Death Eater Takes A Holiday - Lee Lee Potter

Capítulo 10.- ¡Guerra Declarada! ¿Seguirán Vivos El Lunes? ¿Y Albus?

Harry y Sev reían mientras empujaban a través de un arbusto para alcanzar el jardín próximo.

—Lo último que deseo en este momento es que McGonagall flirtee conmigo— comentó el Gryffindor, pasando las últimas ramas, perturbando unas cuantas hadas en el proceso.

Se detuvo de repente y Severus siguió directo contra él, todavía medio bloqueado por las ramas. Levantó la vista para encontrar que el sol era bloqueado por un cuerpo enorme; no podía confundir la robusta mano que sostenía un látigo.

—Hola, Harry, Ron—saludó Hagrid alegremente—. Oh, Severus, no esperaba que estuvieras aquí. ¿Dónde está Ron? —.

Severus asintió a guisa de saludo, mientras mantenía la vista fija en el látigo que el semi gigante llevaba en la mano. Harry le explicó que habían dejado a Ron y a Filius esquivando a Minerva McGonagall. Hagrid trató de no reír, pero falló miserablemente, tosiendo. A este punto, se había apartado del camino, permitiendo ver un gran Palomino que había entrado en el jardín.

—Wow, es el caballo más grande que he visto jamás— comentó Sev, caminando derecho hacia el animal, ofreciéndole una mano para que le oliera y acariciando suavemente su cara y morro con la otra. Hagrid estaba impresionado de la forma tan cómoda como el chico manejaba a la criatura. Harry observaba, intimidado.

—Es un ejemplar bastante inquieto. Quiere estar en el aire. Odia estar pegado al corral por tanto tiempo; por eso se escapó hasta este jardín y lo pisoteó. La Profesora Sprout no va a estar feliz cuando regrese y encuentre uno de sus jardines estropeado—.

—¿Dónde lo conseguiste, Hagrid? — preguntó Harry, moviendo tentativamente una mano para acariciar al caballo.

—Está bien, Harry, puedes tocarlo. Le gusta la atención. Es de Madame Maxime, lo estoy cuidando por unas semanas—.

Ahora se entendía porqué el animal era tan grande; era uno de los palominos voladores de Beauxbatons. Pero no era tan enorme como otros que Harry había visto, que podían ser comparados con elefantes.

>> Es joven todavía; aún le falta mucho por crecer— siguió diciendo Hagrid con orgullo.

—¿Lo montas, Hagrid? ¿Utilizas el látigo con él? — indagó Harry, mirando a la ahora apacible criatura.

El semi gigante explicó que los Palominos jóvenes necesitaban una mano fuerte mientras estaban entrenándose, para domarlos. No se utilizaba el látigo directamente; simplemente, el caballo estaba entrenado para obedecer el chasquido del instrumento contra el aire.

—Probablemente, es lo bastante sólido para llevarme, pero... no me gustan mucho las alturas— admitió Hagrid.

—¿Podemos cabalgarlo nosotros? — preguntó Sev con excitación.

—¿Nosotros? — chilló Harry—. Nunca he montado a caballo—.

—Ah, hoy no—contestó Hagrid, y el rostro de Sev se oscureció, abatido—. Deberías cabalgar varias veces por el terreno antes de volar uno. No es como los hipogrifos, Harry— levantó al chico sin esfuerzo y lo sentó en el lomo del caballo, antes de regresarlo al prado con Sev.

El semi gigante insistió en que entraran a su cabaña a lavarse antes de ir al Gran Comedor a almorzar. El hombretón sirvió sendos vasos de jugo de calabaza para ellos.

—Severus, si todavía estás interesado— comentó, aferrando los bíceps del chico; sus dedos rodearon toda la parte superior de su brazo—, regresa la próxima semana con tus músculos reales y podrás cabalgarlo. Me harías un gran favor—.

Severus no sabía si estaba siendo insultado o debía agradecer el elogio. Harry le guiñó un ojo, haciéndole sonreír. El Slytherin aceptó regresar la semana siguiente.