Capítulo 19.- Diez Puntos Menos Para Gryffindor

5.9K 616 85
                                    

Severus estaba acostado en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Quizás fuera todo lo que le bullía en la mente, o quizás que extrañaba dormir con sus miembros enredados con los de un capacitado jugador de quidditch. Incluso pensó en poner un hechizo de silencio mientras se removía en la cama.

"Es absurdo, no dormimos muchas noches juntos. Bueno, hubo una vez en que durmió junto a mí en el lago. ¿A dónde iría Harry ese día con Ron y su mamá?", reflexionaba Severus.

El sonido de la puerta de su dormitorio al abrirse le sobresaltó. Harry le sonrió, radiante; sólo sus ojos verdes podían opacar el brillo de su sonrisa. Severus no había notado lo que el chico vestía al entrar en la habitación, pero cuando se trepó a la cama sólo llevaba puesta su sonrisa.

—Te extrañé—murmuró.

—Harry, no deberías estar aquí, hay reglas... —.

La lengua de Harry asaltó su boca. Severus apenas podía respirar, con el chico atacando su boca con tal intensidad.

—Las reglas no se aplican a mí—musitó, mordisqueando su pezón.

—¿Cómo lograste entrar? —Sev se estremeció cuando el otro mordió un poco más fuerte—. Las protecciones, lograste pasar mis protecciones—.

—¿Vas a seguir preocupándote por cada pequeña cosa sin importancia o vas a relajarte y disfrutar lo que podemos tener? —.

Lo que fuera que Severus iba a decir, se evaporó de su mente. Las palabras en la punta de su lengua fueron reemplazadas por gemidos de éxtasis cuando Harry engullo todo su mástil de un golpe. Dejó escapar un estremecido suspiro cuando el joven retrocedió con fuerza y empujó de nuevo, tomando cada pulgada sin esfuerzo. Sev aferró el cabello de Harry en apretados puños, acelerando el paso. Estaba muy cerca del orgasmo. La sensación era casi excesiva, una ardiente boca húmeda succionando con fuerza, los mechones de cabello entre sus puños, el ardiente dolor en su antebrazo. ¿Dolor?

La sensación de placer se fue apagando mientras la conciencia del dolor aumentaba. Severus despertó sobresaltado para darse cuenta de que su visitante nocturno había sido sólo un sueño. Inconscientemente, frotó su brazo, donde la marca oscura quemaba. No dolía terriblemente, ya que no había sido llamado. Era simplemente un recuerdo de su servidumbre. Habitualmente, significaba que pronto sería llamado; algo debía estar molestando al Señor Oscuro. Quizás, los próximos juicios.

Severus abrió un gabinete de su espacioso cuarto de baño, tomando una gran toalla verde. Esa habitación era más lujosa de lo que se esperaría disfrutara un 'cretino grasiento'. De hecho, era más agradable que la mayoría de los baños de los profesores; pero claro, él era el único profesor que luego de regresar de las reuniones de los Mortífagos necesitaba remojarse en un baño caliente.

En una esquina del recinto había una gran ducha de cristal. Varias regaderas apuntaban desde diferentes direcciones. Entró en la ducha caliente. Un chorro de agua cayó sobre su cabeza, mientras otros dos masajeaban su espalda. En ese momento, se dio cuenta que todavía estaba duro a causa del sueño.

"Chiquillo exasperante", pensó. "¿Cuántas veces voy a tener que encontrarme en la ducha, con una erección, debido a él?".

Se enjabonó, cerrando los ojos y dejando que los recuerdos de su sueño inundaran su mente. Claro, era conflictivo estar enfurecido por lo que había pasado esa semana y pensar sobre eso mientras se estaba masturbando bajo la ducha, pero lidiaría con el conflicto después; por ahora, sólo el pensamiento de Harry succionando su polla llenaba su mente. Inseguro de si deseaba que los pensamientos de Harry permanecieran más tiempo, o si los dejaba de lado para ver al Gryffindor real en el desayuno, tomó un largo tiempo bombeando su erección para liberarse. Eventualmente, acabó con un estremecimiento, respirando con fuerza contra la pared de vidrio, sobre la que ni siquiera había notado que estaba inclinado.

Death Eater Takes A Holiday - Lee Lee PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora