Cinco

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Maldita Leyna

—Era Luka Pierce —susurró casi gritando.

Ambas nos encontramos en un baño público del centro comercial, donde Leyn tiene su cita.

—Tal vez se me fue ese pequeño detalle —me imita avergonzada.

— ¿Ese pequeño detalle?

—Y también que Theo vendría —sonríe con inocencia.

—Mi ídolo que no es mi ídolo está aquí —comienzo a girar paranoica.

—Keila tu misma lo dijiste, Theo no era tu ídolo.

—Sí, lo sé, ¿Cómo quieres que me comporte con ese dios griego sonriendo y mirándome?

—Keila tú nunca te comportas.

—Me iré —aviso y salgo rápidamente del baño encontrando a los dos chicos afuera.

—Noooooo —gritando dramáticamente sale Leyn.

— ¿Qué paso?

La perfección que tiene por nombre Theo se gira en cámara lenta con una sonrisa perfecta mirándonos a ambas, me quedo en mi sitio sin mover un musculo.

—Lo que pasa es que Keila me acaba de decir que no ha comido nada y pues está algo avergonzada.

Abro exageradamente mis ojos girándome a mirar a la mentirosa y traidora de mi hermana.

— ¿Entonces quieren ir a comer? —cuestiona Theo mirando a Luka y luego a nosotras.

—Pero yo quería ir con Leyna a los juegos.

La familia Pierce está llena de dioses griegos, Luka pasa la mano por su pelo desordenándolo un poco y haciendo que mi hermana suspire a mi lado.

Theo y Luka son muy diferentes, uno es castaño y el otro rubio, Theo es malditamente sexy y Luka es extremadamente tierno.

—Ve con Leyna —sonríe Theo mirando pícaramente a su hermano.

Observo confundida a los dos pequeños notando que se miran mucho, y recuerdo el por qué estoy aquí, es la cita de Leyn.

— ¿Y Keila?

Luka cuestiona mirándome algo tímido.

—Yo la invitaré a comer.

Me giro sorprendida a ver a Theo.

¿Él acaba de invitarme a comer?

—Gracias Theo.

Leyna camina junto a Luka y en segundos los pierdo de vista.

—Entonces —me giro a mirar al dios griego con el que quedé—. ¿Tienes hambre?

— ¿Cómo? No, digo si pero no —él sonríe el verme confundida—. O sea sí, pero no —vuelvo a murmurar más nerviosa aún.

—Vamos a comer —ordena acercándose un poco más.

—No, no tengo hambre —pienso un poco—. De hecho si tengo hambre.

Una gran carcajada sale de la boca de Theo y toca su estómago doblándose de la risa.

—Princesa eres una chica algo especial —murmura aun sonriendo con burla.

— ¿Princesa? ¿Especial? ¿De qué hablas? —suspiro aún más confundida.

Admiro su sonrisa, veo como mueve sus perfectos labios y me dan ganas de besarlo.

Maldigo a Abby, ella nunca me dijo que me darían ganas de besar y secuestrar a mi ídolo.

¿Querer secuestrar a tu ídolo y esconderlo solo para ti es normal?

—Por eso debes comer conmigo.

Theo toma mi brazo y tira de mí.

¿En qué momento habló?

Debo dejar de perderme en sus ojos y poner atención en las palabras que salen de su boca.

—Espera, espera —tiro de mi brazo y me detengo.

— ¿Qué?

La sonrisa que tenía se borra de su cara y me mira confundido, me enojo al ver lo malditamente perfecto que es.

—No, no te hagas el confundido conmigo —suspiro—. Ambos somos conscientes de que eres la perfección andante y no iré a comer contigo.

—Leyna me dijo que estabas un poco loca pero nunca creí que se refería a esto.

Me enfurezco al ver que me ve con burla.

— ¡Y cómo quieres que esté si mi ídolo que es un dios griego está invitándome a comer! —chillo nerviosa.

—Espera, ¿Soy tu ídolo? —eleva una ceja mirándome sorprendido.

— ¡Oh vamos! ¡Como si no lo supieras! —exclamo con sarcasmo.

Maldito sea el día en el que me fije en Theo Pierce.

Me calmo un poco.

¿Me estoy comportando como una fangirl?









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Siento mucho lo que pasó en México, tienen todo mi apoyo, tal vez no soy de mucha ayuda pero si lo necesitan mis mensajes estás abiertos para ustedes, pueden contar conmigo para hablar♥

Fangirl: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora