Treinta y dos

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Decido bañarme antes de ir al instituto y tomando ropa para cambiarme me dirijo al baño.

Suspiro cuando estoy casi terminando y al colocar el acondicionador en mi pelo sale espuma morada. Ignorando el hecho aunque algo asustada me saco rápidamente todo de mi pelo y termino la ducha.

Me seco y me visto para luego bajar trotando la escalera hasta la cocina.

— ¡Hola, familia! —saludo alegre.

En cámara lenta todos posan su mirada en mí y estallan en carcajadas.

— ¿Keila? ¡Oh dios, que te hiciste! —chilla Blaz.

Corre a mi lado y toma mi pelo lamentándose de algo.

— ¿Qué hice? —cuestiono muy asustada.

Corro a la sala donde hay un espejo y me miro.

¡Oh, por dios!

Grité.

Estoy segura que en casa de Michi Grent escucharon mi grito.

— ¡Quien fue! —a grandes zancadas camino hasta donde mi familia.

—Keila se transformó en un minion malo —murmura mamá.

Gruño pensando en cómo haré para que mi cabello pase de ese morado a su color natural.

— ¿En un qué? —cuestiono confundida.

Nota mental: Encontrar a la persona que hizo esto.

—En un minion, los ayudantes de Gru —ríe Blaz mientras me explica.

— ¿Quién es Gru?

—Papá sería Gru, y Keila el minion morado —estalla en carcajadas Leyna.

Y ahí recuerdo cuanto molesto Abby con ir a ver esa película, mi villano favorito 2.

—Abby —murmuro y ella me mira entre asustada y sorprendida.

Puedo darme cuenta que tiene sus manos escondidas tras su espalda.

—Hola Keila —su voz sale ligeramente más aguda.

Bingo.

Ya encontré a la culpable.

Los Buch no sabemos mentir.

—Muéstrame tus manos —demando.

— ¿Por qué? —chilla—. Blaz muestra tus manos, ¿Por qué no muestras tus manos Leyna? ¿Por qué debo mostrar yo las manos?

Papá estalla en carcajadas al ver el nerviosismo de Abby.

—Abby, ahora —gruño.

Ella me mira muy asustada, ¿será mi color de pelo?

Tal vez el morado no combina con mi piel.

Muestra las palmas de sus manos y las veo ligeramente rosa, ella fue la bromista.

— ¡Abby! —regaña mamá, aunque no muestra señales de estar enfadada realmente—. ¿Por qué convertiste a tu hermana en una minion gruñona?

Se los dije.

A ella le divierte esta situación.

—No era para ella —habla Abby mas aliviada—. Era para Blaz por ser una posser. Pero ella no se bañó.

— ¡Yo no soy una posser! —chilla la nombrada.

Y en ese momento se desata una guerra de fandom.

Fangirl: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora