Capitulo 41: Juro por la luna

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La fiesta se me pasó relativamente rápido. Faltando unos 45 minutos para que fueran al exterior dónde se realizaría la ceremonia en sí, Isaac y yo nos retiramos. Kate, Demetria y Alex vinieron conmigo. Jess y alguien a quien no llegue a ver, fueron con Isaac.

—Quítate la ropa aquí, te transformas y cuando me dejas vuelves a cambiarte. ¿Sí? —Le dije a Alex. Él sería uno de los lobos que me acompañará.

—Claro, pero ¿no se supone que son dos?

—La otra oferta fue para Matt. No sé si vendrá. —Asintió.

—Él vendrá. Sabe que es importante para tí.

—Eso espero.

Me saqué la ropa y me quedé con una bata de seda. Kate y Demetria se encargaron de mi maquillaje. Alex se encargó de hacer ondas en mi pelo. Kate y Demetria, claro terminaron antes. Solo me pintaron los labios de rojo mate y me delinearon dramáticamente. Me ayudaron a repasar la ceremonia que yo debía auspiciar ya que tenía el mayor rango de jerarquía. Cuando Alex terminó Demetria hizo una media cola en mi cabello. Aún faltaban 20 minutos. Me puse el collar de las intenums. Me puse un vestido rojo liviano con tiras sueltas. Me descalce. Era un look muy tradicional en las bodas de licántropos. La pulsera de Isaac estaba en mi muñeca y el anillo que Tristán me había presentado estaba en mi dedo medio. Alex me avisó que iba a prepararse y Demetria iba a asegurarse que todo estuviera bien con Isaac. Me miré en el espejo.

—Tengo un regalo para tí. —Dijo dejando una caja en el tocador. La abrí y ví una hermosa pero simple diadema. Me la puso. Consistía de cadenas doradas y una pequeña piedra azul en el centro de mi frente. —Es algo nuevo y azul. —Dejó sus manos en mis hombros. —Estás hermosa. —Dijo con su cara apoyada sobre su mano.

—Gracias. —Suspiré.

—Todo va a salir bien. Dijo pasando sus manos por mis brazos.

—Lo sé.

Luego de unos minutos Demetria volvió.

Unos minutos después sonó la puerta y entró Brent.

—Hey. —Me saludó. —Estás hermosa. —Dijo al verme.

—Gracias. —Dije abrazándolo. Al separarme noté una mirada medio decepcionada medio dolida. —Él no vino. —Susurré. Me miró con lástima.

—No. —Suspiré.

—No te preocupes. —Le dije sonriendo. —Ya no espero nada de ese hombre.

—Lo siento.

—No lo hagas. Tú estás aquí. Eso es lo importante. —Le dije acariciando su cara. —Ahora ve a sentarte. Está por comenzar. —Me dió una última sonrisa antes de irse. Apenas se fue la mía se borró. Fui frente al espejo a alisar mi vestido.

—Siento que tu padre no haya venido. —Dijo Demetria. Le sonreí.

—Quizás es lo mejor. —Dije llendome a sentar en una silla frente al tocador. —Sí no tendría que compartir uno de los días más importantes de mi vida, con alguien que no compartió ninguno de los otros.

Kate se fue ya a sentar en su lugar, no sin antes preguntarme si estaría bien.

Y entonces los nervios y dudas hicieron su aparición.

—No puedo hacerle esto.

—¿Que?

—No puedo poner su vida en riesgo así.

—Hey, es un honor casarse contigo.

—¿Uno que vale su vida? —Suspiro. Me hizo levantarme de dónde estaba sentada. Me paro frente al espejo de cuerpo entero.

—¿Ves esto? —Dijo mostrando mi brazo. Asentí. —Es honor y orgullo. Nunca lo olvides. ¿Tú lo amas?

—Demaciado.

—¿Estás enamorada de él?

—Al cien por ciento.

—No tienes que dudar entonces.

—Estoy rota. Lo estoy condenado a lidiar con eso. —Suspiró.

—Sí. Estas rota. Quizás ya lo estabas, quizás te rompimos. Pero ahora tienes que juntar los pedazos, salir, casarte con la persona que amas y salvar a todos los que te importan. —Asentí.

—Tienes razón. —Tomé su mano y nos dirigimos a la entrada. Isaac ya estaba fuera. Era precioso. Había un camino de pétalos y al final había una glorieta de flores donde él me esperaba. Las sillas estaban cubiertas por una tela blanca.

—¿Lista? —Pregunto Alex en su forma de lobo por telepatía.

—Solo un minuto. —Dije en voz alta. Pero se convirtieron en cinco. Cuando ya estaba aceptando que Matt no aparecería, un lobo se asomó en mi campo de visión. En segundos estaba frente a mi.

—Tuve miedo de no llegar. —Dijo por telepatía. Abracé su cuello.

—Esta bien. Estás aquí. Gracias. —Le respondí. Me separé. —Vamos.

Camine por el camino de pétalos. Todos me miraban, obviamente. Mis ojos cambiaban entre Isaac y Jesse, parado a su lado con los anillos. Al llegar me giré para ver ambos lobos inclinarse. Luego ambos se fueron. Unos diez segundo después volvieron con trajes, en forma humana. Empecé a oficiar la ceremonia.

—Hoy estamos aquí para celebrar nuestra unión y amor. Para esto invitamos a nuestra familia y amigos, para que lo compartan con nosotros. —Dije hablando hacia las personas. —Antes de empezar, ¿Hay alguien que se oponga a la unión? —Vi a Matt dudar. Pero de todas formas levantó su mano. Tenía que. Es una ceremonia sagrada. —Sabiendo que si no hablan ahora, podrían tener una eternidad de silencio,¿Hay alguien que quiera hablar en contra de la unión? —Matt bajó su mano. —Correcto. Hoy compartiremos amor y serán testigos de nuestro juramento a la luna. Voy a empezar con mis votos. Isaac, te amo. Estoy tan enamorada de ti que duele. Quiero estar contigo. Tú me comprendes. Y amas cada aspecto de mi. Y agradezco eso con cada partícula de mi corazón. Quiero estar contigo. Por la eternidad. —Me sonrió.

—Bree, el amor que siento por tí es igual de grande. No hay palabras que puedan describirlo. Cada parte de ti es perfecta. O quizás solo yo lo veo así. Pero no importa. Lo que siento no depende solo de eso. Sé quién eres. Sé que amo quién eres. Y quiero estar contigo hasta el fin. —Lágrimas empezaron a derramarse por mis mejillas. Miré a Jesse quién nos acercó los anillos. Cada quien tomó el del contrario.

—¿Isaac Collins  juras por la luna aceptarme a mi, Bree White, como tu compañera, hasta que el amor se acabe o la muerte nos separe? —Él asintió y puso el anillo en mi dedo.

—Lo juro.

—Yo, Bree White, juro por la luna aceptarte a ti, Isaac Collins, como mi compañero, hasta que el amor se acabe o la muerte nos separe. —Puse el anillo en su dedo. —Y ahora… —Mis sentidos se activaron y con mis poderes lance una roca a una flecha, que venía a nosotros. —Nos declaró casados. —Dije y rápidamente le di un beso. —Ve. —Lo empuje y corrió hacia el pastel. Gruñi, sacando mis garras y colmillos, mientras podía ver a los demás lobos hacer lo mismo.

Por si no se dieron cuenta voy actualizar todos los lunes y viernes, pero cuando termine de escribir, para lo que me falta poco, probablemente suba todo junto. Espero que lo disfruten.

Union de manadas U.C.A#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora