como empezó a sanar. Como la carne y sentí como se aceleraba la curación.

—gracias. —Les dije. Me sonrieron y asintieron.

—tienes... —Empezó Kate pero se cortó. Tomó un pedazo de servilleta y limpio cerca de mi boca.

—gracias. —Le dije amablemente. Solo asintió con una sonrisa.

—Bien, entonces deberías vestirte. —Dijo Isaac pasandome el brasier.

—si, eso creo. —Todos se quedaron en su lugar. —Ya salgan. —Les dije.

Todos se fueron huyendo de mi mirada. Me cambie y sali como si nada pasara.

— ¿todo bien? —Me pregunto Alan.

—claro. Pero luego de comer cuesta arreglar el maquillaje. —Dije riendo suavemente.

Dieron un discurso y todos nos fuimos.

Ni bien llegue a casa subí y me cambie el incómodo traje por unos jeans y un top. Baje a la sala.

—mucho mejor. —Dije lo que provocó unas risas.

—¿Repasamos para la noche? —Preguntó Kate.

—Claro. Super divertido.

(...)

Termine de alistarme y baje. Escondí las armas. Siempre era mejor estar preparada por lo que tomé cuatro cuchillos. Y llamé a Isaac.

—¿Algo en lo que te pueda ayudar, cachora? —Preguntó.

—necesito un favor. Ven. —Tome su mano y lo lleve a mi habitación. Me saqué el vestido.

—¿cachora? —Pregunto dudoso.

—Quiero que metas estos cuchillos en mis costillas. —Dije decidida.

—¿Que? —Casi gritó.

—puedo con el dolor. Aparte es más seguro.

—yo...

—Hazlo. —Exigí. Suspiro y tomo los cuchillos. Con las yemas de sus dedos busco mis costillas. —Espera. —Dije, fui a buscar una toalla y la mordi. —Disto. —Dije aun mordiendo la toalla. Isaac rio y siguió su trabajo. Clavo el primer cuchillo. Mordí con fuerza. El segundo. Casi grité.

—estos dolerán más, hay más nervios. —Dijo despacio, como si temiera que no hablara su lengua.

El tercero enteró a mi piel. Dolió demasiado. Tome el brazo de Isaac.

—solo falta uno. Resiste. Si ves sera peor. —Levanto mi cabeza desde mi mentón. Me miró a los ojos. Los devio un segundo para centrar el cuchillo, y luego volvió la vista a mis ojos. —Solo mira mis ojos. —Sentí el dolor en mi lado izquierdo. En vez de gritar respiraré profundo y exhale por la boca un par de veces rápidamente.

—¿Ves? Mucho más fácil.

—Ni que lo digas. —Dije poniendome el vestido.

—Por cierto, usaste mi apellido.

—Sí... mmm... —De hecho no tenía idea porque lo había hecho. —Fue lo único que se me ocurrió.

—Claro, ¿vamos, esposa? —Dijo con gracia mientras reía. Yo también reí.

—Por supuesto, querido esposo. — Dije para luego tomarle el brazo y bajar.


¿que les parece hasta ahora esta segunda parte?


Union de manadas U.C.A#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora