POV. Demetria
Cerré la puerta detrás de mí.
—Haz sido muy malo. —Declaré empujándolo a la cama.
—Wow, eres ruda. —Dijo sonriendo.
—No te das una idea cuanto. —Hablé poniendo mis ojos amarillos y sonriendo, dejando ver mis colmillos. Su sonrisa se borró. Lentamente se movió hacia la cabecera de la cama. —¿Que? ¿Tienes miedo?¿Miedo de mi?—Me acerque a él. Se movió, bajándose de la cama, caminando lentamente hacia atrás, hacia la pared.
—Alejate.
—¿Alejarme? Pero si ya casi es hora de comer.
—Por favor, no quiero morir. —Dijo empezando a llorar.
—¿no? Pidelo, ruegame que no te mate.
—Por favor, te lo suplico. —Cayó de rodillas. Me empeze a aproximar. —No... por favor... no... no,no,no.
—dime, ¿te detuviste cuando ellas te gritaron que pararas?¿lo hiciste?¿cuando suplicaban, lloraban, rogaban por su vida, qué hiciste?
—Por favor... no... solo...—Saqué una daga china que escondí bajo la piel de mi espalda. Gruñí un poco. Le hice dos cortes. Gritó de dolor.
—son cortes casi quirúrgico, es lo que amo de estas navajas, la precisión. Esos cortes...van a matarte en algún momento. Y dijo algún momento, porque será lento y doloroso. —Me acerque y apoye mis dientes en su cuello. —O puedo matarte rápido.
—Por favor, hazlo, te lo imploro.
Reí alejándome de su cuello.—Tu no les diste esa opción.
Bree luchó por tomar el control pero la detuve.
—cariño, se que tienes hambre, pero debes aprender a disfrutarlo al cien por ciento. —Hablé al aire. Eso la tranquilizo. —Aparte, ¿como sabrá la comida asada? —Alze una capa de fuego disfrutando el terror en la cara del hombre. —¿sabes? —Dije acercandome a el y poniéndome de cuclillas a su lado. —Todos dicen que no se debe jugar con la comida. Pero en lo personal creo que no hay nada más sabroso.
Se oyeron patadas en la puerta. Jesse entró rompiendola.
—tu turno. —Susurre dejando a Bree al mando.
POV Bree
—Lo merece. De verdad lo hace.
—No lo creo. —Dijo dirigiéndose a él. Lo intercepte y lo mire a los ojos.
—Vamos, ha violado y matado a 6 mujeres, dos de ellas tenían tu edad. —Me miro algo triste. —Una de ellas era madre soltera. Tenía un hijo de 9 años. Quien ya no tiene a nadie. —Empecé a dar vueltas a su alrededor. —Pero miralo. Un hombre, rico y blanco. ¿Del lado de quien piensas que estuvo el juez? —Vi el enojo encenderse solo por un segundo en sus ojos. —Vamos, Jesse. Nosotros tenemos el poder de permitir que personas como él no sigan sueltas. Tenemos el poder de resolver lo que su justicia ignora.
—Sí, el poder. Pero no el derecho.
—Eso es verdad. No el derecho, el privilegio. —Declaré. Me miró solo un poco sorprendido. —Vamos, sé que lo deseas, sé que hueles su carne. Oyes sus latidos, la sangre bombeando... la sangre saliendo de su cuerpo. Y sé que sientes su vida escapar.
—Eso... eso no es nada. —Dijo quebrando un poco.
—Jesse, se que estas hambriento. Quieres probar el sabor de su carne en tu boca, el calor de su sangre en tu garganta. Quieres ceder al animal, quieres probarlo. Juegas al borde del abismo, y la caída se ve muy deliciosa, tan tentadora. Quieres comer y beber hasta saciarte y que no quede rastro de vida más que sus huesos. Lo deseas, lo anhelas. Quieres ser libre. Aqui esta tu oportunidad, puedes atracarte si así lo quieres. Vamos, unete a mi. Comé. Deshazte de todo. Deja salir al lobo, al animal. Sin esos estúpidos y altruistas sentimientos. Has sufrido, lo mismo y quizás más que yo. Puedo sentirte buscar un relleno para el hueco que han dejado en ti. Esta es la solución. Imagina deshacerte de esa basura. Sin llorar a nadie. Sin que nadie pueda romper tu corazón. Tu te mereces todo, así que solo toma lo que te plazca. Se libre... justo como yo lo soy. —Dije suavemente en su oído. Sus colmillos salieron y sus ojos se pusieron amarillos.
—Estoy tan malditamente hambriento.
—Lo sé, bebé, lo sé.
Se acercó al cuerpo moribundo y lo seguí. Nos ubicamos a cada lado con el cuerpo entre nosotros. Le dio una profunda mordida en su costado, salpicando su cara con sangre. Un grito salió de la garganta del hombre a la vez el rubio tiraba hacia atrás su cabeza en un gemido de placer mientras la sangre recorría su barbilla. Imite su acción solo que mi experiencia me permitió un corte más limpio.
—Es delicioso. —Dijo con los ojos cerrados. En un ágil y rápido movimiento arranque su corazón apenas palpitante.
—Para ti. —Afirme, entregandoselo a Jesse. —Todo tuyo. Es la mejor parte.
Lo miro un segundo con desconfianza, luego lo tomó y lo mordió como si de una manzana se tratara. Volvió a cerrar sus ojos gimiendo de placer. Pasó su pulgar por mi labio inferior limpiando la sangre, para luego llevarlo a su boca dejándolo ahí un par de segundos. Disfrutando su sabor.
Me miró y sonrió, pude ver su característica inocencia, esa que veía cuando llovía o recien salia de la ducha. Con pequeñas gotas de agua atrapadas en sus pestañas. Solo que esta vez, lo cubría la sangre.
—Ese es mi niño. —Dije acariciando su rostro. Se apoyó en mi tacto mientras sonreía. Luego volvió a morder el corazón, como si fuera una manzana.
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Union de manadas U.C.A#2
Werewolf¿Una chica Alpha?#2 Bree vuelve a su ciudad natal al graduarse de la Universidad. Ella se encuentra con algunos cambios. Nuevos aliados, nuevos enemigos y, quizás, sólo quizás, un nuevo amor.