Capítulo 26

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Narra Paul

Una media hora después, pudimos divisar un islote a lo lejos.

-Ahí -anunció Will-.

Noah, quien estaba durmiendo, despertó con un respingo y miró a su alrededor confusa.

-¿qué? ¿dónde? -preguntó- Ah, vale, ahí.

-¿Qué deberíamos hacer? ¿aparecer en la isla sin más?

-Pues... supongo, ¿no? -me contestó Noah-

Llegamos a la costa y nos quedamos maravillados. La playa era de una finísima arena blanca, y más adelante se convertía en un bosque poblado de pájaros piando y animales corriendo. Recorrimos con la vista tanta distancia como nuestros ojos eran capaces. A lo lejos se podía distinguir una casa casi tan blanca y pura como la arena de la playa, y en el porche, estaba una chica sentada admirando el oleaje del mar. Fuimos acercándonos a ella, y pudimos distinguir su cabello rubio y sus ojos azules grisáceos.

-Es preciosa -susurró Will, embobado, creyendo que nadie le había oído-.

Me acerqué a ella y le saludé.

-Hola, somos...

No pude terminar la frase porque Noah gritó.

-¡Cuidado!

Pero era demasiado tarde, la flecha ya se encontraba en el abdomen sangrante de Will.

La muchacha se levantó de un salto, y nos miró.

-Llevadlo dentro -nos ordenó-. Rápido. No hay tiempo para presentaciones.

Hicimos lo que nos pidió, y le tumbamos en una camilla de madera que había en una habitación a la que ella nos guió.

Will se retorcía y gemía, y la chica se dió media vuelta y se fue.

-¡Eh! -grité- ¡Eh! Eh, ¡¿dónde vas?! ¡tienes que salvarle!

No se dio la vuelta, no habló, no hizo ningún gesto. Simplemente se fue.

Miré a Noah. Estaba horrorizada.

-Qué... -susurró- ¿Qué haremos ahora?

-Saca ambrosía y néctar de su bandolera. Si ella no le salva, lo haremos nosotros.

-Vale...-murmuró- vale, está bien.

Will se había desmayado de dolor, y eso me facilitaba la tarea de observar su herida. Tras varios años en el Campamento y sus clases de primeros auxilios (y en ocasiones no tan "primeros") supongo que habré aprendido algo... espero.

-Ayúdame a incorporarle -pedí a Noah-.

Busqué la punta de la flecha asomar por la espalda de mi amigo, pero no encontré nada.

-La flecha no le ha atravesado del todo el abdómen -informé-.

-Eso es bueno, ¿no?

-Para nada. Va a haber que empujar hacia dentro.

-¡¿Qué?! ¿Por qué?

-Explícame si no como la sacamos sin matarle -sonreí-.

Noah no respondió, sino que sujetó con más fuerza si cabe el cuerpo de Will.

-1...2...¡3!

Empujé la flecha y la punta asomó por el otro lado.

-Bien -dije para mí-. La punta es de aleta. Paso uno completado.

-¿Y ahora?

-Cargarnos la punta.

Arranqué la punta de la flecha partiendo una parte de ella, haciendo que se astillase. Luego tiré y la flecha salió.

-Rápido -Will sangraba-. El néctar.

Noah tumbó de nuevo a Will en la camilla de madera y me tendió la cantimplora. Vertí el líquido en la herida sangrante y rápidamemte los tejidos comenzaron a regenerarse.

-Estoy sorprendida -dijo una nueva voz-. Habéis sabido mantener la calma y manejar la situación sin ningún tipo de problema. Enhorabuena.

Miramos a Alia justo a tiempo para contemplar cómo su mano alzada se teñía de color violeta y la hrida de Will desapareció como si nunca hubiera existido.

El chico soltó un suspiro.

-Acompañadme -dijo-. Tenemos cosas que hablar.
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A ver, a ver, a ver, a ver, a ver. Acabámos de llegar a los 6k, ¿y ya estamos a punto de los 7k? en serio, wtf?! En fin, muchas gracias por leer el capítulo y matemos a golpes a la estrellita ☆!!

Semidiosa no deseada (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora