Capitulo 45: Coronación

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Luego de eso, no fue tan complicado el resto. Tenía entrenamiento con Katherine e Iván todos los días, ya que ambos querían pertenecer a la guardia real. Con el asesoramiento de Katherine, fue fácil organizar la coronación para Kate y para mí. Una semana antes de mi cumpleaños. Sin embargo no la pudimos hacer inmediata, ya que esa semana era la época (o más bien noche) de celo anual. Peor día del año desde que me convertí en lobo. Ese día solía estar con quién sea de la manada. Entendíamos que no significaba nada ya que solo era la desesperación biológica. En otras palabras, solo queríamos a el lobo más cercano.

—Isaac. —Lo llame mientras terminabamos de desayunar. Él estaba viendo casas en venta por internet.

—¿Sí? —Dijo prestandome atención.

—Se acerca la noche de celo… ¿Sabes que significa? —Asintió lentamente.

—Si mantienes relaciones sexuales con un humano, antes de tener hijos, durante el celo, tú y ese humano serán inmortales. Si tú y un lobo lo hacen, y se muerden el uno al otro, lo mismo. —Asentí. Me sentí… avergonzada por lo que iba a preguntar, lo que me pareció raro.

—¿Tú… tu quieres… ya sabes… ser inmortal conmigo? —Dije mirando mis manos.

—Claro que sí… pero… ¿Estás segura? Es decir soy solo humano. —Lo miré confundida.

—¿De qué hablas?

—Bueno, no soy Matt. Si alguien te ataca, no podría salvarte. No soy lo suficientemente rápido o fuerte. —Fruncí el ceño. Pero solté una risa para aliviar mis nervios y no gritarle.

—No necesito que me salves. Isaac, yo no soy la chica arriba de la torre esperando, yo soy quien construye la torre y la derriba con sus manos, solo porque puede. No soy por quien tirarse frente a las balas, soy quien las recibe. No necesito quien me salve. Necesito a quien esté enamorado de mi, y de quién yo también esté enamorada. Necesito a alguien que me mantenga humana. Te necesito a ti, no a Matt. —Me sonrió para luego besarme. —Por favor, nunca lo dudes. —Asintió.

—Bien.

Le sonreí.

(...)

—¿Estás segura de esto? —Preguntó Isaac por décima vez.

—Isaac, por última vez, lo estoy. —A cada segundo sentía el deseo crecer en mi interior. Estaba atardeciendo. Lo besé. Y dios, no puede contenerme más. Jesse no estaba en casa, él todavía no tenía su celo, no hasta los dieciocho. En un minuto ya estábamos en la cama. Yo sobre su regazo. Amago a girarnos para el quedar sobre mi. Lo sostuve contra la cama.

—No, cariño. Yo siempre voy arriba. Deberías saberlo. —Seguí besándolo. Era algo raro. Me pasaba desde que me convertí, probablemente un comportamiento de alpha. Solo me sentía incómoda y no podía disfrutar, sí no estaba arriba.

Se sentó en la cama todavía conmigo en su regazo. Hizo una línea de besos desde mi boca a mi ombligo, pasando por el centro de mi pecho. No sabía en qué momento había quitado mi camisa, tampoco me importaba. Todo mi cuerpo estaba mil veces más sensible y solo los besos parecían el cielo. Sí, el celo era una mierda pero el sexo durante el celo era genial. De pronto pude sentir mis ojos cambiar, colmillos crecer y mis garras salir. Apreté mis manos en puños, cerré mis ojos y mi boca con fuerza.

—¿Bree? —Susurro. Sentí sus manos en mi cara. —Esta bien. No debes ocultarte de mi.

Yo no quería que me viera, una parte de pensó que lo asustaría, otra que lo incomodaría y una última parte pensó que era el último paso para darse cuenta de que se casó con un monstruo.

Union de manadas U.C.A#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora