POV Omnisciente
Bree bailaba cubierta de sangre. Botella en una mano, hígado en la otra. Solo en ropa interior ya que se dio cuenta que la sangre seca en la ropa era muy incómoda. Jesse se dedicaba a comer el cuerpo de uno de los tantos muertos en la habitación.
—Siento que voy a explotar. —Dijo levantándose. Empezó a bailar al ritmo de la canción con Bree. La sangre cubría el suelo y caía por su cuerpos. Quien los viera sucumbiria al miedo, pero tambien al deseo, despues de todo eran tan bellos como cualquiera pudiera imaginar.
—me gustaría decir lo mismo. —Dijo Bree dándole una mordida al hígado. —Tan delicioso. Solo... no puedo saciarme. —Dijo dándole la botella a Jesse.
—Deberíamos limpiar. Esto es sin duda un desastre.
—si... —Dijo vagamente. —O podría terminar lo que queda, disfrutando de la música y el alcohol. Y quizás, luego limpiamos. O puedo hipnotizar a alguien para que lo haga por nosotros. —Dijo acercándose a un cuerpo y mordiendo su cuello.
—¿por qué no? —Acepto Jesse bailando y tirando de su cabeza hacia tras vaciando otra botella de licor.
(...)
Alex entro a la habitación de Bree. Se separó de la chica que estaba besando.ambas estaban sentadas contra la cabecera. La chica y Bree estaban en ropa interior. Alex bajó un poco la mirada.
—Kate quiere hablar contigo.
—Claro, Laura ya se iba.
—Soy Lisa.
—oh, lo siento, cariño. —Dijo sonriendo. La chica le correspondió y se vistió rápidamente. Salió pasando por al lado de Alex quien le sonrió amable y apenadamente. —¿Vamos? —Bree le enseñó un dedo indicando que esperara. Una chica totalmente vestida salió del baño y se acercó a Bree. Se besaron muy intensamente. Alex volvió a bajar la mirada.
—Llamanos. —Dijo entregandole un papel. Bree le sonrió. La chica salio de igual manera que Lisa. Bree arrojó el papel al cesto en cuanto la chica salió de su habitación.
—¿Te divertiste? —Pregunto alex viéndola con una sonrisa ladina.
—Por supuesto. —Dijo pasando ambas manos por su cabello tirándolo hacia atrás. Se levantó y puso un vestido corto sin mangas sobre su ropa interior.
Siguió a Alex escaleras abajo donde se encontraba Kate. Alex se fue dejándolas sola.
—debes parar. Ahora.
—¿A qué te refieres? —Preguntó Bree.
—oh, tu sabes a qué me refiero. Me refiero a las muertes. A los cuerpos caroñados hasta los huesos. A los inexplicables ataques animales en el medio de la ciudad. A eso me refiero. —Bree suspiro mirando al suelo.
—¿como lo sa...
—siempre lo supe. Oh, casualidad, cada lugar donde estabas tenía muertes muy peculiares.
—son malas personas, merecen morir.
—no lo dudo. —Dijo asintiendo. —Pero no soy la unica que lo sabe. El consejo ya sabe que estas aqui, y solo les estas dando más fuentes para analizarte y saber donde estas. No debes aparecer en su radar.
—¿Me estas pidiendo que pare de cazar?
—Sí. Al menos por ahora. Luego de que pase lo que tenga que pasar, podras cazar cuanto se te dé la gana, hasta podemos cazar juntas, eso sería divertido. Pero por ahora debes pasar desapercibida.
—Claro, lo hare.
Una, dos, tres horas pasaron. Entonces el hambre empezó. Pudo aguantarlo otras tres horas. Luego Bree movía sus piernas ansiosamente sentada en una silla en su habitación, con su cabeza entre sus manos. Estaba demasiado hambrienta e hiperactiva. Había comido de todo. Desde carne hasta galletas. Nada podía saciarla. Había corrido, trepado, practicado arquería y lucha cuerpo a cuerpo. Pero nada se comparaba con cazar. Sentia que moria. Se sentía en abstinencia. Como si le hubieran sacado la cocaína luego de años de consumo.
—Relájate. —Escucho decir a Demetria.
—No puedo. —Grito levantándose. Empezó a caminar alrededor de la habitación. Luego de un par de vueltas se hartó. —No puedo más, es demasiado. —Tomo su campera de cuero mientras salia de la habitacion y luego de su casa. Llamó a uno de los hijos de un dueño de una empresa que había cerrado tratos con su familia. Le pidió su ubicación y se subió a su auto camino a encontrarse con él. Ni bien bajarse del auto fue a su encuentro.
—Hola. —Dijo Kevin.
—Necesito a tu proveedor.
—¿perdón?
—vamos, Kevin, todos saben que vives drogado. Necesito a tu proveedor. —Se le escapó una risa sorprendida.
—Bree, la santa, nece...
—Ya. —Exige ansiosa y moviéndose en su lugar.
—Ok, ok. Ten. —Dijo buscando una tarjeta en su billetera y dandosela. —Llámalo, probablemente te reciba ahora. —Dijo.
—gracias. —Lo miro a los ojos. Cambio sus ojos a violeta. —Olvida que hablamos de esto, te llame, pasamos un buen rato y eso es todo. —Luego se dio vuelta dirigiéndose a su auto, mientras marcaba el número. Comenzó su camino a la dirección mientra arreglaba los detalles por teléfono. Al llegar tomó el paquete y le dio el dinero al hombre.
Volvió a su casa y se encerró en su cuarto. Diez minutos después estaba terminando de hervir la heroína. La puso en una jeringa y amarró su brazo con un cinturón mientras cacheteaba suavemente la parte interna de su brazo con el fin de exponer sus venas. Clavo la aguja en su brazo y se inyectó los diez mililitros de heroína. A los pocos segundos luego de sacar la aguja sintió como su hiperactividad se apaciguaba un poco y le daba un poco de sueño. Quizás su organismo lo eliminaría rápido, pero le daría un par de horas sin matar a nadie o a sí misma.
YA SÉ, PERDÓN, LA DESAPARECIDA, PERO... NO TENGO ESCUSA... PERDÓN
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Union de manadas U.C.A#2
Werewolf¿Una chica Alpha?#2 Bree vuelve a su ciudad natal al graduarse de la Universidad. Ella se encuentra con algunos cambios. Nuevos aliados, nuevos enemigos y, quizás, sólo quizás, un nuevo amor.