Semidiosa no deseada

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Narra Noah

-Ya verás, Noah. Paul es majísimo.

-Papá ni si quiera le conozco.

-No importa. Pronto llegará el día en el que te iras con él.

-Vale... esa ultima parte no la he entendido.

-Ni falta que hace.

Mi padre llevaba todo el año hablándome de ese tal Paul, y habiendo visto fotos, no me parece tan especial. Aún quedaba media hora de viaje hasta la playa, así que saqué mi libro de mitología griega. Dios, me encantan esas leyendas.

"Tal vez no sean leyendas..." -susurró una voz en mi cabeza, a la que decidí ignorar, suele pasarme. Alucino y veo y escucho cosas que no existen, cortesía del THDA-

Recuerdo que una vez creí ver a un murciélago gigante con la cara de mi profesora de sintaxis lanzándome un jarrón. Fue divertido.

Al final llegamos a la playa y bajamos al coche. Vinieron a recibirnos una mujer, acompañada de un chico de mi edad. Genial, ahora viene la mejor parte, las presentaciones. Son incomodísimas.

-¡Vaya, así que tu eres Noah! Tu padre me ha hablado mucho de ti. Yo soy Kate, y este es mi hijo Paul.

-Encantado -dijo él-.

-Igualmente -sonreí incómoda-.

Los adultos se fueron a las toallas, y genial, nos dejaron en medio de un silencio incómodo. Miré a Paul, y descubrí que llevaba colgado del cuello un cordón de cuero marrón con 5 cuentas con dibujos. Un rayo, un árbol, cosas así. Paul entabló una nueva conversación con una pregunta.

-Bueno... ¿Te gusta el surf?

-Si, mucho. ¿Por qué?

-Porque podemos coger mi tabla y la de mi madre e ir al agua... Si te apetece.

-Claro, por mi genial.

-Tu coge esa tabla del fondo verde, es la mía. Yo cogeré la de mi madre.

-Vaya, que tabla mas...

Miré hacia Paul, pero ya no estaba. a mi lado, estaba hablando con los adultos... A 500 metros. Qué bien. Otra vez me ha pasado, mi cerebro decide "dormirse", y por eso en ocasiones me encuentro en alguna parte sin recordar cómo he llegado allí, y cosas así.

NarraPaul

-Mamá, Noah y yo nos vamos al agua. ¿Cojo tu tabla vale?

-Perfecto. Por cierto, ¿cuándo vas a volver al Campamento? Tendrás que llevarte a Noah.

-Pues... a finales de verano supongo. Después quiero quedarme para siempre, mamá. Han sido demasiados ataques este año. Poseidón me consiguió una espada de bronce celestial, pero aún así...

Creo que fui demasiado dura con ella al decirla de pronto que no quería salir al mundo exterior, pero no me sentía del todo seguro fuera del Campamento.

-Por cierto, John, ¿sabe ya Noah quien es su madre?

El padre de Noah adquirió una actitud sombría, como si estuviese ocultando algo.

-Aún no. Quiero que su madre la reconozca cuando sea necesario, en el campamento.

De repente, Noah apareció detrás suyo.

-¿De qué hablabais?

-De nada importante -respondió, tal vez demasiado rápido-. ¿Nos vamos al agua?

-Claro.

Llevábamos 5 o 10 minutos en el agua cuando Noah rompió el silencio.

-Bueno... parece que hoy no es uno de los mejores dias de Poseidón...

-¿Cómo dices?

-Ya sabes, Poseidón, el de los mitos griegos.

-¿Te gusta la mitologia griega?

-Si, me encanta.

-Interesante... ¡Mira!

-¿Qué? ¿Que ocurre?

-¡Esa ola es gigantesca! ¡Vamos a intentarlo!

-Es demasiado grande... me volcará... Y no sé tú, pero yo no puedo respirar bajo el agua.

-¡Tu inténtalo! ¡No será muy difícil!

Pero la ola iba con mas fuerza de la que yo pensaba, y nos revolcó a los dos con mas fuerza de la imaginada. Aunque yo puedo respirar bajo el agua dado a que soy hijo de Poseidón, Noah no corría la misma suerte.

Semidiosa no deseada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora