Capitulo 36: Doc

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Me desperté lentamente. Al abrir los ojos me costo un segundo poder centrar la vista. Isaac estaba frente a mi, mirandome. Me intente sentar pero puso sus manos sobre mis hombros impidiendolo.

—Quedate acostada. —Dijo suave. Lo obedecí.

—¿Cual es el diagnóstico, doc?

—Viviras. Perdiste mucha sangre. De todas formas tu cuerpo se hubiera sanado, solo acelere el proceso. —Me quite la sabana y vi que tenia todo mi vientre vendado.

—Gracias.

—No hay problema. —Se quedo viendome.

—¿Que? —Le pregunté.

—Kate me contó como te heriste.

—Callate.

—Fue muy dulce.

—Callate.

—Ella te importa.

—Habría hecho lo mismo por cualquiera.

—No tan instintivamente. Ella te preocupa.

—No es como nosotros. Es más mortal.

—Seguro. —Dijo sarcástico. Nos quedamos en silencio. —Te hice caso. —Lo mire confundida. —Sobre Ginny. Corte con ella. No la amo. —Le sonreí.

—Estoy feliz por ti.

—Gracias. Por cierto, termine el cuarto libro.

—Lo siento. —Le dije riendo.

—Te odio con cada partícula de mi ser. —Rei más pero dolió en mi vientre así que pare abruptamente e instintivamente lleve mi mano a la zona. —Lo siento. —Dijo con una mueca.

—Esta bien. —Se sentó en la cama junto a mi cuerpo. Corrió un mechón de cabello de mi cara. —Eres muy fuerte. —Le sonreí.

—Gracias. Tengo que. —Miro mis ojos y luego mis labios. Hice lo mismo. Se acercó a mí quedando a unos pocos centímetros de mi cara. Acorte la distancia hasta que nuestros labios se tocaron. Fue un beso lento. Isaac fue el primero en romperlo.

—De verdad me gustas, Bree. Pero no quiero lo que tienes con Matt. No quiero que sea solo sexo, quiero más.

—Lo que tenía. —Aclare. —No sé si puedo ofrecerte algo más.

—¿Tengo una oportunidad?¿Hay alguna chance de que quieras algo de verdad conmigo? ¿De que sientas algo más que solo atraccion?

—Sí. —Dije sin pensarlo. —Pero de nuevo, no puedo prometer nada.

—No necesito que lo hagas. Eso basta para mí. —Volvió a besarme. Este fue más intenso. Mis manos estaban en su nuca y las suyas en mis costados para no dejar caer su peso sobre mi. El beso se volvió un poco apasionado logrando que al moverme me doliera mi vientre. Gemi con dolor y me separe.

—Lo siento. De veras, perdón. —Dijo alejándose preocupado.

—Esta bien. De veras. Yo estoy bien. —Dije riendo muy suavemente para que no me doliera. Pasó una mano por su pelo.

—Debería dejarte descansar. En una hora deberías estar bien. Te hablo luego.

—Claro. —Se fue.

Me quede pensando en la situación en la que me acabo de poner. ¿Por que tengo la necesidad de complicarme más y más la vida?

Kate entró a la habitación unos 10 minutos después.

—Hey. —Me saludo. —¿Como estas?

—Viviré.

—Gracias. De nuevo.

—Esta bien. —Baje mi mirada y luego susurre. —Me alegro que te encuentres bien.

—Lo siento, ¿Puedes repetirlo? No lo escuche. —Dijo riendo.

—Oh, tu me escuchaste. —Asintió.

—También me alegro de que estes bien. —Dijo mirando el suelo. Después me miró. —Como aliadas. Obvio.

— Claro. Solo como compañeras, nada más. —Ambas reímos. Le tendí mi mano. La tomó y le dio un apretón.

—No sé si te interesa, pero me parecía correcto decirte, Tyler y yo volvimos.

—Wow. —Me tomó por sorpresa. Luego le sonreí. —Que... bueno. Estoy feliz por ustedes.

—Gracias. —Me sonrió de vuelta. Le dio un último apretón a mi mano y la soltó. —Debo irme. Tenemos la información. Debo memorizarla y armar un plan.

—Bien, ¿crees que podrás encargarte de todo hoy?

—Claro. Descansa. —Dijo para después irse.

(...)

Estaba acostada en mi cama con jesse a mi lado.

—¿Vamos a hablar de eso? —Pregunto. Sabía exactamente a que se referia. Suspire.

—¿Tenemos que?

—Sep.

—Entonces no es que tenga opción. —Suspiro.

—Tu sabes que te gusta. Pero es más que eso, te importa. No es como Matt. El de veras te interesa.

—Y por eso no sé si puedo hacerlo. —Me miro confundido. —El es humano. El va a morir. Hay cosas que ni yo puedo evitar.

—No puedes detenerte por eso. Escucha, te amo, pero debes dejar de sabotearte a ti misma. Permitete ser feliz.

—Quizás debería hacerlo. Pero estoy tan asustada de que no termine bien.

—No lo estés. Yo siempre estaré ahí para recoger tus pedazos.

(...)

Espere recostada sobre mi auto afuera del hospital. Por lo que sabía Isaac salia en unos 10 minutos. Cuando finalmente salió se veía muy cansado. Pareció sorprendido al verme.

—Hey. —Me saludo.

—Hola. —Tome sus manos entre las mías. —Escucha, de verdad me gustas. Mucho. —Su sonrisa se agrandó. —Quiero intentarlo. Quiero algo serio contigo.

—Eso me hace feliz. —Dijo para luego besarme.

—¿Te llevo a casa?

—Vine con mi auto.

—Estas cansado. Dejame llevarte. Luego llevo tu auto.

—Bien. Estoy agotado. Tuve doble turno.

Se subió al asiento del copiloto. Maneje hasta su casa. Bajamos y lo acompañe a la puerta.

—¿Quieres quedarte a dormir? —Me pregunto.

— Tengo que buscar tu auto.

—Si te quedas podrías llevarme mañana. Solo si quieres claro. —Le sonreí.

—Me encantaria.

Me sonrió y nos metimos a su casa. Me guió a su habitación, que de todos modos ya conocía.

—¿Quieres una remera para dormir? —Asentí. Abrió un cajon de su cómoda y me tiro una de sus remeras. La atrape en el aire. —Voy a bañarme. —Me aviso. Asentí y desapareció por la puerta.

Me quite mis jeans, mi musculosa y mi sostén. Me puse la remera de Isaac. Un rato después él entró con una toalla en la cintura. Me quede viendo sus abdominales algo marcados. De hecho los míos estaban probablemente más marcados. De todas formas el estaba caliente como el infierno. Me miró levantando una ceja y supe que significó. Suspire y tape mis ojos con mi mano. Lo escuche abrir un cajón y dejar caer la toalla. Estuve tentada a espiar pero no lo hice. Luego de unos segundo sentí que isaac retiraba la mano de mis ojos y me besaba. Le devolví el beso.

—¿Quiere ver una película?

—Debes dormir.

—Oh, Dios, gracias. Solo intentaba ser cortés. —Rei. Me acosté y Isaac apago la luz. Se acostó a mi lado. Dormimos abrazados toda la noche.

Union de manadas U.C.A#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora